INTERNACIONALES: TED BROMUND & NILE GARDINER

Cómo puede Trump profundizar la relación especial entre EE.UU. y el Reino Unido

Apenas siete días después de llegar a la Oficina Oval, el presidente estadounidense Donald Trump...

28 de Enero de 2017

Apenas siete días después de llegar a la Oficina Oval, el presidente estadounidense Donald Trump se ha reunido con la primer ministro británica, Theresa May, en Washington -éste 27 de enero. Se trató, en rigor, de la primer visita a la Casa Blanca que un líder extranjero realiza desde la asunción de Trump. El encuentro envía una señal contundente, al respecto de que la alianza angloestadounidense será la pieza central del pensamiento estratégico durante la Administración Trump.

La relación especial entre ambas naciones ha sido la relación bilateral más poderosa durante setenta años, y reviste una importancia fundamental tanto para Washington como para Londres. Ha desempeñado un rol vital en la defensa del mundo libre desde la Segunda Guerra Mundial, y ha resultado instrumental en la promoción de la libertad económica alrededor del globo. La visita de May tuvo lugar siete meses después del referendo por el Brexit del 23 de junio, en la cual el pueblo británico decidió -por un margen del 52% versus el 48%- abandonar la Unión Europea (UE).

Reino Unido, Estados UnidosEl voto en pos del Brexit habilita a Gran Bretaña a designar un nuevo curso como una nación libre y soberana, en plena capacidad de implementar acuerdos de libre comercio con terceros países en el mundo, ni bien el Reino Unido abandone la UE hacia 2019. El prospecto de un acuerdo de libre comercio entre los Estados Unidos de América y el Reino Unido -la más grande economía del mundo, y la quinta, respectivamente- ha sido tema central en las conversaciones entre el presidente estadounidense y la primer ministro.

Las conversaciones se centraron, asimismo, en la revitalización de la alianza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); la creciente amenaza encarnada por Rusia, Irán y una serie de grupos terroristas de orden islamista, que van desde el Estado Islámico hasta al-Qaeda; y las guerras en Siria, Irak, Afganistán y Libia. El encuentro entre Trump y May representa una valiosa oportunidad tanto para proyectar el robusto liderazgo de los EE.UU. y el Reino Unido en el escenario mundial, como para promocionar la relación especial. La Administración Trump habrá de consignar como prioritario para la política exterior un acuerdo de libre comercio entre ambas naciones.

Existe sólido respaldo en Capitol Hill para un acuerdo de libre comercio con el Reino Unido, siendo un claro ejemplo el Acta para la Continuidad del Comercio, presentada por los senadores estadounidenses Mike Lee (Republicano, Utah), y Tom Cotton (Republicano, Arkansas). La decisión británica de abandonar la UE representa un importantísimo evento, y ofrece tremendas oportunidades para el Reino Unido y los Estados Unidos, a la hora de fortaleceer su sociedad.

Una entidad supranacional como la UE, que reprime la soberanía y la libertad de los aliados europeos de los Estados Unidos y los priva de margen para actuar con independencia claramente contradice los intereses estadounidenses, y la Casa Blanca no debería respaldar el mantra de una 'unión cada vez más cercana' a ambos lados del Atlántico. Al contrario, hace al interés de Estados Unidos cultivar lazos con capitales nacionales clave, antes que prestarle apoyo al languideciente proyecto europeo. Una alianza sólida y contínua se respalda en los principios fundantes de autodeterminación, libertad económica y defensa recíproca.

En simultáneo, la nueva Administración americana habrá de reformular el respaldo estadounidense para la UE, y promocionar un estudio serio -liderado por el Consejo de Seguridad Nacional- al respecto de cómo promocionar los intereses estadounidenses en Europa. La alianza de la OTAN continúa siendo de importancia vital para la defensa de Occidente, y lo es cada vez más al contemplarse el resurgimiento del militarismo ruso y la agresión personificada por el presidente Vladimir Putin.

Los Estados Unidos y el Reino Unido son los mayores aportantes de la OTAN, y ambos son la columna vertebral de tal alianza. Washington y Londres deberán trabajar en conjunto para reenergizar a la OTAN, convocando a los aliados europeos a que inviertan más en defensa mientras que, al mismo tiempo, reconstruyen sus fuerzas armadas, luego de años de recortes bajo las Administraciones de Barack Obama y de primeros ministros previos a Theresa May.

Estados Unidos y el Reino Unido habrán de enviar una clara señal a Moscú, al respecto de que cualquuer intento de quebrantar la soberanía de Estados miembro de la OTAN en el Báltico o en la Europa Oriental habrá de hacer frente a la fuerza militar a través del compromiso con el Artículo V, que estipula que un 'ataque armado contra uno o más Estados miembro de la OTAN en Europa o América del Norte deberá ser considerado como un ataque contra el resto'.

Adicionalmente, es importante que la Administración Trump se oponga a cualquier esfuerzo de la UE de crear una identidad defensiva o un ejército europeo que compita con la OTAN. Deberá trabajar para garantizar que la OTAN retiene la primacía en todo aspecto relativo a la defensa de Europa. La decisión de Trump de recuperar el busto de Sir Winston Churchill -desarrollado por Sir Jacob Epstein- el día que arribó a la Oficina Oval consigna la buena predisposición de la nueva Administración americana de trabajar en conjunto con su aliado británico.

Luego de ocho años de tibia aproximación de la Administración Obama al Reino Unido, la presidencia de Trump representa una posición firme a la hora de revitalizar la relación especial. Se trata de una sociedad que respalda en una cooperación profunda en materia de defensa, comercio, inteligencia y un sinnúmero de otras áreas que van desde el intercambio educativo hasta las artes. Conforme la ex primer ministro Margaret Thatcher lo certificara en su oportunidad, 'la relación especial existe, es importante, y debe continuar, porque Estados Unidos necesita amigos en la solitaria tarea del liderazgo mundial'.


La renovación y revitalización de la relación, durante los próximos cuatro años, contribuirá al fortalecimiento de Occidente, a la promoción de la prosperidad a ambos lados del Atlántico, y a la optimización de la capacidad estadounidense de liderar el mundo libre.



Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/01/26/how-trump-can-advance-the-special-relationship-with-britain/

 

Sobre Nile Gardiner

Es Director del Centro para la Libertad Margaret Thatcher, en la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Es analista especializado en variadas temáticas, como la 'relación especial' entre Estados Unidos y el Reino Unido, Naciones Unidas, el Irak de posguerra, y el rol de Gran Bretaña y Europa en la alianza liderada por EE.UU. contra el terrorismo internacional y Estados autoexcluídos del orden mundial ('rogue states'), como Irán. Gardiner fue nombrado recientemente por el periódico The Daily Telegraph como uno de los cincuenta ciudadanos británicos más influyentes en EE.UU. Sus trabajos son también publicados en la web estadounidense The Daily Signal.