Eugenio Zaffaroni y la espiralización de la amenaza: ensoñaciones de nomenklatura
El polémico jurista Eugenio Raúl Zaffaroni -entrañable amigo del ex vicepresidente de la Nación Amado Boudou...
El (...) pueblo deberá ser imbuído de una fe recurrente en el socialismo y de una acelerada conciencia de clase antiimperialista, de tal suerte que pueda ponderar nuestro estilo de vida socialista como parte de su vida y de su alma, amarlo fervientemente, y combatir hasta las últimas consecuencias a las maniobras de infiltración ideológica y cultural propiciadas por los imperialistas.
Kim Jong-Un (presidente de Corea del Norte)
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El polémico jurista del abolicionismo, Eugenio Raúl Zaffaroni -entrañable amigo del ex vicepresidente de la Nación Amado Boudou y, a la sazón, colaborador en su defensa judicial- volvió, en las últimas horas, a propiciar un final anticipado de la Administración Macri, a los efectos de 'solucionar el problema'. Más allá de las ponderaciones ideologizadas del mencionado, convendría profundizar en la naturaleza del 'problema' al que supo hacer referencia -en virtud de que la opinión ciudadana no parece dar con la interpretación adecuada.
El día martes 3 de octubre de 1989 (en su página 14), Diario Clarín prestó su edición para publicar una solicitada intitulada 'Homenaje al 40mo. Aniversario de la República Democrática Alemana'. El texto central rezaba:
'(...) el 7 de octubre de 1949 se fundó la República Democrática Alemana, fiel a los acuerdos de Potsdam, pero sobre todo fiel a las más altas tradiciones históricas del pueblo alemán: una república antifascista, antimonopolista, humanista, pacifista, nació ese día.
Poco después el principio de que "nunca jamás una guerra sería iniciada en el territorio de la RDA", se configuraba como un principio básico de su constitución.
A partir de entonces, año a año -sobre el trabajo de sus ciudadanos con una inclaudicable energía- el pequeño país de diecisiete millones de habitantes se industrializó, pasó a ser una nación respetada y fue representando de más en más, para una humanidad angustiada, la garantía de la lucha contra la guerra, por el desarme y por la convivencia fraterna entre los pueblos y naciones.
Nuestro pueblo saluda a este país, joven, pero nutrido de remotas raíces históricas, que lo son de la cultura universal y de los Derechos Humanos'.
Entre los firmantes, pertenecientes al pretendido 'Consejo de Presidencia de la Comisión Nacional de Homenaje', figuraba el Doctor Eugenio Raúl Zaffaroni.
Acaso para certificar la limitada visión intelectual y el paupérrimo criterio de valoración histórica encarnados por los firmantes de la solicitada, muy poco tiempo después de publicada aquélla, sobrevendría la caída del muro de Berlín. Tras ese evento, el mundo terminaría por reconocer el portentosamente destructivo legado del comunismo, no solo a nivel socioeconómico, sino también en el terreno de los derechos humanos -precisamente, los que el otrora respetado Doctor Zaffaroni ponía tanto esmero en defender y promocionar, en sus periplos por incontables claustros universitarios del Viejo Continente.
A propósito de la RDA, sería conveniente detenerse en el generoso aporte compartido por su Ministerio de Seguridad Estatal (Ministerium für STAatsSIcherheit, mejor conocida como STASI) en materia de DD.HH.:
- El Ministerio supo contar con una bien nutrida red de más de 300 mil individuos -entre agentes activos, durmientes e informantes-, sobre un total de dieciséis millones de habitantes. Los pertenecientes a la tercera categoría no dudaban en informar a sus vecinos a criterio de obtener beneficios (en una mayoría de casos, dinero o bien acceso a alimentos básicos). Los denunciados iban a parar a centros de detención, y eran sometidos a indescriptibles vejámenes; la tortura, la ejecución extrajudicial y las desapariciones estaban a la orden del día. Estos prolegómenos han sido descritos con remarcable precisión, en el filme La Vida de los Otros (Das Leben Den Anderen; 2006)
- Escuelas, universidades y hospitales eran objetivos predilectos de infiltración por parte de los agentes del represivo régimen
- En el exterior, la STASI colaboró activamente en la exportación de su modelo a terceras naciones. Calcos del sistema de espionaje germanooriental fueron implementados exitosamente en la Cuba de Fidel Castro, en los regímenes comunistas de Yemén del Sur, Angola y Mozambique. Elementos del Ministerio asistieron también en la creación de la violenta policía secreta del régimen del dictador africano Idi Amin. En todos estos casos, el legado genocida superó en mucho al promocionado 'genocidio' perpetrado por el Proceso de Reorganización Nacional en la República Argentina, conforme intentan enmascarar los personeros del zaffaronismo.
