Diez años después de la invasión a Georgia, Rusia aún ocupa porciones del país
El próximo-pasado 22 de febrero, tres ciudadanos oriundos de la República de Georgia...
El próximo-pasado 22 de febrero, tres ciudadanos oriundos de la República de Georgia -un firme socio de los Estados Unidos de América en la región del Cáucaso Sur- fueron detenidos por fuerzas de seguridad en Osetia del Sur, zona controlada por Rusia, a partir de la ocupación ilegal ejecutada por Moscú desde 2008. Los cargos contra los detenidos son tan dudosos como vagos: 'genocidio' y 'exhibir vínculos con agencias de seguridad georgianas'.
Tristemente, uno de los detenidos, Archil Tatunashvili, de 35 años de edad, falleció luego de ser sometido a abusos y maltratos al encontrarse bajo custodia. Para empeorar la situación, las autoridades regionales de Osetia del Sur -respaldadas por Rusia- se rehusaron a entregarle el cuerpo a la familia de la víctima. Finalmente, ¿qué hace Rusia en terreno georgiano, de todos modos?
En agosto de 2008, mientras que el mundo prestaba atención a los Juegos Olímpicos de Pekín, una fuerza invasora rusa ingresó a Georgia. Casi una década después, miles de tropas rusas aún continúan ocupando Abjasia y Osetia del Sur (a la que también suele referirse como Región Tskhinvali); en conjunto, ambos territorios totalizan el 20% de la geografía reconocida internacionalmente para Georgia.
El trágico caso de Archil Tatunashvili consigna el recordatorio de la amenaza que la Federación Rusa representa para sus vecinos, y para los socios de los Estados Unidos en la región.
Desde acontecida la invasión de 2008, Osetia del Sur y Abjasia eran, en esencia, grandes bases militares rusas. Miles de tropas de la Federación Rusa y centenares de tanques y vehículos blindados eran estacionados en ambas regiones. Estas fuerzas no solo continúan amenazando a Georgia, sino que amenazan enlaces críticos de tránsito, sistemas de transporte ferroviario y ductos que conectan al corazón de Euraia con Europa.
Las dos regiones bajo ocupación -que desde entonces han declarado la independencia- dependen ciento por ciento de Moscú para su seguridad y su bienestar económico.
La línea de ocupación del lado ruso es patrullada por agentes de seguridad que provienen del Servicio de Seguridad Federal (comúnmente referido como FSB), sucesor de la KGB de la Unión Soviética. En la línea de control del lado georgiano, los patrullajes han quedado a cargo de una Misión de Monitoreo de la Unión Europea, cuyos integrantes no portan armas. A pesar del acuerdo de cese al fuego de 2008, que llevó la breve guerra a un súbito final y permite que la misión de la UE ingrese a territorio ocupado, Rusia continúa impidiéndolo. Quien esto escribe ha visitado la línea de ocupación en al menos media docena de oportunidades -y en distintas locaciones- a lo largo de los últimos años. En tales visitas, claramente pude ver las instalaciones militares rusas construídas en la lína, exhibiendo la bandera de la Federación Rusia en lo que la comunidad internacional pondera como territorio georgiano.
En años recientes, Rusia ha potenciado las tensiones en Georgia. Desde 2011, el FSB y fuerzas separatistas han implementado una política de 'fronterización' en Abjasia y Osetia del Sur. Esto involucra la construcción de enrejado ilegal y sistemas de barreras para separar a las comuniaddes y dividir aún más a la población georgiana.
En algunos casos, los georgianos se han ido a dormir en una Georgia libre, para terminar despertando en una Georgia ocupada, luego de que Rusia construyera una reja alrededor de sus hogares. Los granjeros han sido separados de sus cosechas. En otros ejemplos, las localidades son dividas exactamente por la mitad. En casos extremos, Rusia incluso se ha apropiado de mayores porciones de territorio, de a metros por vez, en lo que ha sido descrito como la 'anexión reptante' rusa.
La investigación realizada por el think tank estadounidense The Heritage Foundation en Washington, D.C. halló 56 incidentes en 48 locaciones diferentes, en lo que tiene que ver con casos de fronterización en Abjasia y Osetia del Sur desde 2011 -un declarado ataque contra la soberanía y la integridad territorial de Georgia.
No debe perderse de vista que Rusia invadió Georgia, y no al revés. Rusia es el Estado agresor, y Georgia es la víctima. Aún cuando el 20% de su territorio continúe ocupado, Georgia ha probado ser un socio de alto valor para los Estados Unidos en sitios como Irak y Afganistán. Conforme lo declarara el propio vicepresidente estadounidense Mike Pence, en su visita a Georgia del año pasado:
Estados Unidos respalda la soberanía y la integridad territorial de Georgia en sus fronteras reconocidas internacionalmente y, bajo el mandato del presidente Donald Trump, EE.UU. objetará cualquier reclamo, en cualquier instancia, presentado por cualquier nación que comprometa este principio fundamental.
El interés de Washington se sintetiza en que la región del Cáucaso Sur continúe estable y segura. Estados Unidos habrá de liderar un esfuerzo internacional que aplique presión sobre Rusia, a los efectos de que ponga fin a su ocupación ilegal. Asimismo, EE.UU. deberá trabajar junto a sus aliados para que Moscú permita el ingreso de cuerpos de monitoreo internacional a territorio ocupado, y lo propio con el ingreso de asistencia humanitaria.
El comportamiento imperialista de Rusia en Georgia no tiene cabida en el siglo XXI.
Artículo original, en inglés, en http://dailysignal.com/2018/03/01/10-years-after-putins-invasion-russia-still-occupies-parts-of-georgia/
Desarrolla artículos relacionados con la relación especial entre Estados Unidos y Gran Bretaña, en la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Se concentra específicamente en temas de Seguridad y Defensa, incluyendo el rol de la OTAN en la Unión Europea y en materia de seguridad transatlántica. Previo a desempeñarse en Heritage, Coffey sirvió en el ministerio de defensa británico como consejero especial al entonces secretario de Defensa, Liam Fox. Sus trabajos también son publicados en español en el sitio web The Daily Signal.