Las promesas de Xi Jinping en torno de mayor libertad económica se diluyen
El presidente chino Xi Jinping habló, a comienzos de este mes de noviembre, en la Exposición Internacional...
El presidente chino Xi Jinping habló, a comienzos de este mes de noviembre, en la Exposición Internacional de Exportadores -llevada a cabo en Shanghai. En tal evento, el mandatario reiteró promesas ya conocidas al respecto de que China mejorará el acceso al comercio, facilitará la inversión y protegerá la propiedad intelectual. Jinping y el presidente estadounidense Donald Trump se reunirán para conversar sobre cuestiones comerciales pendientes de resolución en la próxima Cumbre del G20, a desarrollarse en la República Argentina a fines del mes en curso.
La referida exposición expo -que en rigor es una creación del propio Xi- fue diseñada con el objetivo de reunir a un aproximado de tres mil firmas oriundas de cien países, a los efectos de conversar y promocionar la 'globalización económica' entre ellas. La cita significó la primer reunión, llamada a tener lugar una vez al año. De acuerdo a su propósito oficial, la exposición 'facilitará a países y regiones en todo el mundo la posibilidad de fortalecer la cooperación económica y el comercio, en tanto promocionará el comercio global y el crecimiento económico mundial, a criterio de proceder a una mayor apertura de la economía internacional'.
Xi dio inicio a su ponencia, reiterando el respaldo de China al comercio multilateral y a la globalización. Puso el foco en el rol de la República Popular a la hora de preservar el orden comercial global, y prosiguió explicitando la amenaza que el proteccionismo consigna para la citada globalización. Xi calificó al proceso globalizador como una tendencia histórica e irreversible, que cada nación habrá de aceptar con entusiasmo.
En lo que hace a los temas bajo tratamiento, el mandatario chino enfatizó que tanto el globalismo como el proteccionismo constituyen la dicotomía central y recíproca de nuestro tiempo. En tal sentido, el presidente describió luego las dos tendencias que actualmente lideran el orden mundial: 'gobernancia global' (citando conceptos tales como 'multilateralismo', 'apertura' y 'sistema de libre comercio' como principales variables) y 'unilateralismo'. Xi defendió a la gobernancia global como ideal, en tanto explicitó que la misma hoy se halla bajo ataque de parte de los defensores del unilateralismo.
A lo largo de su presentación, Xi puso reiterado énfasis en el aperturismo chino, expresando que 'la apertura, la innovación y la inclusión se han convertido en el principal branding de Shanghai. Son, al mismo tiempo, un vívido reflejo de la nueva era China, y de su compromiso en pos del desarrollo y del progreso'. Finalmente, en referencia a la recurrencia de los comportamientos proteccionistas en el mundo, Xi explicitó: 'En un mundo que profundiza la globalización económica, las prácticas vinculadas a la ley de la jungla y al "Quien gane, se lleva todo", solo conducen a un callejón sin salida'.
En cualquier caso, algunos observadores ven en la crítica que el presidente chino hace del aislacionismo, una caracterización implícita del eslogan y de las políticas de sello 'Estados Unidos, primero' (America first) de Donald Trump, verdadero destinatario de los comentarios de Xi. Así, pues, la insistente caracterización de China como víctima, en oposición al proteccionismo americano, no necesariamente tiene su reflejo en la realidad. Xi se aferra habitualmente a la costumbre de declarar que él personifica al 'librecomercio', como medio de alienar a los simpatizantes de las reformas económicas en China.
En años recientes, el gobierno en Pekín ha llevado a cabo algún esfuerzo con el objetivo de liberar sus mercados, recurriendo a pronunciamientos e iniciativas. La República Popular China ha reducido los aranceles emparentados con 1.500 productos del comercio minorista a comienzos de este año, y redujo los aranceles para la importación de automóviles, en un diez por ciento. Adicionalmente, el ránking de este país en el Indice de Libertad Económica (preparado por el think tank estadounidense Heritage Foundation, en Washington, D.C.) ha acusado una ligera mejora en tiempos recientes.
Desarrollos específicos vinculados a la ley de propiedad intelectual, combinados con un combo de incentivas pro-mercado y de presiones políticas, probablemente hayan contribuído a la mejora del puntaje chino en lo que respecta a integridad gubernamental y a eficiencia judicial. Con todo, más de un 46% del valor de todos los artículos falsificados o apócrifos confiscados por el Servicio de Aduanas de los Estados Unidos de América tienen origen chino.
El gobierno en Pekín ha establecido zonas piloto para el libre comercio en numerosas ciudades principales a lo largo de su franja costera; el objetivo, según se ha declarado, es que 'sirvan como zonas de testeo para autoridades locales, y con la meta de respaldar a las firmas privadas, atrayendo inversión externa, con menos restricciones'. Pero la competencia en tales áreas solo será tolerada, en tanto no compitan con el interés representado por las empresas tuteladas por el Estado chino.
Al clausurar su exposición, el presidente Xi Jinping -conforme ya es costumbre- volvió a hacer hincapié en sus promesas en pos de estimular la economía china, aspecto que involucrará un incremento en las importaciones, la promoción de la liberalización de la inversión, la construcción de un ambiente superador para hacer negocios (de la mano de una ley de propiedad intelectual particularmente mejorada), y la promoción de la cooperación internacional. Sin embargo, estas propuestas solo consignaron una suerte de eco sobre las iniciativas de orden político estatal presentadas por el vice premier Liu He en el Foro Económico de Davos, a inicios de 2018. Dado el alto perfil que caracteriza a la exposición de exportadores, no resultó ser una sorpresa el hecho de que Xi evitara ceder espacios para la controversia, teniéndose presente su próximo cónclave con Donald Trump en la Cumbre del G20 que se avecina.
Finalmente, los hechos continúan certificando que las promesas anteriores de Xi en torno de ampliar las reformas económicas han probado ser vacuas. Tras lo cual, es probable que tanto la comunidad de negocios en los Estados Unidos como los líderes políticos en Washington se muestren reticentes a la hora de ponderar las promesas chinas por lo que realmente representan.
Artículo original, en inglés, en éste link
* Artículo desarrollado con el aporte de Helen Lamm, miembro del Programa de Jóvenes Líderes en el think tank estadounidense Heritage Foundation, en Washington, D.C.
Riley Walters es Asistente Investigativo en el Instituto Davis para la Seguridad Nacional y la Política Exterior en el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C.). Es colaborador regular en el medio The Daily Signal.