Argentina: escribiendo el propio destino

El Presidente Mauricio Macri aún no se decide entre ser un estadista o un populista edulcorado. Sobre su Administración, merodea un sentimiento de culpa que comporta consecuencias eventualmente riesgosas; el jefe de Estado no se atreve a ir a fondo con sus decisiones. Acaso no haya comprendido que no es un gobierno lo que está en juego; lo que está en juego es un destino. 

Analistas políticos del espectro auguran el fin del kirchnerismo, a manos del pejotismo -aún cuando la idea se motorice más en forma de deseo que de confiable pronóstico. Lo cierto es que el justicialismo siempre acompaña los pasos de quien obtenga (y mantenga) más votos. Sergio Massa aún no termina de convencer. La que sigue es Cristina. Es cierto que en 2003, Carlos Menem debió renunciar a la segunda vuelta, al solo efecto de no protagonizar un papelón. Aunque no es menos cierto que, si Eduardo Duhalde no hubiese fragmentado al partido en tres listas, el riojano se hubiese impuesto en la interna para luego alzarse victorioso en las elecciones generales. El justicialismo todo -sin dudarlo- se hubiese alineado detrás de su figura. Al fin y al cabo, el rival de Menem en el balotaje era otro peronista.

Cuando, en su columna del lunes próximo-pasado en Página 12, el escritor Mempo Giardinelli retrata al gobierno Cambiemos de 'estafador', y certifica que 'esto no va a durar' porque 'no hay manera de aguantar tanta noche', deja a las claras que el kirchnerismo no ha muerto. Lo mismo que certifican los exabruptos del actor Raúl Rizzo en la señal C5N. Precisamente, el matutino que ahora administra Víctor Santa María (SUTERH, Caras y Caretas) y la señal de cable de Cristóbal López no dejan de reproducir consignas y discurso de Cristina Fernández de Kirchner. La sola existencia de ambos medios -con destacado rating y su nada desdeñable cantidad de lectores- constituyen prueba cabal de la persistencia kirchnerista. Naturalmente, quien lee Página 12 se referencia en la figura de la ex presidente -lo mismo habrá de decirse sobre C5N.

Si la economía no confirma su despegue, y si los tiempos judiciales continúan aletargándose hasta la exasperación, el margen para potenciar el hartazgo ciudadano podría ampliarse. Toda vez que no se comprenda esta realidad, la sociedad siempre tendrá mano un peronista para que la rescate.

Repitiéndose, de esa manera, el ciclo -en forma de trágico destino.