Trump debería responsabilizar a Rusia por su plan para asesinar a Juan Pablo II
Un académico estadounidense -que supo desempeñarse en la presidencia de Ronald Reagan...
* Desarrollado por Elle Rogers, miembro del Programa de Jóvenes Líderes en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, Washington, D.C.
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Un académico estadounidense -que supo desempeñarse en la presidencia de Ronald Reagan- afirmó que, al arrojar luz sobre el rol de Moscú en el intento de homicidio contra el papa Juan Pablo II, espera lograr que Donald Trump haga responsable a Rusia por lo que ha sido calificado 'el crimen del siglo'. Paul Kengor, profesor de ciencias políticas en el Grove City College, escribe en relación al vínculo que empujó a Reagan y a Juan Pablo II a confrontar al comunismo, en su último libro, 'Un Papa y un Presidente: Juan Pablo II, Ronald Reagan, y la Historia No Contada sobre el Siglo XX'.
Conforme fuera previamente informado por el medio estadounidense The Daily Signal, el libro de Kengor explora lo que él ve como evidencia de que oficiales de inteligencia rusos en el extranjero idearon el complot para terminar con la vida del pontífice, por vía de un tiroteo. '[La inteligencia soviética] sancionó el asesinato del Papa, y ya es hora de que se nos relate cómo sucedió exactamente esto', dijo Kengor a The Daily Signal, luego de su discurso del 29 de junio sobre el tema, en el think tank estadounidense The Heritage Foundation.
El punto de partida de Kengor es el 16 de octubre de 1978, cuando el Colegiado de Cardenales seleccionó a un nuevo papa, oriundo de Polonia -'justo del corazón del bloque comunista', conforme Kengor lo cifra en su discurso ante Heritage. Kengor, quien también es director ejecutivo del Centro para Visión y Valores en el Grove City College, dijo que la ascención de Karol Wojtyla a papa preocupó al liderato antirreligioso en la Unión Soviética, que intentó impedir su segunda visita a Polonia en 1979.
El tour de Juan Pablo II a su país de origen electrizó a las multitudes. En ocasión de una misa pública -a la que asistieron entre 2 y 3 millones de polacos, en abierto desafío a la policía secreta-, el pontífice arengó el fervor religioso y la independencia de Polonia. 'Nadie se atrevía a decirlo en ese momento', dijo Kengor a su audiencia en Heritage, refiriéndose al respaldo dado por el papa a la libertad frente al bloque comunista.
Los canales de noticias tales como el New York Times informaron que la visita de Juan Pablo II significaba poco para el orden político en la Europa Oriental. Pero Reagan, entonces candidato a presidente, vio la cobertura televisiva 'con lágrimas en sus ojos', agregó Kengor, y dijo que Juan Pablo II era la clave para la caída del comunismo. En 1979, los nueve miembros del Comité Central Soviético -incluyendo al futuro líder de la URSS, Mikhail Gorbachov- emitieron un edicto para 'recurrir a todos los medios posibles' para obstruir los objetivos del papa, Kengor dijo ante Heritage.
'En esencia, aquello era una orden para cometer un asesinato', dijo el académico. Un turco musulmán, Ali Agca, disparó varios tiros contra Juan Pablo II en la Piazza San Pietro, el 31 de mayo de 1981 -seis semanas después de que otro potencial homicida, John Hinckley, le disparó a Reagan luego de estar dos meses en la presidencia americana. Alcanzado dos veces por los disparos -recordó Kengor-, la pregunta final del papa previo a perder la consciencia en el hospital fue: '¿Cómo pudieron hacerlo?'. El autor afirma que entiende que, al referirse a 'ellos', se refirió a los líderes comunistas soviéticos.
Días después de los disparos contra el papa -dijo Kengor en la fundación estadounidense-, Reagan pudo haber evaluado que el papa sospechaba del involucramiento soviético, cuando el presidente advirtió a los graduados de la universidad americana de Notre Dame de cara a 'ciertas teorías económicas que emplean la retórica de la lucha de clases a los efectos de justificar la injusticia'. The Guardian -matutino británico- especuló con el rol de Moscú en 1981, sospecha que fue negada en ese momento por los canales soviéticos.
La Administración Reagan ordenó luego una investigación ultrasecreta a la CIA, que Kengor definió como 'crítica' en su libro, culminando en lo que él describe como documentos secretos aún clasificados, que concluyeron que la Dirección de Inteligencia soviética planeó el homicidio del papa. La misma continúa siendo hoy una importante agencia rusa de seguridad. La URSS se derrumbó luego de las elecciones polacas de 1989, que derivaron en un desastre para los comunistas. Conforme Reagan y Juan Pablo II habían sospechado, la patria del pontífice era clave a la hora de llevar libertad a la Europa Oriental.
Kengor afirma que una fuente de confianza le reveló que Juan Pablo II solicitó a Reagan no publicitar el rol de los soviéticos en el homicidio, dado que ello atentaría contra el diálogo de acercamiento hacia el nuevo líder soviético, Gorbachov. Kengor dijo a The Daily Signal que aspira a que Trump tome la decisión de desclasificar los documentos que ilustran el complot ingeniado por Moscú.
En un correo electrónico remitido a The Daily Signal, Kengor también urgió al actual presidente estadounidense a que se ponga firme ante su par Vladimir Putin, empleando su púlpito de ataque (incluyendo Twitter) para exponer el rol del Kremlin en el ataque contra el papa. El mandatario americano se reunirá con Vladimir Putin en persona este viernes 7 de julio. Trump 'desea plantarse, y demostrar que no es un ladero de Putin ni de los rusos', escribió Kengor, agregando:
Bueno; él podría hacer eso -y, más importante, hacer un bien- al urgir a la burocracia de Washington, e inclusive a los rusos, a que liberen la información que han estado ocultando durante treinta años y que versa sobre lo que, con razón, se conoce como el delito del siglo.