Lo que la misión lunar china significa para los Estados Unidos
El próximo-pasado 21 de mayo, la República Popular China lanzó su satélite de comunicaciones Queqiao...
11 de Junio de 2018
El próximo-pasado 21 de mayo, la República Popular China lanzó su satélite de comunicaciones Queqiao pero, a diferencia de otros satélites de comunicaciones, la función del referido no consistirá en orbitar la Tierra. En lugar de ello, se encamina hacia L-2, uno de los cinco puntos Lagrange, allí donde la atracción gravitacional tanto de nuestro planeta como del sol se neutralizan recíprocamente.
China se ha propuesto desplegar este satélite, a los efectos de que sirva de apoyo a su misión destinada a la cara oculta de la Luna -la misión Chang’e-4.
China se ha propuesto desplegar este satélite, a los efectos de que sirva de apoyo a su misión destinada a la cara oculta de la Luna -la misión Chang’e-4.
China aspira a lanzar Chang’e-4 en noviembre o diciembre próximos. Las declaraciones de parte de las autoridades chinas explictan que no solo aterrizará en la cara oculta de la Luna, sino que desplegará también un rover lunar, similar al 'Conejo de Jade' que fuera parte de la misión Chang'e de 2013.
Esta nueva misión consignará no solo la primera vez que un artefacto hecho por el hombre aterrizará en la cara oculta de la Luna, sino que también se tratará de una oportunidad para tomar muestras de suelo y someterlas a distintas pruebas -comparándolas con las que fueran extraídas de la cara lunar que mira hacia la Tierra permanentemente.
El programa de exploración lunar chino subraya numerosos aspectos del programa espacial de Pekín:
Esta nueva misión consignará no solo la primera vez que un artefacto hecho por el hombre aterrizará en la cara oculta de la Luna, sino que también se tratará de una oportunidad para tomar muestras de suelo y someterlas a distintas pruebas -comparándolas con las que fueran extraídas de la cara lunar que mira hacia la Tierra permanentemente.
El programa de exploración lunar chino subraya numerosos aspectos del programa espacial de Pekín:
Potenciar la innovación. China está demostrando que no será sencillo emular los esfuerzos espaciales de otras naciones, tras lo cual ha decidido diseñar su propia hoja de ruta sobre el particular. Ni los Estados Unidos de América ni la ex Unión Soviética/Rusia han posado jamás un artefacto bajo su tutela en el lado oculto de la Luna. De igual manera, ninguna otra nación ha desplegado un satélite de comunicaciones (u otra aplicación) en ninguno de los puntos Lagrange.
Esfuerzo sostenido. El programa de exploración lunar chino no está avanzando con extrema rapidez; como tampoco está registrándose esta característica en su programa tripulado, que se acerca a promediar una misión cada dos años. Pero, con cada misión, Pekín prueba que un esfuerzo sostenido, caracterizado por un financiamiento estable, conduce hacia un incremento de las capacidades, incluyendo la construcción de novedosos senderos.
Ampliar las áreas de operaciones. El satélite de comunicaciones Queqiao -que será desplegado en L-2- se posicionará a 40 mil millas de la Tierra. Esta distancia es muy superior a la órbita geoestacionaria, de 24 mil millas alejada de nuestro planeta. Pekín se esfuerza en demostrar efectivamente que su propósito coincide con acceder a este alejado volumen espacial, explotándolo para satisfacer una miríada de propósitos. Para aquellas personas que centran su preocupación en sistemas de advertencia espacial-situacional, la maniobra china en gran medida complicará la capacidad de rastrear a numerosos satélites y objetos en órbita.
De manera explícita, China ha vinculado su programa espacial a una matriz de inversiones que van desde Asia Central hasta el Océando Indico, conocida como 'Iniciativa Belt and Road' (otrora denominada 'One Belt, One Road'; en español, Nueva Ruta de la Seda).
De manera explícita, China ha vinculado su programa espacial a una matriz de inversiones que van desde Asia Central hasta el Océando Indico, conocida como 'Iniciativa Belt and Road' (otrora denominada 'One Belt, One Road'; en español, Nueva Ruta de la Seda).
Al hacerlo, Pekín consigna que se propone competir cada vez más versus la preeminencia espacial de los Estados Unidos de América, tanto en lo estratégico como en el aspecto comercial. Para Estados Unidos, que busca volver a dotar de vigor a su propio programa espacial, el desafío al liderazgo estadounidense en ciencia espacial y comercio, ha quedado claro.
Ahora, ¿cómo responderá Washington?
Ahora, ¿cómo responderá Washington?
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@Heritage
Sobre Dean Cheng
Analista e Investigador en la Fundación Heritage (The Heritage Foundation), Washington, D.C., en temas políticos y de seguridad. Como experto en capacidades militares y espaciales de la República Popular China, Cheng se ha especializado también en el estudio de la política exterior y de Defensa chinas, en particular sobre la relación de Pekín con el resto de Asia y con los Estados Unidos de América.