Cómo se fabrica una 'zona liberada'

Un dato útil para comprender de qué manera funcionan las denominadas 'zonas liberadas' en el conurbano bonaerense consiste en explorar los detalles relacionados con la libertad de los detenidos en comisarías.

 

El mecanismo da inicio cuando, desde los tribunales, llega la orden de liberar a los detenidos en una comisaría dada.

 

Así, pues, cuando un magistrado define la libertad de un detenido, la cédula judicial correspondiente es remitida desde el tribunal interviniente a la comisaría de rigor y, allí, es recepcionada por el jefe de la dependencia. El funcionario policial debe, entonces, proceder a la libertad inmediata del imputado.

 

No obstante, desde hace ya tiempo se sabe que la libertad de tal o cual preso comporta un oneroso costo económico, que oscila entre los $5 mil y llegando a los $25 mil -según cada caso.

 

Si bien la libertad ha sido otorgada, lo cierto es que el reo desconoce por completo su situación -el personal policial no le informa. A tal efecto, se le hace creer que, para obtener su liberación definitiva, él debe aportar una determinada cifra de dinero. En consecuencia, el elemento policial le permitirá salir para que el detenido se haga de ese dinero en efectivo (advertencia que es formulada bajo amenaza) y que, toda vez que decida no retornar a la comisaría, podrían reactivarse una variedad de causas penales en su contra.

 

En ocasiones, ese diálogo entre reo y personal policial llega a ser ameno y cordial, aunque no está exento de aristas más complejas. Cuando el detenido afirma no contar con el dinero que le es exigido, de inmediato se le sugiere que salga y 'lo consiga'.

 

Esa dialéctica siempre remata en idénticos finales, cuando el detenido apunta que, si delinque, será atrapado inmediatamente por aquellos mismos individuos que le otorgan la libertad. Es entonces cuando recibe información específica al respecto de qué zonas o cuadrantes de determinado barrio serán 'liberados', para que pueda operar sin ser perturbado por agentes del orden.

 

Así las cosas, si el 'trabajo' se complica, y el daminificado logra dar parte a la policía, el grupo encargado de la seguridad ciudadana arribará a escena (adrede) en un lapso no inferior a entre cincuenta minutos y una hora después de que el delincuente o perpetrador se haya retirado del lugar.

 

Por regla general, la inseguridad y las zonas liberadas remiten a acciones confeccionadas con antelación, las cuales garantizan el accionar del delincuente, siempre mediando el usufructo explotado por las personas encargadas de brindar esa seguridad que se quebranta.