Es hora de que Estados Unidos formalice un acuerdo comercial con Taiwan
Taiwan y Estados Unidos siempre han sido socios naturales.
Taiwan y Estados Unidos siempre han sido socios naturales. Ambos han dejado claro su compromiso de cara al libremercado, el Estado de derecho, y la democracia. Sin embargo, dada las recurrentes imposiciones que parten desde la República Popular China, la relación entre Taiwan y EE.UU. no ha podido alcanzar su verdadero potencial. Los dos países han disfrutado de una larga tradición en materia de cooperación económica, pero hay allí mucho más margen para una sociedad plena de dinamismo.
La pasada semana en Houston, Texas, la presidente taiwanés Tsai Ing Wen (foto) compartió afirmaciones en un foro de negocios americano-taiwanés en el aquélla enfatizó la importancia de que Taiwan y los Estados Unidos trabajen en conjunto para defender los mercados libres. Tal sociedad cobra hoy una vigencia urgente, a la luz de la agresiva campaña china para que el orden internacional niegue cualquier posibilidad de reconocimiento a la independencia de facto de Taiwan, presionando -para lograr ese objetivo- a corporaciones y a naciones por igual.
En los últimos meses, por ejemplo, China ha amenazado con poner fin a los acuerdos con numerosas aerolíneas que se rehúsen a listar a Taiwan como 'Taiwan, CN' -esto es, como perteneciente a China. Otras firmas privadas como The Gap y Marriott también han experimentado el comportamiento patoteril de Pekín. El más reciente ejemplo ha sido provisto por El Salvador, que se convirtió en el tercer país durante 2018 en interrumpir vínculos económicos con Taiwan. La agresiva campaña internacional china contra un Taiwan independiente no debe seguir siendo tolerada.
Los Estados Unidos de América y Taiwan comparten un extendido historial en cooperación y confianza recíproca, guiada por los lineamientos del Acta de Relaciones Diplomáticas con Taiwan de 1979. Hoy día, los dos países tienen más en común que nunca antes -ambos comparten la valoración del libremercado, el comercio libre, el respeto por el Estado de derecho, y todo principio democrático existente. En su discurso de junio en el nuevo Instituto Americano en Taiwan, el presidente del directorio del mismo, James Moriarty, sintetizó: 'Conforme Taiwan ha logrado transformarse en una democracia vibrante y en un modelo para la región Indo-Pacífico y más allá de ésta, nuestra relación ha crecido notablemente, dando forma a una estrecha colaboración en la inmutable construcción de valores e intereses compartidos'.
En su rol de país que exhibe un destacado historial como miembro constructivo de la comunidad internacional, Taiwan en efecto encarna un ejemplo positivo de desarrollo y prosperidad, basado ello en elevados niveles de libertad política y económica. En su última edición sobre Libertad en el Mundo, informe anual que evalúa la evolución de los derechos políticos y las libertades individuales en todo el planeta, el instituto Freedom House ponderó a Taiwan como una nación 'libre'. De acuerdo al Indice de Libertad Económica del think tank estadounidense Heritage Foundation, Taiwan es hoy la décimotercer economía más libre del orbe, y la quinta en Asia.
Exhibiendo el desarrollo de Taiwan una de las democracias orientadas al libremercado más vibrantes, su relación económica con los Estados Unidos de América se ha vuelto cada vez más sólida. Pero aún puede hacerse mucho más, conforme EE.UU. y Taiwan se beneficiarían de optimizar su relación con mayor enfoque estratégico y claridad. Esto podría lograrse promocionando la construcción de un acuerdo bilateral de libre comercio entre ambas naciones.
Taiwan ha probado ser un socio confiable y sólido de los EE.UU. en la promoción de las libertades individuales, la oportunidad y la prosperidad económicas, en la región -y en el mundo. Mucho más puede hacerse, si Estados Unidos y Taiwan aumentan el intercambio recíproco. Será, la actual, hora de capitalizar sobre esta oportunidad que será beneficiosa para ambos, en el contexto de un acuerdo de libre comercio.
Artículo original, en inglés, en éste link
Es investigador de temas económicos en la Fundación Heritage, Washington, D.C., con foco en librecomercio y libertad económica. Como analista senior de libertad económica en el Centro para el Comercio Internacional y la Economía (CITE), Kim es responsable principal de coordinación para la preparación del Indice de Libertad Económica. Sus trabajos son publicados en el sitio web The Daily Signal.