- De igual manera, la cúpula de la STASI sancionó ejecuciones extrajudiciales en naciones de Occidente. Subcapítulo en donde cosecharía sus más destacados dividendos, especialmente a partir de la la financiación -por parte del régimen de la RDA- del grupo terrorista Baader Meinhof, que perpetró cuantiosos homicidios y atentados con explosivos en la vecina República Federal Alemana. De esa manera, Berlín Oriental incursionó en una intrincada labor de contrainteligencia, recurriendo a la Facción del Ejército Rojo como organización terrorista proxy, desde la cual sembrar el terror en la población occidental.
- Adicionalmente, la STASI fue un organismo de inteligencia pionero en el regenteo de prostíbulos, en los cuales se filmaba a dirigentes políticos de Occidente para, a posteriori, proceder a la extorsión de esos objetivos. Al menos en la primera porción, estos detalles harían las veces de valiosa lectura para el Doctor Zaffaroni -bautizado jocosamente como 'El Locador' incluso por sus más cercanas amistades.
- El carácter pionero del Ministerio también se ha visto reflejado en otro de sus grandes éxitos, esto es, el grafitteado de cruces esvásticas en cementerios judíos. Otro de los notables méritos de la policía secreta remite al almacenaje de porciones de prendas de vestir de cientos de miles de sus conciudadanos; esas piezas de ropa eran guardados en frascos de vidrio, y luego empleadas para que los Deutscher Schäferhund del sistema represivo localizaran y despedazaran a sus presas humanas.
Al Doctor Eugenio Raúl Zaffaroni -quien también es íntimo de Ricardo Gil Lavedra, León Arslanian y Federico Pinedo, confesos admiradores de su comentada prerrogativa abolicionista- no sería factible achacársele falta de coherencia. Más bien al contrario: proclama la defensa de los 'Derechos Humanos'; y esto es certero. Pero no aclara los derechos de quiénes se esfuerza en resguardar; en tanto evita condenar las cruentas violaciones perpetradas contra los derechos individuales de ciudadanos de Cuba o las que se han registrado en perjuicio de los infortunados habitantes de la República Bolivariana de Venezuela (naturalmente, los derechos de aquellos que, al igual que sus partenaires en la desgracia de la ex RDA, no han podido escapar).
Precisamente, el 'problema' que hace horas explicitara Zaffaroni es que la derrota de la proposición kirchnerista en los comicios presidenciales de 2015 interrumpió el que, en apariencia, corporizó el último esfuerzo con potencial para sumar a la República Argentina a ese consorcio orwelliano-socialista de naciones en donde una reducida nomenklatura concentra la riqueza, mientras que la ciudadanía es sometida a la más cruda represión y a la ejecución extrajudicial, al hambre y a la neutralización sistemática de todo derecho individual existente. Esa ha sido la realidad cubana por más de cincuenta años; y tal es el modelo implementado ya con resonado éxito en la Venezuela chavista (teatro de operaciones para el cual, conforme coinciden numerosos analistas internacionales, no existe ya solución posible -que no conduzca a un gigantesco baño de sangre, claro está).
