China: Xi Jinping acumula poder, al estilo Mao
El sistema de gobierno chino, por lo general, se ha beneficiado de la adopción...
El modelo de gobierno chino, por lo general, se ha beneficiado de la adopción y el mantenimiento de perspectivas de largo plazo. Ello ha redundado en un sistema de liderazgo normalmente estable, registrándose modificaciones en la cúspide en pocas oportunidades por cada diez años. Ahora, el presidente Xi Jinping parece estar intentando reducir todo atisbo de volatilidad en el liderato del país.
El próximo-pasado domingo, la agencia oficial china Xinhua publicó una serie de cambios propuestos a la constitución de la República Popular China. Las modificaciones dieron lugar a extendidas argumentaciones, conforme una de ellas en apariencia sugiere la remoción de los límites del período de gobierno para el presidente y el vicepresidente (primer ministro). Lo cual podría ser visto como una variable que despeje el camino de Xi en su propósito de permanecer más allá de 2022.
Es importante apuntar que Xi ocupa tres roles clave: secretario general del Partido Comunista Chino, presidente de la República Popular China, y presidente de la Comisión Militar Central del Ejército Popular de Liberación. En conjunto, tales roles convierten a Xi en líder del Partido Comunista, jefe del Estado, y jefe de las fuerzas armadas de China.
Mientras que es cierto que estas tres posiciones son, en general, concentradas por la misma persona, durante un breve período entre 2002 y 2004, Hu Jintao fue presidente y secretario general del partido, mas no presidente de la Comisión Militar Central. En lugar de ello, su predecesor, Jiang Zemin, se aferró a ese último puesto del organigrama.
Lo que contribuyó a complicar el escenario fue el hecho de que el Ejército Popular de Liberación es un ejército-partidista; esto es, que el PLA no constituye una fuerza armada nacional sino que, antes bien, es el brazo armado del Partido Comunista Chino. Por lo tanto, es sumamente difícil separar la posición de jefe de los militares (en su puesto formal de presidente de la Comisión Militar Central) de la cabeza del partido (secretario general del partido), aún cuando Jiang hizo precisamente eso.
De tal suerte que, mientras que, en apariencia, Xi busca ampliar su período como presidente (por ejemplo, como jefe de Estado), bien podría ser reemplazado como líder del partido y de los militares. En rigor, y sin embargo, conforme no existen límites formales para el período a cumplirse por parte del secretario general del partido, el esfuerzo en pos de eliminar los límites temporales para el puesto de presidente parece orientado a simbolizar el derecho del secretario general (y líder de la Comisión Militar Central) de permanecer.
Dada su importancia, éste es el único elemento en un amplio paquete de veinte cambios propuestos a la constitución china. En conjunto, reflejan una consolidación más amplia de cuotas de poder, y un rechazo a cualquier eventual prospecto de reforma política. Entre otras enmiendas, destaca la revalorización del 'Pensamiento Xi Jinping' en la constitución. Lo cual elevaría a Xi al status de Mao Zedong, Deng Xiaoping, y Jiang Zemin. Ese encumbramiento ya fue establecido en el contexto del Partido Comunista Chino en noviembre pasado, cuando el 'Pensamiento Xi Jinping' fue incorporado a la constitución del partido.
La incorporación de Xi en la constitución nacional subrayaría su poder y status por sobre la nación en su totalidad, y no solamente sobre la cúpula del partido. El recurrente rol del partido también se ve enfatizado, habida cuenta de que se han agregado fraseología que subraya que la República Popular China se aferrará a 'valores socialistas de base', y que el liderazgo del partido es 'la característica definitoria del socialismo, con características chinas'. Más aún, una nueva red de 'comisiones supervisoras' se pondrán en funciones, a los efectos de supervisar tanto a los burócratas del gobierno como a la cúpula del partido comunista. Tales comisiones reforzarán toda medida anticorrupción, y contarán con precedencia aún por encima del sistema de justicia (que, de todos modos, típicamente adscribe a las consideraciones emanadas del partido). En esencia, la campaña anticorrupción de Xi obtendrá grado institucional, y será sostenida en el tiempo.
De ponerse en marcha la totalidad de los referidos cambios, Xi habrá logrado consolidar mayores cuotas de poder para sí, ocurriendo lo propio con una pequeña camarilla de simpatizantes -todo ello, en un nivel que no cifraba precedentes, desde que Deng sucediera a Mao en 1978.
En la perspectiva de los Estados Unidos de América, ello significará que los esfuerzos chinos de largo plazo -que van desde la Iniciativa Ruta de la Seda (Belt-and-Road; antes conocido como Proyecto 'One Belt, One Road') hasta el esfuerzo nacional de modernización naval y de protección del espacio aéreo- probablemente disfrutarán de un liderazgo consistente y programáticamente estable. Si Xi tiene éxito en sus esfuerzos, los chinos habrán de lidiar con una realidad política maratónica hacia 2027 -y acaso más allá de esa fecha.
Artículo original, en inglés, en http://dailysignal.com/2018/02/27/the-new-great-helmsman-xi-jinping-amasses-mao-like-power/
Analista e Investigador en la Fundación Heritage (The Heritage Foundation), Washington, D.C., en temas políticos y de seguridad. Como experto en capacidades militares y espaciales de la República Popular China, Cheng se ha especializado también en el estudio de la política exterior y de Defensa chinas, en particular sobre la relación de Pekín con el resto de Asia y con los Estados Unidos de América.