Cumbre Trump-Kim: comienzo decepcionante para las negociaciones
La siguiente es una transcripción ligeramente editada, presentada en la edición el 12 de junio de...
La siguiente es una transcripción ligeramente editada, presentada en la edición el 12 de junio de un podcast del sitio web estadounidense The Daily Signal.
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Daniel Davis: Pues bien; ha estado en los titulares de todo el mundo esta semana. El primer encuentro del presidente estadounidense Donald Trump con Kim Jong-Un finalmente tuvo lugar. A continuación, para ofrecernos un análisis del contexto, Bruce Klingner, alguien que también ha sido protagonista en las señales de tevé de todo el mundo, de una estación a otra. Es un experto en Corea del Norte en el think tank estadounidense The Heritage Foundation. Bruce, muchas gracias por tomarse el tiempo para conversar con nosotros.
Bruce Klingner: Gracias a Ustedes, por tenerme aquí.
Davis: Ha tenido lugar la primera reunión entre mandatarios, se consensuó un breve documento, firmado por ambos líderes. La pregunta, para comenzar es: ¿qué sigue a continuación?
Klingner: Bueno; hemos de rellenar con contexto este escenario escaso de datos concretos. El documento, en rigor, fue algo extremadamente decepcionante. Se compuso de cuatro pilares, cada uno de los cuales se hallaba presente en un convenio previo con Corea del Norte. Y, en los documentos anteriores, de hecho había tópicos más abarcativos que las muy delgadas provisiones que se vieron en el documento de anoche. Y, al respecto de la más importante -la desnuclearización-, en rigor ese punto fue más firmemente planteado en el acuerdo de septiembre de 2005 con Pyongyang; acuerdo que ese país terminaría abandonando.
Lo cual es un comienzo bastante decepcionante. Tampoco hubo menciones al respecto de sistemas de verificación sobre derechos humanos, ni siquiera sobre misiles. Y, en lo que respecta a la variable nuclear, tema sobre el cual la Administración americana había adelantado que Corea del Norte estaba acercándose a la posición no solo de Estados Unidos sino de Naciones Unidas, exigía una versión de lo que se conoce como CVID -desmantelamiento completo, verificable e irreversible-, claramente, Corea del Norte no ha avanzado como la Administración Trump pretende presentarlo.
Katrina Trinko: ¿Existe algún aspecto positivo que surja de la cumbre, en lo que tiene que ver con acuerdos? ¿Contó EE.UU. con algún tipo de progreso que pudiere ayudar?
Klingner: Es realmente difícil hallarlo. Por sobre todo, el hecho de que estemos conversando sobre diplomacia antes que, como pocos meses atrás, tratemos la eventualidad de la guerra, con EE.UU. mencionando la alternativa de ataques preventivos contra Corea del Norte, lo cual pudo conducir a una guerra total. Como se ha dicho, la cháchara es preferible a la guerra.
De tal suerte que, en efecto, asistimos a un progreso. Pero habremos de interponer muchas mejoras a este acuerdo.
Davis: Bien; el presidente estadounidense mencionó que invitará a Kim a la Casa Blanca. Esta podría ser la primera de muchas otras visitas. ¿Cree Usted que estas potenciales visitas ofrecerán una oportunidad? ¿Qué tipo de mejoras Usted esperaría ver?
Klingner: Pues, bien; esperaría que esperemos algún tiempo antes de ver al líder norcoreano visitar la Casa Blanca. Existen diferentes estrategias que el negociador en jefe [Donald Trump] ha señalado fracasaron, en lo que tiene que ver con convenios anteriores con Corea del Norte. Así es que, ¿por qué no tratar algo diferente? Pero creo que el problema no tiene que ver con la excepcionalidad o la ausencia de un acercamiento de parte de Washington; más bien se trató de que Corea del Norte siempre hizo trampa, o bien rehusó cumplir con todas las obligaciones pautadas.
El enfoque de acercamiento es que todos nosotros estamos acostumbrados a ver participar a funcionarios de bajo nivel; los diplomáticos se reúnen de tanto en tanto y, cuando pueden, consolidan acuerdos y tienen éxito. O bien la negociación se redirige hacia canales superiores en el organigrama.
Asistí a reuniones llevadas a cabo en la Casa Blanca en el año 2000, al desempeñarme yo como oficial de la CIA. Por aquel entonces, Corea del Norte había invitado a Bill Clinton, otrora presidente, a viajar hacia Corea del Norte. Y algunos pensaron que la fortaleza de la personalidad que hacía a Bill Clinton era tal, que hubiésemos podido obtener lo que fuera de Corea del Norte. Pero la mayoría de nosotros, creo que correctamente, pensamos que no envía Usted un presidente a negociar. Lo hacemos solo para firmar acuerdos, de tal suerte que no pueda haber lugar para sorpresas.