El hijo dilecto del abolicionismo foucaultiano del derecho penal argentino no ha hecho más que exteriorizar su furia a raíz de la misión no cumplida, habida cuenta de que el trabajo de infiltración de las instituciones del país ya casi se hallaba completo y, a los efectos de rematar la faena, era preciso consolidar un resultado electoral positivo. Los derrotados de este servomecanismo que buscaba empujar a la República al precipicio bolivariano son, sin sombra de duda, aquellos que fogonearon un intento de toma del parlamento argentino en ocasión del tratamiento de la reforma previsional (con los buenos oficios de legisladores de la talla de Leopoldo Moreau y Agustín Rossi). Acompañaron -y acompañan- el exabrupto, las autodenominadas 'organizaciones sociales' con Juan Grabois y otros activistas violentos a la cabeza; organismos de pretendidos 'derechos humanos' que siguen la línea zaffaronista; asociaciones ilícitas devenidas en supuestos nucleamientos políticos como el Partido Obrero (que, a todas luces, vuelcan los recursos financieros obtenidos por Ley Electoral en el traslado de familias pobres que luego engrosarán manifestaciones en el microcentro porteño) o ATE (Asociación Trabajadores del Estado), staff mayormente prescindible en el Estado Nacional y que ha hecho de sus empleos un verdadero coto de caza, al tiempo que agita el paro de actividades y la parálisis administrativa de manera sistemática; el revulsivo fascistoide feminista-niunamenista, y su permanente llamamiento a la ocupación perentoria y la destrucción del espacio público; facciones al estilo CORREPI de María Verdú, que promocionan abiertamente la libertad de acción de la delincuencia común mientras arengan a la prisión efectiva de los integrantes de las fuerzas de policía o seguridad federal; y otros agents provocateurs en apariencia espontáneos que aportan cuotas de violencia callejera toda vez que lo juzgan oportuno.
A la sazón, la función que hace las veces de refinado lubricante para que los espectros arriba cifrados operen con impunidad es aportado por Justicia Legítima, núcleo de fiscales y magistrados discípulos del zaffaronismo cuyo manual operativo ha sido debidamente deconstruído en este mismo sitio web. En los últimos sesenta días, lo que ha cambiado es que la denominada 'justicia garantista' y sus personeros han blanqueado definitivamente su rol de guardián de los perpetradores del intento de sedición, poniendo en libertad -por ejemplo- a criminales de alta peligrosidad que supieron incurrir en tentativa de homicidio (César Araraki y Dimas Ponce) -algo inédito en el sistema de justicia de cualquier nación civilizada de Occidente.
Aunque su implementación del croquis gramsciano tenga bastante de torpe y desaprensivo, los albaceas de Justicia Legítima y sus condiscípulos zaffaronistas hacen el intento, explicitando un metamensaje que reza que las fuerzas de seguridad son un obstáculo declarado en la imposición de la agenda. Ergo, es necesario eliminarlas de la ecuación, para allanar el camino hacia el objetivo (impostura calcada a la asumida por la ex Ministro de Defensa Nilda Garré, quien lograra arrimar a las Fuerzas Armadas a la vera de la clausura). Las clases medias 'burguesas' -siempre de acuerdo a las páginas de este librillo propagandista que ahora emerge de las bambalinas- consignan también una molestia, dado su peso electoral. Así fue que las nomenklaturas castrista en Cuba y chavista en los albores de la República Bolivariana de Venezuela, procedieron a decretar su expulsión: las masas pobres siempre se muestran más dóciles de cara al control.
Así, pues, la plataforma político-ideológica propuesta por Eugenio Raúl Zaffaroni y sus allegados poco tiene de incoherente: es convenientemente sincera, tanto en sus objetivos como en su modus operandi. Todos ellos han detectado que la Administración Macri ha reconocido turbaciones tras los episodios violentos que siguieron al tratamiento de la reforma previsional y, por ende, ese temor oficial otorga mayor margen de acción para retomar la intentona. El eslogan en mucho se resume en una suerte de Ordo ab Chao en donde la meta es la promoción del desmadre con miras a configurar un nuevo orden: el de ellos.
Zaffaroni es poseedor de un intelecto remarcable, amén de cualquier ponderación deontológica que busque juzgar su accionar como positivo o negativo; el Doctor tiene una agenda, y se propone cumplirla. No sería lo más aconsejable, como lo hace el oficialismo amarillo, hacer a un lado el análisis proactivo para involucrarse de lleno en una subestimación de este oponente en particular.
* Fotografías: gentileza @Carson_Marsh
Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.