Criptoeconomía: ensayo de definiciones
Muchas veces, a los efectos de poder definir un concepto complejo, suele recurrirse a una descripción de...
17 de Febrero de 2018
Muchas veces, a los efectos de poder definir un concepto complejo, suele recurrirse a una descripción de, precisamente, lo opuesto a lo representado por ese concepto.
El término criptoeconomía puede, a priori, remitir a la idea de una rama de la economía asociada a la tecnología. Aunque también puede pensarse en una economía criptográfica, lo cual aumentaría aún más los problemas que ya, en la dinámica de la lógica capitalista, presenta de por sí la ciencia económica, provisto que se tenga en cuenta que “cripto” deriva del griego “kryptos”, que significa oculto; y que 'Criptografía' es la conjunción de “kryptos” y “graphia” -escritura-, lo cual define la escritura oculta.
Por su parte, la ciencia informática alude al estudio de los algoritmos, que son protocolos o programas cuya función es la protección de los datos.
La criptografía es una rama de la criptología. A su vez, ésta se subdivide en criptografía y criptoanálisis, siendo básicamente éste último el estudio de las vulnerabilidades de los algoritmos y protocolos. Conforme se ve, el resumir su definición a la simple descomposición de sus términos, aleja bastante del significado, pese a que ciertos componentes del mismo le son propios.
En concreto, la irrupción de este fenómeno y su novedosa conformación hacen que exista verdaderamente pocas personas especializadas sobre el tema, en todo el globo. Pese a las asociaciones que ofrece su nombre, la criptoeconomía no parece ser una rama de la Economía sino, antes bien, una subrama de la criptografía aplicada.
Se trata de un conjunto de disciplinas por las que se canaliza la economía, entre las que se cuentan la criptografía, que puede ser simétrica o asimétrica, sustentada en conceptos matemáticos sencillos como operadores lógicos, desplazamientos, Teoría de Campos, o altamente sofisticados como la Aritmética Modular, el Problema del Logaritmo Discreto, Algoritmo de Euclides, Teorema de Euler, Curvas Elípticas sobre Cuerpos Finitos, Teoría de los Números, Factorización de Enteros, Números Primos, etcétera.
Adicionalmente, en la criptoeconomía también intervienen la lógica de la Teoría de los Juegos de John Nash, que estudia las decisiones de los participantes de una red (dilema del bizantino, dilema del prisionero -en los que se buscan incentivos, etc.), la del Modelo de Segregación poblacional de Thomas Schelling, Ingeniería de Redes, Esquema de Economía Phi de Alejandro Sewrjugin, basado en la aplicación del Número Aúreo o Divina Proporción para corregir los desequilibrios económicos, y cuáles son las particularidades de almacenamiento o contabilidad por partida triple de una cadena de bloques.
Así, pues, ¿qué es la Criptoeconomía? A los efectos de comprender a la criptoeconomía, es preciso conocer algunos conceptos básicos sobre macroeconomía y como funcionan los sistemas monetario y financiero tradicionales.
El término criptoeconomía puede, a priori, remitir a la idea de una rama de la economía asociada a la tecnología. Aunque también puede pensarse en una economía criptográfica, lo cual aumentaría aún más los problemas que ya, en la dinámica de la lógica capitalista, presenta de por sí la ciencia económica, provisto que se tenga en cuenta que “cripto” deriva del griego “kryptos”, que significa oculto; y que 'Criptografía' es la conjunción de “kryptos” y “graphia” -escritura-, lo cual define la escritura oculta.
Por su parte, la ciencia informática alude al estudio de los algoritmos, que son protocolos o programas cuya función es la protección de los datos.
La criptografía es una rama de la criptología. A su vez, ésta se subdivide en criptografía y criptoanálisis, siendo básicamente éste último el estudio de las vulnerabilidades de los algoritmos y protocolos. Conforme se ve, el resumir su definición a la simple descomposición de sus términos, aleja bastante del significado, pese a que ciertos componentes del mismo le son propios.
En concreto, la irrupción de este fenómeno y su novedosa conformación hacen que exista verdaderamente pocas personas especializadas sobre el tema, en todo el globo. Pese a las asociaciones que ofrece su nombre, la criptoeconomía no parece ser una rama de la Economía sino, antes bien, una subrama de la criptografía aplicada.
