Sobre la importancia geoestratégica de Yemén
Durante años, Yemén se ha exhibido como una de las naciones más pobres del globo.
Durante años, Yemén se ha exhibido como una de las naciones más pobres del globo. Hoy día, su economía se halla a la vera del colapso, las enfermedades infecciosas merodean estadísticas rampantes, y las facciones en pugna consignan una amenaza existencial para ese país. Una guerra civil ha depositado a Yemén en lo que algunos ya califican como 'la peor crisis humanitaria de la historia'.
Tras la Primavera Arabe, las protestas forzaron al presidente Ali Abdullah Saleh a abandonar el poder en 2012; el ex mandatario se unió a elementos rebeldes respaldados por Irán, a los efectos de derrocar a su sucesor, el actual jefe de Estado Abed Rabbo Mansour Hadi. Hadi fue forzado al exilio en Arabia Saudita; logró retornar a la escena política luego de que una coalición liderada por los saudíes intervino para respaldar a su gobierno, en 2015.
Toda vez que los actores involucrados son numerosos, hoy son tres las facciones más importantes que pujan por el control de Yemén: el actual gobierno de Hadi (respaldado por la coalición liderada por Arabia Saudita), los rebeldes hutíes y aquellos alineados con Saleh (mayormente respaldados por Irán), y la franquicia al-Qaeda en la Península Arábiga (en esencia, una organización terrorista).
Conforme el gobierno de Hadi y los rebeldes hutíes combaten para obtener el control, al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP) ha capitalizado sobre la inestabilidad, incrementando su presencia efectiva y la cifra de atentados terroristas. Otros nucleamientos terroristas también han comenzado a florecer en el caos yemení, incluyendo a algunos que juraron lealtad al Estado Islámico. En la nebulosa que constituye la brutal guerra civil y la potenciación del terrorismo, los civiles yemenitas han debido hacer frente a las peores facetas del conflicto.
A continuación, una síntesis que hace al carácter devastador de la guerra civil en Yemén:
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Desde 2015, el saldo es de un aproximado de 42 mil civiles heridos. - Otros 8 mil civiles, incluyendo niños, han sido asesinados.
- Diez millones de civiles están a punto de perder acceso a fuentes de agua potable.
- Siete millones de civiles se exhiben hoy carentes de acceso a alimentos.
- Tres millones de civiles han sido desplazados de sus hogares.
- Una epidemia de cólera está asolando al país, afectando a más de 330 mil personas. El fenómeno ha sido calificado como el peor brote de cólera en la historia humana.
- Un estimado de 14.8 millones de personas no cuentan con acceso a servicios sanitarios y de salud básicos.
- El veinticinco por ciento del sistema sanitario de Yemén se ha visto forzado a la clausura, dada la falta de energía, suministros y seguridad.
- De un total de 3.500 instalaciones sanitarias evaluadas, solo el 45% funciona en plenitud.
Para dotar de mayor perspectiva al escenario, considérese que Yemén cuenta con una población de 27 millones de personas. Un aproximado de 18.8 millones—el 69 por ciento de la población del país— requiere de asistencia humanitaria inmediata. La inestabilidad, las amenazas contra la seguridad, y las carencias en materia de infraestructura, han impedido el arribo de organizaciones dedicadas a la asistencia humanitaria.
Estados Unidos tiene particular interés, no solo de asistir en la morigeración de la crisis humanitaria yemení, sino a los efectos de alentar la conformación de una construcción política que ponga fin a la guerra. Lo que suceda en Yemén afecta negativamente a la estabilidad regional, en tanto podría ser desastroso para los intereses estadounidenses. La brutal puja entre los rebeldes hutíes y el gobierno de Hadi simboliza el carácter más amplio de la lucha que se registra entre Irán y Arabia Saudita. Irán ha visto una oportunidad para minar la influencia saudí en el mundo árabe, incrementando la propia en el proceso.
Es vital para los intereses estadounidenses que la influencia iraní sea contenida. Asimismo, la importancia geoestratégica de Yemén no puede ser ignorada. El país limita con dos naciones aliadas de los Estados Unidos, y se sitúa en el punto de convergencia del Mar Rojo y el Golfo de Adén, a la vera del Estrecho Bab el Mandab Strait—una ruta comercial de importancia crítica, particularmente para el transporte de crudi.
Una cifra promedio diaria de 4.7 millones de barriles de crudo son transportados a través de ese canal. En su franja más estrecha, Bab el Mandab exhibe un ancho de apenas 18 millas, lo que significa que los navíos se ven forzados a circular demasiado cerca uno de otro, solo dos a la vez. Cualquier disrupción severa de la mencionada ruta podría restringir el flujo del crudo originado en el Golfo Pérsico hacia Europa y hacia el hemisferio occidental, elevando los precios del barril. Informes recientes relativos a ataques perpetrados por rebeldes hutíes contra navíos estadounidenses y de otras nacionalidades en las costas de Yemén han elevado las preocupaciones vinculadas a la seguridad marítima en el Mar Rojo.
Conforme la guerra se prolonga y la influencia iraní se potencia, Teherán perfectamente podría buscar ampliar su poder de negociación, escalando la amenaza potencial contra los buques que transitan a lo largo del citado estrecho. La guerra ya ha sido devastadora para los civiles yemenitas y para la estabilidad regional. Estados Unidos, por su parte, podría alentar una construcción política viable para ese país, pero la consolidación de esa alternativa dependerá de los propios yemeníes y de un amplio consenso en el mundo árabe. De igual manera, cualquier convenio será imposible en la práctica, hasta tanto Irán no deje de alimentar el fuego por vía de su respaldo a los rebeldes hutíes.
No obstante, sin registrarse una solución que ponga fin al conflicto armado, la crisis humanitaria yemení solo habrá de empeorar.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/08/10/crisis-yemen-matters-united-states/
Madyson Hutchinson es asistente administrativa y de investigación en el Instituto Davis para Seguridad Nacional y Política Exterior, en el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C.). Publica periódicamente en la web The Daily Signal.