INTERNACIONALES: RACHEL ZISSIMOS

Entendiendo el incremento de la República Popular China en gastos para la Defensa

En marzo pasado, el gobierno chino anunció un incremento del 8.1% en su gasto anual para la Defensa.

01 de May de 2018

En marzo pasado, el gobierno chino anunció un incremento del 8.1% en su gasto anual para la Defensa. Este incremento lleva el total de gasto anual de Pekín a una cifra aproximada de US$ 175 mil millones. Pero, tomado en términos absolutos, ese número dice muy poco acerca del poderío real de las fuerzas armadas chinas.

Fuerzas militares chinas, portaviones nuevoLos países no van a la guerra con el presupuesto en la mano; se dirigen a conflictos bélicos con las fuerzas que cuentan con el respaldo de ese presupuesto. La traducción de dinero a poder en recurso humano, buques, tanques o aeronaves de combate, puede variar sustancialmente de un país a otro. Con todo, numerosos críticos suelen respaldarse en comparaciones de gasto bruto, a la hora de emprenderla contra el gasto anual estadounidense (que es de US$ 700 mil millones), calificándolo de excesivo. Pero esa comparativa es tan peligrosa como distractiva.

Para empezar, ningún analista serio que entienda a China piensa que el presupuesto oficial chino para la defensa captura con precisión el gasto total realizado por ese país en ese terreno. Ciertamente, la cifra no incluye -por ejemplo- la sustanciosa inversión de Pekín en tecnología espacial, y la cifra de referencia probablemente cubre apenas una porción de la inversión en ciberdefensa.

'El Equilibrio Militar Edición 2018', desarrollado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos a mediados de febrero, estimó -de manera muy aproximada- el presupuesto anual chino para la Defensa en 2017. Con esa cifra en manos, los chinos se mostraron en capacidad de respaldar a una armada altamente modernizada, compuesta por 62 submarinos y 83 navíos de combate de superficie -amén de respaldar al mayor ejército del mundo, con sus respectivas (e incrementadas) capacidades aéreas, espaciales y de ciberdefensa.

Los presupuestos combinados del Reino Unido, Francia y Alemania -los tres miembros de OTAN y aliados de Estados Unidos que más invierten en la materia en ese bloque- totalizan apenas US$ 141 mil millones. Tales presupuestos respaldan una flota naval combinada que consiste en 26 submarinos y 56 buques de combate de superficie (cada vez más antiguos y con una preparación en franca declinación) y, respectivamente, a fuerzas terrestres y aéreas pequeñas. Claramente, otra vez, existe una diferencia en lo que el dinero puede comprar, de un país a otro.

Sin embargo, existe otra diferencia a la hora de explicitar cómo los países deciden invertir. Las estrategias para la Defensa y para inversiones deben determinarse basándose en la estrategia y los intereses de un país dado, y en las características físicas y políticas del ambiente en el que se espera que operen. Provisto que tales condiciones pueden cambiar, también pueden hacerlo sus presupuestos. Por ejemplo, China y Rusia han puesto el foco de sus gastos de Defensa en requisitos adecuados para las regiones inmediatamente cercanas a ellos, a los efectos de respaldar sus objetivos geopolíticos.

China ha priorizado la modernización de sus fuerzas navales y de sus defensas costeras, para garantizar su reclamo territorial en aguas del Mar del Sur de China, y para denegarle acceso a sus competidores. Estas capacidades colocan a los Estados Unidos de América en desventaja ante cualquier eventual conflicto regional con China en sus aguas domésticas. Rusia, mientras tanto, ha invertido notablemente en vehículos de combate terrestre y en defensas aéreas, y se halla concentrando fuerzas en la región del Báltico -potencialmente proporcionando a Rusia una 'superioridad local' ante fuerzas OTAN en la región. En contraste, Estados Unidos exhibe responsabilidades globales, incluyendo la de respaldar a aliados tanto en Europa como en Asia. Esto significa que EE.UU. no puede concentrar su atención -ni sus fuerzas- en una región exclusivamente.

Por lo tanto, y a pesar de contar con un presupuesto mayor y con fuerzas armadas más grandes, la superioridad del poder de combate estadounidense en una competencia regional no está, en modo alguno, garantizada. A los efectos de garantizar la estabilidad global, los intereses de seguridad nacional de EE.UU. y las necesidades de sus fuerzas armadas -al revés de lo que propone cualquier mera comparación entre gastos- habrá de potenciar el gasto en la Defensa.



Artículo original, en inglés, en éste link

* Desarrollado con la colaboración de Connor Ewing

 

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