Sobre la propuesta de Trump de erradicar a la MS-13; qué es la 'Mara Salvatrucha'

Al describir sus esfuerzos para agresivamente implementar la ley inmigratoria, la Administración Trump ha invocado repetidamente la amenaza de la MS-13, una violenta pandilla de alcance internacional con vínculos con Centroamérica.

Al responder a un novedoso resurgimiento de la violencia -que se ha relacionado con la MS-13 en Long Island, Nueva York-, tras descubrirse el pasado 13 de abril a cuatro hombres apuñalados en un parque público, el Fiscal General de los Estados Unidos, Jeff Sessions, se reunió con fuerzas del orden locales el pasado mes, y promovió la necesidad de erradicar a la pandilla, poniendo énfasis en la inmigración ilegal.

'El eslogan de la MS-13 es asesinar, violar y controlar', declaró Sessions en la Corte de los EE.UU. en Long Island. 'Nuestro eslogan es: justicia para las víctimas y consecuencias para los criminales. Así de sencillo es. Acusarlos y, luego de encontrárselos culpables, si no están aquí legalmente, se los deportará'. En una entrevista con The Daily Signal, expertos en las fuerzas de seguridad que han estudiado a la MS-13 -y que han sabido trabajar en el terreno para combatirla- dieron la bienvenida al duro enfoque propuesto por el presidente Donald Trump con miras a lidiar con la pandilla, pero advirtieron que el gobierno federal no debería perder de vista a otras violentas pandillas que ya se han afincado en los Estados Unidos.

De acuerdo a las estadísticas más recientes del FBI, existen alrededor de 33 mil pandillas activas en los Estados Unidos, que contabilizan a un aproximado de 1.4 millón de miembros. 'La amenaza de la MS-13 y la violencia que perpetran es lo suficientemente real, pero no son la única pandilla por aquí', afirma Wes McBride, director ejecutivo de la Asociación de Investigadores contra las Pandilas en California (California Gang Investigators Association), al ser entrevistado por The Daily Signal. Expertos como McBride, quien sirvió durante 28 años en la unidad antipandillas de la Oficina del Sheriff de Los Angeles, dice que el refuerzo a nivel inmigratorio es sólo uno entre todos los elementos de la estrategia que Estados Unidos ha empleado, durante décadas, contra la MS-13.

'La gente tiende a referirse a la MS-13 como una pandilla de ilegales, y en parte lo es; pero muchos de ellos en realidad han nacido aquí, de tal suerte que ya son la segunda generación', dice McBride. 'Este es un problema de largo plazo, que no comporta soluciones sencillas'.


‘Terreno fértil para la proliferación de pandillas’ 

La Mara Salvatrucha, conocida como MS-13, vio su origen en Los Angeles en la década del ochenta, cuando miles de personas oriundas de El Salvador, país situado en el triángulo norte de América Central, huyó de la guerra civil. Un informe del Servicio de Investigaciones del Congreso, elaborado en 2008, describe a los miembros originarios de la MS-13 como ex guerrilleros y ex soldados del ejército salvadoreño, con experiencia en combate. Esos miembros primigenios asistieron a la pandilla a la hora de contribuir a su desarrollo y a popularizar su empleo de métodos de inusual violencia -de manera prominente, el uso de machetes como arma homicida.

Eric Olson, director asociado del programa para América Latina en el think tank Wilson Center, afirma que los recién llegados desde El Salvador constituyeron la MS-13 como forma de autopreservación, para competir con otras pandillas con base en Los Angeles. 'Los salvadoreños solían ser confrontados por pandillas mexicanas en las escuelas públicas, y también con pandillas de afroamericanos, así que constituyeron grupos y pandillas con el objeto de autopreservarse', dijo Olson a The Daily Signal. Olson y otros expertos dicen que la MS-13 se amplió aún más cuando, hacia mediados de los años noventa, el gobierno estadounidense modificó la ley inmigratoria para detener las deportaciones que hubiesen devuelto a los miembros de la pandilla a El Salvador.

MS-13 se convirtió en la primer pandilla callejera en ser etiquetada como 'organización criminal transnacional' -dado que opera internacionalmente-, por parte del gobierno estadounidense. 'Mientras que muchos miembros de la pandilla eventualmente fueron deportados, debieron reconvertirse a sí mismos en El Salvador, así que Usted tenía el caso de una población altamente vulnerable que agrandaba a sus familias allí, como mecanismo de protección', dice Olson. 'MS-13 se ha vuelto más grande y más poderosa en El Salvador'.

Nelson Arriaga, presidente de la Asociación Internacional de Investigadores de Pandillas Latinas (International Latino Gang Investigators Association), que proporciona entrenamiento a fuerzas de policía que llevan a cabo operaciones antipandilla, dice que el gobierno de los Estados Unidos no ha ofrecido el respaldo apropiado a las autoridades salvadoreñas, mal equipadas para lidiar con el regreso de sus atribulados compatriotas. 'La implementación de la ley en América Central nada hace contra las actividades del elemento criminal exportado desde Estados Unidos a esos países, ni con el alto nivel de sofisticación que los miembros de pandillas que regresan a Centroamérica que trayeron consigo', señala Arriaga a The Daily Signal. 'Esos países eran terreno fértil para la proliferación de pandillas'.

