La economía de la India se muestra en auge, pero debe avanzar hacia la desregulación
Con un crecimiento económico informado del 7.7% durante el cuatro cuatrimestre fiscal del año 2017...
Con un crecimiento económico informado del 7.7% durante el cuatro cuatrimestre fiscal del año 2017, y un crecimiento anual proyectado del 6.7% para 2018, la República de la India hoy exhibe la economía que más rápido crece en el globo. La pregunta, a partir de aquí, se orienta hacia los modos de mantener en plena vigencia este impresionante moméntum.
Primero y principal, la India habrá de reconocer que el crecimiento de que ha venido disfrutando durante las dos décadas pasadas ha provenido, fundamentalmente, de la desregulación y de mejoras recurrentes y comprobables en materia de libertad económica. Desde 1995, la India ha mejorado su calificación, de 45.1 a 54.5 unidades, en el Indice de Libertad Económica (desarrollado por el think tank estadounidense The Heritage Foundation). Aún ocupa el puesto #130 sobre 180 naciones, lo que significa que aún queda mucho más por hacer.
Dale Jorgenson, ex jefe del departamento de economía en la Universidad de Harvard, ha detectado los problemas que están impidiendo que la economía de la India amplíe sus progresos. Las áreas identificadas por Jorgenson en donde la nación asiática exhibe problemas puntuales son también reflejadas con claridad en el ya citado Indice de Libertad Económica. Jorgenson recomienda que la India se involucre de una manera más efectiva en el comercio internacional, y acelere su integración a los mercados globales. En su edición 2018, el Indice de Libertad Económica otorgó a la India un score de solo 72.4 sobre 100 unidades en el apartado de libertad comercial, debido a la existencia de requisitos en forma de permisos de importación que exigen a las firmas privadas que desean realizar negocios, atenerse a un extendido, tedioso e innecesario proceso para el solo hecho de obtener aprobación. Una vez lograda ésta, las compañías continúan haciendo frente a más regulaciones, vinculadas al número y categoría de bienes importados, especialmente en los rubros tecnología y automotor.
Las firmas privadas extranjeras que ofrecen servicios tales como bancarización, seguros y construcción, también deben atenerse a un estricto marco regulatorio. El gobierno de la India controla un amplio segmento de los servicios bancarios y de seguros, y limita con severidad la participación de competidores extranjeros. En algunos casos, como ser en el terreno de los servicios legales, directa y abiertamente prohíbe el involucramiento extranjero en su totalidad. Su score de 40 unidades sobre 100 en el apartado de Libertad para Invertir, en el Indice de Libertad Económica, se posiciona casi 20 puntos por debajo de la media mundial. Esta resistencia a la inversión internacional reduce el crecimiento, mantiene a gobierno e inversores envueltos en un esquema que promociona el capitalismo de amigotes, obstaculiza la competencia y la diversificación de dólares potencialmente provenientes del exterior que otorgarían un valor agregado sustancialmente mayor a la economía doméstica.
Asimismo, la inversión extranjera directa contribuiría a reducir los efectos de la corrupción gubernamental en el mercado, y a potenciar la estabilidad, volviendo al mercado local más predecible para la inversión. En esencia, el inversor extranjero podría redirigir fondos para que estos sean invertidos en negocios más estables antes que en aquellos favorecidos por el gobierno -y, a la postre, el proceso mejoraría todos los aspectos relacionados con la libertad económica. La inversión privada realizada por firmas indias deberá incrementarse de igual manera, si acaso el objetivo es mantener los niveles de crecimiento actuales del país. De acuerdo al Banco Mundial, la política estatal que se exhibe asociada de modo incierto con esta relación, desalienta la inversión extranjera. Así lo ha relatado la ciudadana Rafeeque Ahmed, titular de una fábrica de zapatos, al matutino estadounidense The Wall Street Journal: 'Tenemos miedo de invertir, porque el gobierno podría, súbitamente, cambiar políticas y, por lo tanto, nuestros costos'.
Adicionalmente, la India califica 20 puntos por debajo de la media mundial en lo que respecta a libertades laborales. El principal obstáculo ante la posibilidad de mejorar este aspecto se sintetiza en leyes de protección laboral que impide que las firmas privadas despidan empleados. Dado que las compañías se encuentran impedidas de despedir a empleados improductivos, se resisten a contratar nuevo personal, lo cual mantiene al margen del mercado laboral a los empleados más productivos y capaces. El crecimiento económico de la India durante el primer cuatrimestre del año ha consignado un récord internacional, pero no perdurará, a no ser que se haga frente a los profundos problemas económicos que caracterizan al país, y a no ser que se garantice un crecimiento económico sustentable en el futuro.
India podrá disfrutar de una rapidez en el crecimiento de su PBI en el largo plazo, pero sólo si se abraza a la libertad económica, quitando al gobierno del camino y permitiendo que dueños de empresas privadas y trabajadores tomen decisiones económicas por sí mismos.
Artículo original, en inglés, en éste link
* Desarrollado con la colaboración de Spence McCloy
Tyrrell oficia de coordinador de investigaciones para el Centro de Economía y Comercio Internacional en el think tank estadounidense Heritage Foundation (Washington, D.C.). Sus trabajos son publicados periódicamente en el sitio web estadounidense The Daily Signal.