Primer paso de Trump con miras a restaurar las FF.AA. estadounidenses
El próximo-pasado viernes, el presidente estadounidense Donald Trump firmó una...
El próximo-pasado viernes, el presidente estadounidense Donald Trump firmó una excepcionalmente importante orden ejecutiva, que da inicio tanto a la reconstrucción de las fuerzas armadas estadounidenses, como también al cumplimiento de una promesa de campaña. Dado que firmó la orden el mismo día que puso su firma en la orden sobre inmigración, este tema aún no ha capturado la atención que merece. Y eso es vergonzoso.
La orden de referencia, intitulada 'Reconstrucción de las fuerzas armadas de Estados Unidos', aún no ha sido posteada de manera oficial en el sitio web de la Casa Blanca. Pero un boceto de la misma, acompañada de informes de noticias, nos brinda detalles suficientes a los efectos de evaluarla oportunamente. La orden encomineda al Secretario de Defensa, James Mattis, a ejecutar una revisión de treinta días de duración para evaluar el estado de la respuesta de las fuerzas armadas -ello, a criterio de analizar sus capacidades de conducir acciones militares contra el Estado Islámico o ISIS, y versus otras formas de terrorismo islamista radical, así como también contra competidores y adversarios regionales.
Esta revisión es crítica y necesaria. La Fundación Heritage ha defendido en reiteradas oportunidades el llamado a efectuarla, en nuestra evaluación independiente sobre las fuerzas armadas de Estados Unidos.
El HIndice de Fuerza Militar Americana, Edición 2017 (de la Fundación) ha evaluado nuestra capacidad militar como 'marginal, con tendencia hacia la debilidad', a partir de los numerosos recortes de presupuesto y sobreutilización de material a lo largo de años. Nuestro estudio halló que el Ejército de Estados Unidos es hoy el más pequeño en elementos desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial; la Armada exhibe su versión más pequeña al menos desde la Primera Guerra Mundial; y la Fuerza Aérea padece una escasez incapacitante de pilotos y personal de mantenimiento. Por ejemplo, la antigüedad promedio de las aeronaves de la Fuerza Aérea es de 27 años. Por demasiado tiempo, la nación -y el presidente- han hecho a un lado el estado de la preparación militar, para favorecer otras prioridades.
Esta revisión de treinta días permitirá que el Secretario de Defensa y el presidente establezcan los hechos, y determinen las prioridades necesarias para la reconstrucción de la milicia. La orden, asimismo, llama a una revisión a criterio de 'reducir aquellos compromisos no directamente vinculados a operaciones de más alta prioridad, con la meta de lograr que exista disponibilidad de recursos para entrenamiento y mantenimiento'. Estos factores también se han retrasado por demasiado tiempo.
Conforme fuera apuntado en el apartado 'Perspectivas para el Equilibrio', preparado por la Fundación, el Departamento de Defensa invierte cientos de millones de dólares cada año en programas no vinculados directamente al estado de preparación militar, como ser investigación médico-militar, programas de energía sustentables, y programas ROTC junior. Aún cuando no existieren los recursos suficientes identificados a partir de recortes y eficiencias para solucionar los problemas de preparación del Pentágono, cada porción -aunque pequeña- ayuda.
Lo que acaso es más significativo, la orden encomienda a Mattis y al Director de la Oficina de Presupuesto y Administración el desarrollar un nuevo requerimiento para financiamiento de emergencia durante el año fiscal de 2017, así como también revisar el requerimiento de presupuesto (aún sin publicarse) para 2018, con el foco puesto en proporcionar el financiamiento necesario para dar inicio a la reconstrucción de la milicia. Esta dirección opera en línea con las recomendaciones elaboradas por el senador John McCain (Republicano, Arizona), y el Representante Mac Thornberry (Republicano, Texas). McCain y Thornberry, presidentes de los comités de Servicios Armados del Senado y la Cámara de Representantes, respectivamente, han expresado puntos de vista claros en relación al estado crítico de las fuerzas estadounidenses, al tiempo que han defendido por escrito, y con la debida persuasión, la necesidad de financiamiento adicional para la defensa.
La obtención de fondos adicionales para la defensa exigirá una serie de difíciles negociaciones en el seno del congreso con la Casa Blanca, pero la necesidad resulta tan crítica que cualquier fallo en este sentido no constituye una opción viable. El congreso y la Administración habrán de establecer objetivos mensurables y concretos a los efectos de reconstruir las fuerzas armadas, de tal suerte que el contribuyente estadounidense pueda contar con la garantía de que cada dólar aplicado a la defensa derive en mejoras comprobables.
Al cierre, la orden ejecutiva convoca a la revisión de una nueva postura nuclear y de defensa misilística, dos áreas clave para la defensa que también han padecido considerablemente bajo la Administración Obama. La Fundación Heritage se ha expresado con coherencia y, a viva voz, ha puntualizado la necesidad de nuevas evaluaciones y de una inversión incrementada en los dominios nucleares y de defensa misilística de nuestra nación. ¿Podrá la totalidad de estas acciones ser puesta en práctica sin echar mano de la orden ejecutiva del presidente? Ciertamente que sí. Pero, al firmar esta orden en particular, Trump ha decidido enviar una señal carente de ambigüedad a su Administración, en el sentido de quie la reconstrucción de nuestras fuerzas armadas es una de sus prioridades. Dadas las amenazas que nuestro país hoy enfrenta -y que afectan a sus intereses de seguridad nacional- esta novedad envía la señal correcta tanto a nuestros aliados como a nuestros potenciales adversarios.
* El autor, Teniente General (R) Thomas Spoehr, Ejército de EE.UU., es Director del Centro para la Defensa Nacional en el think tank estadounidense The Heritage Foundation
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/01/28/trump-takes-the-first-step-in-restoring-the-u-s-military/