Trump aún no tiene su muro, pero ha retirado la alfombra de bienvenida para inmigrantes ilegales
El presidente estadounidense Donald Trump continúa confundiendo a sus críticos.
13 de Abril de 2018
El presidente estadounidense Donald Trump continúa confundiendo a sus críticos. Los mismos que perdieron la cordura cuando, por primera vez, Trump propuso erigir un muro en la frontera sur, hoy la emprenden contra él por su fracaso a la hora de construirlo.
Pero, más allá del teatro político y los tweets presidenciales, cuando se considera lo que Trump ha logrado en la práctica, ha de tomarse nota sobre una sorpresa: el muro podría aún no estar allí, pero tampoco está presente ya la alfombra de bienvenida que el entonces presidente Barack Obama había desplegado para los inmigrantes ilegales. Y eso consigna un progreso.
En lo personal, soy nieto de cuatro personas que emigraron hacia los Estados Unidos.
Crecí en una comunidad suburbana de la ciudad de Nueva York, mayormente compuesta por personas vinculadas a familias que llegaron a este país. Los había italianos, irlandeses, polacos, judíos de la Europa Oriental, e -hablamos de casi sesenta años atrás- incluso un núcleo de hispanos y africanos.
Todos y cada uno de ellos habían ingresado a los Estados Unidos de América legalmente. Muchos invirtieron un tiempo preciado, y esfuerzo, para hacerlo de esa manera, pero siempre respetando las reglas. De hecho, este detalle es lo que hizo de los Estados Unidos una nación diferente, frente a muchos otros ejemplos. Estas personas respetaron las reglas existentes.
En lo que tiene que ver con la inmigración actual, ese principio de respeto se ha visto quebrantado. Es incluso más difícil ingresar legalmente a los Estados Unidos, y un gran número de personas parece haber declarado: 'Al diablo con las reglas; vamos a EE.UU. bajo nuestras propias reglas'.
Y eso debe terminar.
No interesa si se trata del grupo de activistas Pueblo Sin Fronteras, ni si se trata de una familia que desea un status de vida superior al que hoy está disponible en su país de origen.
El rampante y flagrante costumbrismo de violar toda regla, debe llegar a su fin.
Y parece ser que Trump se muestra firme en la consecución de ese objetivo. Ciertamente, la alfombra de bienvenida para inmigrantes sigue existiendo, pero no ya para la inmigración ilegal.
Las medidas recientemente tomadas por la Administración han transformado las promesas de campaña de Donald Trump en una política de Estado.
El presidente estadounidese ha cancelado la absurda política que consistía en 'capturar y liberar'. En esencia, ese comporamiento había logrado que las fuerzas de seguridad ignoraran todo estatuto federal existente en materia inmigratoria.
Si Usted es atrapado, ya no contará con el beneplácito de permanecer en los Estados Unidos, hasta tanto no asista a una audiencia judicial.
De igual manera, Trump se está ocupando de asistir, vía Guardia Nacional, a los sobrecargados agentes de la Patrulla Fronteriza -algo que también hicieron los predecesores del actual presidente. Esto liberará tiempo a los agentes fronterizos para que puedan aprehender a inmigrantes ilegales. La Patrulla de Fronteras contará con mejor información de inteligencia y monitoreo, logística y una cobertura superior de la línea demarcatoria.
En pocas palabras, menos personas podrán ingresar de manera ilegal a los Estados Unidos; y todo aquel que sea capturado, se verá forzado a retornar a su país de origen.
Adicionalmente, la Administración está reforzando la seguridad interior. Los agentes de Aduanas e Inmigración están persiguiendo a aquellas personas que, habiendo violado la ley previamente, residen hoy en los Estados Unidos. Comenzando por aquellos que han cometido otros delitos contra ciudadanos estadounidenses.
La presión contra el movimiento de las denominadas 'ciudades santuario', que impiden que agentes del orden cooperen con las fuerzas de seguridad inmigratorias (ICE), está incrementándose.
Esta presión no viene principalmente de las agencias federales. Los municipios de los Estados Unidos que ya se han hartado de privilegiar a inmigrantes ilegales en desmedro de ciudadanos americanos han comenzado a rebelarse contra gobiernos estatales como el de California. Los alcaldes de las ciudades santuario en todo el país están siendo desafiados, de igual manera.
Recientemente, el presidente estadounidense decidió cerrarle la puerta al programa DACA. Previamente, había ofrecido un 'amplio' sendero para que los denominados 'dreamers' alcanzaran la ciudadanía americana. La cifra de dreamers propuesta por Trump era incluso superior a la exigida por el Congreso. Trump solo había pedido a cambio que los legisladores lo asistieran en la misión de custodiar las fronteras.
Pero el Congreso dijo 'No'. Ahora, el presidente ha decidido modificar su estrategia. La mejor motivación que había para que jóvenes vinieran a Estados Unidos, ha sido retirada. El juego político ha llegado a su fin. En la práctica, los 'dreamers' fueron utilizados como moneda de cambio por aquellos que declamaban defenderlos.
Tomados en conjunto, las medidas tomadas por el presidente dejan en claro que la promesa de la Estatua de la Libertad sigue inamovible -pero, al mismo tiempo, queda expuesto que aquellos que buscan subvertirla, abriendo masivamente las puertas para quienes no desean involucrarse en el sueño americano de forma colectiva, están equivocados.
El tapete de bienvenida sigue estando allí para los inmigrantes legales. Pero las puertas han comenzado a cerrarse para aquellos que intentan forzarla.
Artículo original, en inglés, en éste link
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@SBucci
Sobre Steven Bucci
Es Director del Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage, en Washington, D.C. Sirvió durante casi treinta años en las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos de América, y luego como importante funcionario del Pentágono. Su trabajo de investigación se focaliza principalmente en ciberseguridad, operaciones especiales y actividades de apoyo para autoridades civiles desde la óptica de la Defensa. Sus artículos también son publicados en la web estadounidense The Daily Signal. Más información sobre el autor (en inglés), en éste link.