Se trata de un conjunto de disciplinas por las que se canaliza la economía, entre las que se cuentan la criptografía, que puede ser simétrica o asimétrica, sustentada en conceptos matemáticos sencillos como operadores lógicos, desplazamientos, Teoría de Campos, o altamente sofisticados como la Aritmética Modular, el Problema del Logaritmo Discreto, Algoritmo de Euclides, Teorema de Euler, Curvas Elípticas sobre Cuerpos Finitos, Teoría de los Números, Factorización de Enteros, Números Primos, etcétera.
Adicionalmente, en la criptoeconomía también intervienen la lógica de la Teoría de los Juegos de John Nash, que estudia las decisiones de los participantes de una red (dilema del bizantino, dilema del prisionero -en los que se buscan incentivos, etc.), la del Modelo de Segregación poblacional de Thomas Schelling, Ingeniería de Redes, Esquema de Economía Phi de Alejandro Sewrjugin, basado en la aplicación del Número Aúreo o Divina Proporción para corregir los desequilibrios económicos, y cuáles son las particularidades de almacenamiento o contabilidad por partida triple de una cadena de bloques.
Así, pues, ¿qué es la Criptoeconomía? A los efectos de comprender a la criptoeconomía, es preciso conocer algunos conceptos básicos sobre macroeconomía y como funcionan los sistemas monetario y financiero tradicionales.
Comprender qué son y cómo funcionan las monedas digitales, y dentro de ellas, las criptomonedas, cómo se validan las transacciones, qué son los protocolos de consenso, qué es la minería, los tokens, las wallets, las diferentes opciones de exchanges, la prueba de trabajo (proof of work) y prueba de participación (proof of stake), qué son los forks, los masternodes, los smart contracts (contratos inteligentes) y por supuesto, Tecnología Blockchain en sus diferentes manifestaciones.
A lo dicho, y a criterio de poder operar en ese campo, se le añade la necesidad de conocer a fondo los diferentes marcos regulatorios que han comenzado a construír los distintos Estados frente a un fenómeno tan novedoso, al que asimismo interpretan como amenazante. Lo primero que cabría preguntarse es si acaso la criptoeconomía pretende ser y desarrollarse de manera paralela, dentro de, o en reemplazo del paradigma vigente, lo cual ya plantea tres escenarios posibles y para nada sencillos, en términos macroeconómicos, pero fundamentalmente sociales.
Ergo, y en conformidad con descripto líneas arriba, una primera aproximación a una definición de criptoeconomía podría remitir a la de una disciplina conformada por elementos tomados de otras que busca imponerse, con la promesa implícita de eliminar o al menos neutralizar los efectos no deseados que ha venido evidenciando el capitalismo, mediante una suerte de sincretismo de las ciencias de las cuales toma sus herramientas teórico-prácticas (economía, criptografía, contabilidad, matemática, sociología, psicología, ingeniería, y más). Y algo más o menos aproximada es la concepción que tienen sus acérrimos defensores, contraponiéndose a sus acérrimos detractores, cuyas sentencias son lapidarias.
En lo personal, entiendo que asistimos a un novedoso modelo que se propone reemplazar a las históricas políticas económicas (monetarias y fiscales), basadas en la ideología dominante en un determinado país en un período determinado, responsables hipotéticamente de las cíclicas crisis que padece el capitalismo, por algoritmos cada vez más inteligentes cuya lógica sean los incentivos inductores del comportamiento de los diferentes agentes económicos, a partir de lo cual se aspira a aniquilar flagelos tales como la inflación, las burbujas especulativas, la evasión fiscal, o las recesiones. Quien esto escribe descree de la posibilidad de que décadas de estudio y de teorías -a veces mejores, otras deplorables- puedan ser reemplazadas con tanta liviandad por algoritmos apareados con neurociencia (pese a la enorme evolución que ha acusado el desarrollo de los algoritmos genéticos).
En conclusión, lo complejo no parece ser el hacerse de una definición aproximada sobre la criptoeconomía, sino primeramente evaluar si aquello que postula es posible. O al menos, tan posible como lo describen sus promotores.
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