Conforme la MS-13 acrecentó sus filas con deportados que volvían de Estados Unidos hacia El Salvador, sus miembros también retornaron a suelo estadounidense. 'Cuando empezamos a deportarlos, algunos regresaron y volvieron a entrar', dice McBride. 'Se volvió un problema circular'.


Operaciones contra las pandillas en el terreno 

Hoy día, el Departamento de Justicia estima que la MS-13 cuenta con algo de 30 mil miembros en todo el mundo, y con más de 10 mil en los Estados Unidos. MS-13 se encuentra activa en cuarenta estados de la Unión y también en el Distrito de Columbia -estima Justicia-, con una presencia especialmente significativa en la Costa Este, en Nueva York, Virginia y Maryland. En tanto Trump ha responsabilizado a las políticas inmigratorias débiles de su antecesor Barack Obama por el crecimiento de la MS-13, datos oficiales del Departamento de Justicia -fechado el 18 de abril- subraya el 'gran progreso realizado' por fuerzas de seguridad locales, estatales y federales a la hora de 'morigerar' y provocar disrupción en el impacto generado por las pandillas entre 2009 y 2010.

En efecto, McBride sentencia que él no culpa a la Administración Obama por la ampliación de las operaciones de la MS-13. El experto en pandillas californiano observa que el Departamento del Tesoro -en tiempos de Obama- sancionó a la pandilla MS-13 por ser una organización criminal transnacional, en 2012. En enero de 2016, Justicia acusó a 56 miembros de la MS-13 en el área de Boston, bajo cargos federales de extorsión -algunos llegaron al homicidio-, conspiración para cometer homicidio, intento de homicidio y tráfico de drogas. En marzo de este año, la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York acusó a más de una docena de miembros de la MS-13 en siete casos de homicidio registrados en Long Island, incluyendo las muertes de numerosos alumnos de escuelas secundarias el año pasado.

El FBI constituyó una Fuerza Especial Nacional Contra MS-13 (MS-13 National Gang Task Force) en 2004, a criterio de coordinar los esfuerzos investigativos a nivel de agencias federales, estatales y locales, contra la pandilla de referencia. Arriaga, sargento retirado del Departamento de Policía de Inglewood -experto en pandillas- dice que el GBI y los agentes de Inmigración y de Aduanas hoy día están informados en temas centroamericanos, con la meta de ayudar a las policías locales en naciones que deben lidiar con la amenaza de la MS-13. 'La amenaza de MS-13 en América Central se ha vuelto exponencial, comparándose con la amenaza que representa en Estados Unidos', señala Arriaga. 'Es bueno ver que la Administración Trump ponga énfasis en la MS-13, pero el aspecto de aplicación de la ley ya ha sido enfocado en esa variable'.

La amenaza 'se queda aquí'

A pesar de estos esfuerzos, los expertos en seguridad reconocen que la MS-13 se mantiene fuerte. Los miembros de la pandilla en los EE.UU. se han enfocado en la oleada de recientes llegados desde Centroamérica, particularmente jóvenes adolescentes que se trasladan hacia Estados Unidos en soledad, como parte de la ola de inmigración ilegal procedente de El Salvador, Honduras y Guatemala durante los últimos dos años. 'El mejor modo de hacer frente al problema es convencer a los jóvenes de alejarse de las pandillas', afirmó Sessions en su discurso del 28 de abril, ofrecido en Long Island. 

Mientras que la MS-13, que exhibe una estructura descentralizada con escasa coordinación, no es considerada como un jugador de peso en el tráfico internacional de drogas, afirma Olson, el grupo recurre a la extorsión para controlar los mercadillos locales de drogas. 'La extorsión es, en rigor, la porción central de sin ingreso, así que, si Usted vive en un barrio pobre y su empleo no le da el dinero suficiente, o si Usted no tiene un empleo y vende tortillas en una esquina, MS-13 lo obligará a pagar una contribución', apunta Olson. 'Extorsionan a la totalidad de la actividad económica. El control que exhiben de los mercados legales y la extorsión es absoluto. Y, cuando están en conflicto con otro y con la policía, se vuelven extraordinariamente violentos'.

Olson se refirió a la necesidad de contar con una estrategia multipropósito para derrotar a la MS-13:

No es como eliminar un tumor, que Usted puede cortar y ya no regresa. Lo cierto es que se queda aquí. El trabajo antipandillas en los Estados Unidos y Centroamérica necesita ir más allá de simplemente deportar y encarcelar a la gente. Yo no diría que la seguridad fronteriza no tiene impacto. Ya tiene un gran impacto. Pero es solo un elemento a la hora de hacer frente al desafío más global.