Las libertades se diluyen en Hong Kong: qué puede hacer Estados Unidos
La viabilidad del modelo 'Un país, dos sistemas' en Hong Kong podría hallarse hoy bajo escrutinio...
La viabilidad del modelo 'Un país, dos sistemas' en Hong Kong podría hallarse hoy bajo escrutinio, afirmó recientemente la Comisión Parlamentario-Ejecutiva de China, en su informe anual elevado al Congreso de los Estados Unidos. En el período analizado, la comisión documentó una cifra de perturbadoras tendencias que apuntan a la erosión de las libertades en la Región Administrativa Especial de Hong Kong (SAR). A partir de estos hallazgos, Estados Unidos debería considerar modalidades para clarificar su política exterior hacia Hong Kong.
El informe anual de la referida Comisión es el resultado de un mecanismo de informes con mandato originado en el parlamento estadounidense, que repasa cuestiones vinculadas a los derechos humanos y al Estado de derecho en China. Asimismo, pondera los escenarios de Xinjiang, el Tibet, Hong Kong y Macao.
Este año, el informe subrayó cuatro tendencias críticas:
- El uso que el gobierno chino y del Partido Comunista en ese país hacen de la legislación, como metodología destinada a la represión.
- La puesta sistemática bajo escrutinio y la criminalización de los abogados dedicados a derechos humanos, y a la sociedad civil.
- Las restricciones que pesan sobre la libertad religiosa en el Tibet y en Hong Kong.
- La incertidumbre en relación a la viabilidad del modelo 'Un País, Dos Sistemas', en Hong Kong.
Las tendencias registradas en Hong Kong son particularmente preocupantes. Luego de 1997, instancia en que el Reino Unido retornó Hong Kong a China, Hong Kong ingresó en una política denominada 'Un País, Dos Sistemas', que buscó preservar los elementos de la occidentalización que florecieron en ese territorio al hallarse bajo control británico. Este marco permitió que Hong Kong profundizara políticas económicas capitalistas al menos hasta 2047 -momento que consignará el 50a. aniversario de su retorno, por parte de Gran Bretaña, a soberanía china. De igual manera, ese marco permitía que Hong Kong retuviese cierta autonomía política.
Como resultado, los ciudadanos de Hong Kong disfrutan de un formato limitado de democracia que ofrece margen para un gobierno independiente. Durante los veinte años transcurridos desde la devolución del territorio, esta norma se ha visto sostenida. No obstante, desde 2014, el Partido Comunista Chino ha comenzado a utilizar su influencia para infiltrar al gobierno hongkonés.
De acuerdo al informe de la comisión en el congreso americano, la interpretación ejercida por el Comité Permanente del Congreso Nacional del Pueblo al respecto de la Ley Básica de Hong Kong había tenido el efecto de alentar la elección de candidatos particulares. En un punto, la interpretación determinó una resolución, por parte del sistema judicial de Hong Kong, que dos candidatos democráticos quedaran fuera de competencia, luego de que alteraran sus respectivos juramentos (en relación a que respetarían la autonomía del territorio).
Más recientemente, el Partido Comunista ha empleado tácticas más agresivas a los efectos de manipular el sistema. Amén de silenciar a funcionarios de Hong Kong, autoridades chinas sin identificar -según se dijo- secuestraron a bibliotecarios hongkoneses, en lo que consignó un esfuerzo no solo por demostrar superioridad y control en la región, sino también para silenciar a los opositores al Partido Comunista. Pocos meses atrás, la intromisión potencial de China en el sistema judicial local resultó en la condena de los defensores de la democracia de Hong Kong Joshua Wong, Alex Chow, y Nathan Law.
El Acta para Política Exterior Hacia Hong Kong Policy de 1992 permitió que Estados Unidos y Hong Kong mantuvieran una sociedad económica separada de las relaciones de EE.UU. con la República Popular China, bajo la expectativa de que Hong Kong disfrutaría de una relativa autonomía. Sin embargo, al ponderarse las recurrentes violaciones a los derechos humanos, resulta evidente que el gobierno chino ejercita cuotas indebidas de poder sobre elementos de la política doméstica de Hong Kong.
A los efectos de confrontar esta realidad, los Estados Unidos de América habrán de buscar nuevos formatos para reafirmar los derechos humanos y la democracia en Hong Kong. Un modo de hacerlo es a través del Acta Sobre Democracia y Derechos Humanos en Hong Kong. Este proyecto renovaría los requisitos para desarrollar un informe anual sobre los caracteres principales de la democracia en Hong Kong. El informe tomará en consideración cuestiones vinculadas a la economía, y también a los derechos humanos. La legislación, en conjunto con el Acta Sobre Política Exterior de 1992, podría funcionar en tándem con la meta de aclarar las intenciones de los Estados Unidos en la región.
Es parte tanto del interés de Hong Kong como de los Estados Unidos garantizar que las libertades democráticas de Hong Kong se encuentran debidamente preservadas. La Administración Trump habrá de prestar especial atención a las actuales tensiones políticas en Hong Kong, y profundizar en políticas recíprocamente beneficiosas que salvaguarden la sociedad comercial, preservándose, asimismo, los derechos humanos y las libertades en Hong Kong.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/10/11/freedom-eroding-hong-kong-heres-us-can/
* Desarrollado con la colaboración de Rachael Wolpert y Diana Guevara, ambas integrantes del Programa de Jóvenes Líderes en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, Washington, D.C.
Es asistente en investigación en el Centro de Estudios Asiáticos en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Sus artículos se publican en el sitio web The Daily Signal (Estados Unidos).