El presidente Trump está haciendo todo lo contrario, y quizás ello nos otorgue un éxito hacia el final del camino. Pero, hasta el momento, los primeros pasos han sido, más bien, tropiezos.
Trinko: Muchos parecen haberse sorprendido ante la sugerencia del presidente Trump, al respecto de poner fin a los ejercicios militares en Corea del Sur. ¿Qué piensa Usted acerca de eso?
Klingner: Bien; aquellos que se vieron sorprendidos por ello también fueron nuestros aliados Corea del Sur y el Japón, el Pentágono y las fuerzas estadounidenses. Todos en Corea del Sur se sorprendieron. Al trabajar Usted administrando alianzas, Usted no desea sorprender a sus aliados. Todos están, de algún modo, intentando ahora qué es lo que quiso decir el presidente, e intentando explicárselo a nuestros aliados.
Creo que esa no fue una propuesta sensata. Lo que puede lograr es conducir hacia una degradación de la disuasión estadounidense y a las capacidades de la defensa. Y la razón por la cual las fuerzas estadounidenses están presentes allí tiene relación directa con la amenaza norcoreana.
Durante los últimos años, Corea del Norte ha estado incursionando en lo que podríamos llamar una propuesta congelada, en donde ellos congelarían sus pruebas nucleares y misilísticas, a cambio de que Estados Unidos y Corea del Sur congelasen sus ejercicios militares.
En su oportunidad, Washington y Seúl correctamente rechazaron esta alternativa, porque señalaron que Corea del Norte estaba intentando negociar algo de lo que legalmente carece. No se les permite efectuar pruebas nucleares y misilísticas bajo Resoluciones de Naciones Unidas, mientras que nosotros sí tenemos permitido realizar ejercicios militares. Y, de igual manera, Corea del Norte no estaba considerando restricción alguna sobre sus ejercicios convencionales a gran escala. Es, en realidad, un tema en donde se comparan peras con manzanas.
Lo que en apariencia sucedió ayer es que el presidente estadounidense, en esencia, aceptó realizar una concesión y nosotros ni siquiera obtuvimos un congelamiento de pruebas nucleares ni de pruebas con misiles, algo que hubiésemos gustado de ver en una declaración oficial conjunta.
Davis: Bien; si tienen lugar futuras reuniones y se registran allí más acuerdos específicos en torno de la desnuclearización, o la otra palabra que él utilizó [Trump], no puedo recordar el término.
Klingner: Desmantelamiento.
Davis: Desmantelar; sí. Algo así como clausurar los sitios de pruebas. Entonces habría necesidad de contar con medidas bien claras de verificación; ¿es esto correcto? Habría que enviar gente allí para inspeccionar. ¿Cómo cree Usted que eso se vería, o cuáles serían las chances de logarlo?
Klingner: Correcto. Creo que existen dos cosas que mucho precisamos en cualquier convenio con Corea del Norte, y se trata de algo sobre lo cual he sido muy crítico en acuerdos previos. El tema es: cuando Usted compara esos convenios con tratados de control de armamento como los que, por ejemplo, tuvimos con la Unión Soviética, la totalidad de los convenios con Corea del Norte fueron muy, muy vagos, y muy breves. Nunca existió un texto bien delineado que identificara definiciones y términos, ni lo que queríamos dar a entender con determinadas frases.
De tal suerte que ello habilitó a Corea del Norte para hacer trampa más fácilmente, o bien para abrazarse a diferentes interpretaciones. Y, nuevamente, otro aspecto con que debimos contar, pero no tuvimos, en tratados previos sobre control de armamento con el Norte, hace a una verificación suficiente. La gente percibe a las verificaciones como un 'Ya te tengo'. La percepción remite a algo negativo, o a un insulto contra la soberanía ajena. Pero, en realidad... Bueno, por un lado, es un modo de intentar detectar si alguien está buscando hacer trampa. Pero también es algo positivo.
Es una medida destinada a la construcción de confianza y seguridad, si la contraparte cumple. Usted la considera acaso como una prueba de drogas al azar, de alguien que está bajo libertad condicional. Entonces, en este caso, Usted tiene a un policía o bien a un trabajador social visitando periódicamente a la persona para realizar una prueba y, si la persona no violó su libertad condicional, pues entonces, felicitaciones. Muchas gracias, y todo eso. Es un paso importante. Obviamente, Usted cumple con los términos del convenio, y podemos proseguir a partir de allí, ingeniando un acuerdo paralelo sobre algún otro tema y, si esa persona hace trampa, pues... Usted se propone sorprenderlo en flagrancia, haciendo trampa.
Si Usted atraviesa una situación en la que tiene lo que se conoce como inspecciones con breve tiempo de preaviso sobre instalaciones no declaradas, Usted va a Corea del Norte y dice: Quiero ir a este sitio sospechoso y, si Usted no me deja ingresar, pues entonces Usted tendrá un problema.
