España: Podemos y el mundo del revés
En España, Podemos ha lanzado su enésimo plan económico. Ya hemos perdido la cuenta de cuántos llevamos.
En España, Podemos ha lanzado su enésimo plan económico. Ya hemos perdido la cuenta de cuántos llevamos. Estamos acostumbrados a los brindis al sol y las estimaciones de ciencia ficción. Ya se han olvidado de las bobadas de auditar la deuda y se lanzan a endeudarse sin frenos.
Podemos afirma que su objetivo es subir los impuestos para 'los ricos'. Todavía le debe quedar alguien que siga creyéndose ese cuento, que siempre termina en más impuestos para todos. Hablan sobre la necesidad de equilibrar. Así que uno termina revisando su éultima propuesta, 'Dejar atrás la austeridad', y lo cierto es que no encuentra nada sobre equilibrio.
Podemos y el PSOE han subido los impuestos en las comunidades donde gobiernan a familias y clase media por encima de la media nacional. Pues no, no se los van a bajar. Nada de equilibrar. Subir. Se los van a subir con el subterfugio de la “fiscalidad verde” –paga usted–, “a la banca” –a los clientes de los bancos–, y el mayor cuento de todos. “El suelo de ingresos”.
El suelo de ingresos significa que todo el sistema fiscal está subordinado a un resultado mínimo que, como no se va a conseguir con sus estimaciones, se conseguirá como siempre hacen, subiendo impuestos a todos. El plan de Podemos pone a los contribuyentes al servicio de los políticos. El mundo al revés.
España es ya uno de los países con una cuña fiscal más alta a familias y rentas altas y medias, según datos de la OCDE, así que Podemos y sus marcas blancas llaman “renta alta” a los que ganan 60.000 euros o más. Hablamos de menos de 615.000 contribuyentes que aportan más de 22.000 millones a las arcas del estado. En España, “los ricos”, son aproximadamente el 3,2% del total de contribuyentes y aportan el 32,4% de la recaudación por Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Jamás recaudarían un 50% más de esas rentas. Desaparecen. Si usted se cree que 615.000 personas van a pagar 100.000 millones de euros de gasto adicionales en cuatro años, tengo una estatua de la libertad en Nueva York a precio barato que le venderé con sumo gusto.
Los propios gobiernos populistas en Italia y Portugal son más listos. Tienen una fiscalidad mucho más atractiva para las rentas más altas para atraer capital extranjero con un tipo ultra-bajo y una cantidad fija máxima por todos los ingresos en el exterior. Pero de esos no aprenden.
Cuando Podemos habla de “las rentas de capital” parece que hablen de millonarios. No. Son los ahorros de todos. Porque eso que llaman “rentas de capital” son fondos y planes de pensiones, que suponen el 90% de los productos de inversión. Sus propuestas ya han mostrado su nula efectividad. En Navarra se quedaron sin SICAV y efecto recaudatorio, cero. Abandonan completamente la más mínima noción de administración de recursos para endeudar al país mucho más, incumpliendo el déficit –mucha más deuda– vía ingresos y gastos. Con estimaciones de ingresos inverosímiles y gastos muy superiores.
Podemos y sus marcas blancas hablan de la austeridad como si reducir el desempleo, y con ello los gastos por subsidios de paro, fuera un recorte. Entre 2007 y 2016 el gasto público aumentó un 11,9%. Sanidad, una subida del 13,5%, educación, un aumento del 9,3%, protección social un crecimiento del 37,2%. Si consideramos el periodo 2007 a 2017 un aumento del gasto total de más del 13%. ¿Qué austeridad?. Para ellos, austeridad es que no gastamos sobre PIB lo que otros países, sin considerar la estructura empresarial, atracción de capital y atractivo inversor de otros. Para ellos el gasto es un fin en sí mismo.
No existe sector público sin un sector privado sólido. Y ellos quieren dinamitar al contribuyente.
Siguen mintiendo sobre el impuesto de sociedades diciendo que las empresas pagan muy poco, cuando los datos de la Agencia Tributaria muestran que es falso. Las grandes empresas pagan en Impuesto de Sociedades un 19% en 2017 (datos de la Agencia Tributaria), además de impuestos al trabajo, a la inversión, locales, regionales, verdes y de todos los colores. La cuña fiscal a las grandes empresas es de casi el 40%, una de las más altas de la Unión Europea según el informe Paying Taxes de PWC.
Desde 2009, los ingresos por impuesto de sociedades se han incrementado un 15%, mientras que el número de empresas operando en España se ha reducido un 2%. Con un número de empresas similar al de 2010, España recauda un 43% más, a pesar de que las bases imponibles siguen por debajo de 2007. Podemos omite convenientemente que los beneficios empresariales de 2005 a 2007 estaban inflados por la burbuja, y aún así el impuesto de sociedades se ha recuperado con menos empresas y menos bases imponibles.
También faltan a la verdad con los bancos. En 2017 las seis grandes entidades bancarias tributaron en España un total de 2.426 millones de euros sobre su beneficio, un 31% de sus beneficios (7.874 millones).
Si analizamos su amor por el déficit –más deuda– contrasta con su obsesión con subir impuestos. Si consideran que el déficit no es un problema, ¿por qué quieren asfixiar a impuestos a familias y empresas? Por el contrario, si la deuda y el déficit les preocupa, ¿por qué aumentar el déficit público tanto en épocas de bonanza como de crisis? Su plan aumenta el déficit estructural en 100.000 millones en el periodo 2019-22.
La última vez que España se lanzó a un incremento de gasto de estas proporciones entramos de cabeza en la mayor crisis económica de nuestra historia. España fue el país de las grandes economías de la Unión Europea en el que más creció el gasto público en el periodo 2004-09, un 48%, casi un 9% anual.
Pero, a un aumento de gastos de 100.000 millones en cuatro años, se le añaden unas estimaciones por ingresos fiscales inverosímiles e irresponsables. Recordemos que la media de desviación frente a las estimaciones de ingresos presupuestados en España ha sido de 5.800 millones de euros anuales en el periodo 2014-17 y de 12.000 millones de euros en 2008-2011.
En definitiva, en un escenario de enormes subidas de impuestos y gastos, justo cuando se empieza a intuir una ralentización de la economía, supondría un aumento adicional de deuda de entre 60.000 y 90.000 millones. Adicional, ojo, al aumento que ya se contempla en las estimaciones del gobierno.
Impuestos que van contra la tendencia global, que expulsan la inversión, el empleo y atacan a los autónomos para fomentar el gasto clientelar endeudando al país de manera mucho más agresiva. No hace falta recordar la enorme cantidad de estudios que desmontan sus ideas de multiplicadores inexistentes. Lo hemos vivido en España en el pasado.
La propuesta de Podemos no es abandonar la austeridad. Eso ya ocurrió hace años. Es la receta de la depresión.
Es Doctor en Economía, y profesor de Economía Global. Autor de La Gran Trampa, Viaje a la Libertad Económica y otras obras. Publica periódicamente en el sitio web en español del think tank estadounidense The Cato Institute. Más información, en el blog del autor.