Estados Unidos: el Acta BUILD no hará ´llover dinero´ en Africa
En un editorial publicado por la cadena estadounidense CNBC, el Secretario de Comercio...
En un editorial publicado por la cadena estadounidense CNBC, el Secretario de Comercio de los EE.UU. Wilbur Ross y el Senador Chris Coons (Demócrata por Delaware) urgieron al congreso americano a que apruebe un proyecto que otorgaría un nuevo nombre a OPIC (en inglés, Overseas Private Investment Corporation - Corporación para la Inversión Privada en el Extranjero).
Los mencionados argumentan que el Acta para la Mejor Utilización de Inversiones para el Desarrollo (BUILD), ayudaría a Estados Unidos a morigerar la influencia que China ya ha comprado a través de su iniciativa Belt and Road (la nueva ruta de la seda), de proyección neomercantilista. Aquéllos implican que el Acta BUILD alentaría a las firmas estadounidenses a hacer que "llueva dinero" sobre naciones africanas, con la meta de contrarrestar el esfuerzo chino.
Sin embargo, al repasarse el historial de OPIC, las propuestas de los funcionarios son, a lo muchos, dudosas. En 1971, el congreso estadounidense creó OPIC (en la Sección 231 del Acta para la Asistencia al Extranjero) a los efectos de "movilizar y facilitar la participación" de compañías privadas americanas en países en desarrollo que estén mudándose hacia economías de mercado -descripción perfecta de lo que hoy sucede en gran parte de las naciones de la órbita del Africa subsahariana.
Hasta el año fiscal 2018, la información provista por aquella agencia ha dedicado el 27 por ciento (o US$6.28 mil millones) de su portfolio al Africa. La porción del portfolio que se redirige a países africanos puso el foco en proyectos desarrollados en tres naciones: Ghana, Kenia y Sudáfrica.
Uno podría argumentar en relación a la efectividad de tales proyectos, pero resulta ilustrativo observar que ninguno de esos tres países ha consolidado progresos destacables en su marcha hacia una economía de mercado, conforme fuera oportunamente mensurado por los ránkings que los ha caracterizado en el Indice de Libertad Económica, entre 1995 y la actualidad. Esta concentración de las actividades de OPIC en naciones relativamente ricas del Africa no sorprende. De acuerdo con el análisis del think tank estadounidense The Heritage Foundation (en inglés, en éste link) al respecto de ese portfolio de la agencia, en fecha marzo de 2018:
... sólo el 16 por ciento de los proyectos en actividad (que sintetizan un aproximado del 7% del valor dólar) fueron directamente localizados (sin incluírse proyectos regionales) en naciones de bajos ingresos conforme así los definiera el Banco Mundial. De hecho, a marzo de 2018, OPIC cuenta con más proyectos activos en naciones de ingresos medios o superiores (175) que en países de ingresos bajos (94).
Más aún, la cartera de inversiones de OPIC exhibe que no está particuarmente activa en sectores en los que China se ha enfocado -como ser, la construcción, el transporte, la minería, la explotación de crudo y gas natural. Aún cuando exista una superposición entre inversiones chinas y el portfolio de ese país, como en el caso de la generación de energía, China se enfoca primariamente en energía a base de crudo y de carbón, mientras que OPIC pone el foco en fuentes de energía renovables.
Por qué Ross y Coons piensan que el Acta BUILD cambiaría este patrón? El lenguaje utilizado en sus considerandos ni siquiera menciona a China, como tampoco persigue la nueva Corporación Financiera para el Desarrollo Internacional, que busca crear, el contrarrestar los esfuerzos chinos.
A esta nueva agencia de US$ 60 mil millones -pequeña, al comparárasela con el programa chino- no se le exigiría poner el foco en Africa a partir de porcentuales fijos de créditos, ni tampoco concentrarse en sectores de gran interés para China, y tampoco se dedicará a consolidar ningún objetivo de política exterior ni de seguridad nacional de los Estados Unidos.
Nada en esa legislación, ni siquiera tal como fuera sujeta a escrutinio por parte de los comités respectivos en la Cámara de Representantes y el Senado, obligará a la nueva IDFC a enfocars sus recursos de manera diferente a lo hecho por OPIC en el pasado.
Si Ross y Coons en realidad se proponen posicionar a las firmas estadounidenses con la meta de que "llueva dinero" en el Africa, a los efectos de que estos países compitan con China (una estrategia cuestionable, en el mejor de los casos), pues entonces habrán de trabajar con el Congreso en ocasión de futuras revisiones del Acta BUILD, para garantizar resultados positivos a los contribuyentes de los Estados Unidos de América.
Artículo original, en inglés, en éste link
* Trabajo desarrollado con la asistencia de Spencer McCloy y Vincent Miozzi, miembros del Programa de Jóvenes Líderes en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, en Washington, D.C.
Es analista de temas internacionales en la Fundación Heritage, en Washington, D.C. Schaefer se dedica al análisis extensivo de una serie de temáticas de política exterior, con foco en los programas de Naciones Unidas sobre afiliación y fondos. Con frecuencia, se presenta en medios de comunicación estadounidenses para comentar sobre el accionar y las actividades de la ONU. Sus trabajos también son publicados en el sitio web estadounidense The Daily Signal.