Si Usted va allí y halla algo, entonces también es un problema. Pero si va al sitio, le permiten observar, y no halla nada, entonces existe una violación. Después, visita el próximo sitio que para la CIA pueda resultar sospechoso pero, en general, Usted sigue transitando por el camino, mostrándole a la contraparte que cumple con todo, y que es positivo que no esté haciendo trampa.
Trinko: ¿Qué piensa Usted sobre, a efectos de echar mano de un término muy común en Washington, la óptica del encuentro? Estaba yo revisando Twitter anoche, y mucha gente se mostraba en shock por ver flamear juntas a las banderas de Corea del Norte y de Estados Unidos. Trump ha hecho comentarios muy positivos sobre Kim Jong Un, incluyendo, según recuerdo, calificarlo como un líder talentoso. Por cierto, también está la cuestión de los derechos humanos, decenas de miles de personas prisioneras en esos campos de trabajo en territorio norcoreano. Es lamentable el historial de Pyongyang en la materia. Así que, ¿qué piensa Usted sobre el acercamiento general a estos temas, en el actual encuentro?
Klingner: Sí; percibo dos aspectos. El primero es aquel en donde la diplomacia, o un encuentro presidencial son vistos como una suerte de gran apuesta en el rubro diplomático, particularmente el primer cónclave, particularmente con una nación rival o enemiga. Los presidentes anteriores no utilizaron ese recurso en reuniones con Corea del Norte, hasta tanto verificaban alguna certeza de que Pyongyang avanzara en ciertos aspectos.
Pero lo hemos hecho diferente en esta oportunidad. En mi perspectiva, no creo que veamos un importante retorno de nuestra inversión al echar mano de este instrumento.
El otro aspecto es, como Usted bien lo señala, la cuestión de los derechos humanos. Hoy, los líderes deben reunirse con líderes de otras naciones, mientras que los diplomáticos se reúnen con sus pares de otros países, los cuales hacen cosas horrendas. Y Usted bien podría necesitar de esas reuniones a criterio de avanzar en los intereses de los Estados Unidos.
Pero eso no significa que Usted deba compartirle elogios a alguien que, como Kim Jong-Un, encabeza el listado americano de sanciones por incurrir en violaciones contra derechos humanos. Naciones Unidas llevó adelante una investigación de muchas años en la que concluyó, tras un extensivo estudio, que las violaciones de Pyongyang eran tan atroces, extendidas y sistémicas, que constituían crímenes contra la Humanidad.
Ciertamente; si Usted necesita hacerlo, puede reunirse con Corea del Norte para intentar reducir las amenazas a la seguridad, o bien para mejorar ciertas condiciones. Pero quizás no deba desenrollar la alfombra de bienvenida.
Trinko: Correcto. Ultima pregunta: ¿cuál sería su consejo para la Casa Blanca al respecto de cómo avanzar?
Klingner: Lo que necesitamos hacer es desarrollar un texto mucho más detallado. Necesitamos definir muy claramente incluso aquello que suene a términos sencillos. En rigor, Corea del Norte cuenta con definiciones muy diferentes para el concepto 'desnuclearización' o para ; 'Península de Corea'. Nosotros vemos a la desnuclearización como algo que Naciones Unidas exige a Corea del Norte deshacerse de su arsenal nuclear, su arsenal de misiles, y sus armas químicas y biológicas. Pues, bien; Corea del Norte entiende ese concepto como algo que no significa desarme unilateral, sino como un sistema de control global de armamento en el rol de un autodeclarado miembro del club nuclear. Entonces, podrían decir que reducirán su arsenal a cero cuando el resto del mundo también lo haga.
E incluso en relación a la Península de Corea, la vemos como una masa terrestre y, cuando oímos sobre la desnuclearización de la Península de Corea, bueno, una mitad ya está desnuclearizada -Corea del Sur-, así es que precisamos certificar la desnuclearización de la otra mitad. Y Corea del Norte define a ese concepto como algo, cualquier variable, que influencie o beneficie a la península.
Así es que, para Corea del Norte, nuestros submarinos nucleares y portaviones, incluso nuestros bombarderos estratégicos estacionados en Guam, serían parte de la Península de Corea, porque influencian o bien podrían atacar a Corea del Norte.
Davis: Muchas gracias, Bruce; apreciamos el que haya estado Usted aquí para profundizar en estos temas. Muchas gracias por acompañarnos.
Artículo original, en inglés, en éste link
* Desarrollado con la colaboración de Daniel Davis (@JDaniel_Davis), Editor y comentarista en el sitio web estadounidense The Daily Signal.
Ejerce como Editora en el sitio web estadounidense The Daily Signal.