Aníbal Fernández, acorralado
Con la caída del ciudadano colombiano José Piedrahíta Ceballos, Aníbal Fernández queda acorralado.
01 de Octubre de 2017
Con la caída del ciudadano colombiano José Bayron Piedrahíta Ceballos, Aníbal Fernández queda acorralado.
Piedrahíta Ceballos, sucesor de Gilberto Rodríguez Orejuela (alias, a.k.a. El Ajedrecista) en el Cártel de Cali, operó en Argentina desde el año 2008, caracterizándose por inversiones económicas siderales. El grupo detectó en nuestro país un paraíso abierto que le permitiría desarrollar, por la vía de inversiones en múltiples sectores de la economía, la construcción de su nuevo hogar en el mundo.
En los años de mayor poder, Aníbal Fernández tenía control sobre la Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, la Unidad de Información Financiera (UIF), Dirección Nacional de Migraciones, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y el Ministerio de Justicia, desde donde había prohibido iniciar cualquier investigación sobre narcotráfico sin antes ser informado. Es decir, ninguna investigación sobre ésta temática o lavado de activos se podía llevar adelante sin su consentimiento.
Ha de tenerse presente en todo momento que, en aquella época, el Grupo de narcocriminalidad de Gendarmería Nacional que desarrollaba sus actividades en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue disuelto por el propio ex Jefe de Gabinete del kirchnerismo, arrojando al basurero más de tres centenares de delicadas investigaciones. La Unidad Especial de Investigaciones y Procedimientos Judiciales Buenos Aires de Gendarmeria Nacional (UESPROJUD) fue desmantelada el 7 de mayo de 2009, por el entonces poderoso Aníbal Fernández.
Era a todas luces imposible que Fernández desconociera al ciudadano colombiano Piedrahita -y lo propio sucedía con su actividad, conforme el citado se hallaba en los listados de personas de interés preparados por la agencia antinarcóticos estadounidense (DEA). Sin embargo, el todopoderoso jefe de esta gavilla de delincuentes transitó con absoluta libertad e impunidad por las fronteras argentinas, llevando y trayendo fondos ilícitos en efectivo, llevando a cabo inversiones, montando estructuras financieras de magnitud y cimentando su emporio en la República Argentina, sin que el funcionario siempre fiel a Néstor y a Cristina Kirchner moviese un dedo para impedirlo.
En la Era kirchnerista, operaba ya en la Provincia del Chaco la reconocida lugarteniente de Joaquín Guzmán Loera ('Chapo', Cártel de Sinaloa), María Alejandra López Madrid -a quien en su oportunidad supe denunciar ante la justicia-. A consecuencia de exponer su rol y actividades la Asociación Antidrogas de la República Argentina, se vio obligada a huir a Asunción del Paraguay. En territorio guaraní sería luego apresada, para rematar siendo extraditada a territorio argentino, donde finalmente recibió su condena.
Adicionalmente, cabe destacar que, durante aquel período, Aníbal Fernández obligó a Gendarmería Nacional a perseguirme, controlando la fuerza federal mis movimientos por vía del Protocolo Proyecto Equis. En tal faena, colaboraron con Fernández el magistrado federal marplatense Roberto Atilio Falcone, Horacio Verbitsky y Emilio Ruchansky. Al cierre, esa iniciativa mancomunada buscó abrirme causas en mi contra, bajo la carátula de terrorismo de Estado. El esfuerzo cayó por propio peso, en función de que, en los años de la dictadura militar, quien esto escribe contaba con catorce años de edad.
En la caída del telón, el cerco sobre Aníbal Fernández comienza a cerrarse sobre él. Tras haber puesto de suyo en el objetivo de convertir a la República Argentina en una narcorrepública, el ex funcionario kirchnerista se encuentra hoy más cerca de responder ante la justicia federal.
Piedrahíta Ceballos, sucesor de Gilberto Rodríguez Orejuela (alias, a.k.a. El Ajedrecista) en el Cártel de Cali, operó en Argentina desde el año 2008, caracterizándose por inversiones económicas siderales. El grupo detectó en nuestro país un paraíso abierto que le permitiría desarrollar, por la vía de inversiones en múltiples sectores de la economía, la construcción de su nuevo hogar en el mundo.
En los años de mayor poder, Aníbal Fernández tenía control sobre la Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, la Unidad de Información Financiera (UIF), Dirección Nacional de Migraciones, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y el Ministerio de Justicia, desde donde había prohibido iniciar cualquier investigación sobre narcotráfico sin antes ser informado. Es decir, ninguna investigación sobre ésta temática o lavado de activos se podía llevar adelante sin su consentimiento.
Ha de tenerse presente en todo momento que, en aquella época, el Grupo de narcocriminalidad de Gendarmería Nacional que desarrollaba sus actividades en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue disuelto por el propio ex Jefe de Gabinete del kirchnerismo, arrojando al basurero más de tres centenares de delicadas investigaciones. La Unidad Especial de Investigaciones y Procedimientos Judiciales Buenos Aires de Gendarmeria Nacional (UESPROJUD) fue desmantelada el 7 de mayo de 2009, por el entonces poderoso Aníbal Fernández.
Era a todas luces imposible que Fernández desconociera al ciudadano colombiano Piedrahita -y lo propio sucedía con su actividad, conforme el citado se hallaba en los listados de personas de interés preparados por la agencia antinarcóticos estadounidense (DEA). Sin embargo, el todopoderoso jefe de esta gavilla de delincuentes transitó con absoluta libertad e impunidad por las fronteras argentinas, llevando y trayendo fondos ilícitos en efectivo, llevando a cabo inversiones, montando estructuras financieras de magnitud y cimentando su emporio en la República Argentina, sin que el funcionario siempre fiel a Néstor y a Cristina Kirchner moviese un dedo para impedirlo.
En la Era kirchnerista, operaba ya en la Provincia del Chaco la reconocida lugarteniente de Joaquín Guzmán Loera ('Chapo', Cártel de Sinaloa), María Alejandra López Madrid -a quien en su oportunidad supe denunciar ante la justicia-. A consecuencia de exponer su rol y actividades la Asociación Antidrogas de la República Argentina, se vio obligada a huir a Asunción del Paraguay. En territorio guaraní sería luego apresada, para rematar siendo extraditada a territorio argentino, donde finalmente recibió su condena.
Adicionalmente, cabe destacar que, durante aquel período, Aníbal Fernández obligó a Gendarmería Nacional a perseguirme, controlando la fuerza federal mis movimientos por vía del Protocolo Proyecto Equis. En tal faena, colaboraron con Fernández el magistrado federal marplatense Roberto Atilio Falcone, Horacio Verbitsky y Emilio Ruchansky. Al cierre, esa iniciativa mancomunada buscó abrirme causas en mi contra, bajo la carátula de terrorismo de Estado. El esfuerzo cayó por propio peso, en función de que, en los años de la dictadura militar, quien esto escribe contaba con catorce años de edad.
En la caída del telón, el cerco sobre Aníbal Fernández comienza a cerrarse sobre él. Tras haber puesto de suyo en el objetivo de convertir a la República Argentina en una narcorrepública, el ex funcionario kirchnerista se encuentra hoy más cerca de responder ante la justicia federal.
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@ElAntidroga
Sobre Claudio Izaguirre
Reconocido activista antidrogas, titular de la Asociación Antidroga de la República Argentina (AARA). Sus artículos son publicados en periódicos nacionales e internacionales.