Estados Unidos y la importancia de Mongolia como 'Tercer Vecino'
Al respecto de la importancia geopolítica de Mongolia, situada entre Rusia y China.
Mongolia, nación mediterránea situada entre China y Rusia, y que cuenta con una población de tres millones de personas, se ha convertido en un socio geopolítico de importancia para los Estados Unidos. La relación entre Washington y Ulaanbaatar (capital del país; foto) no es significativa hoy día, aunque ofrece numerosas oportunidades para ambas partes.
Estados Unidos estableció vínculos diplomáticos con Mongolia, en 1987. Desde entonces, Washington ha ponderado claramente a Mongolia como 'tercer vecino'. A lo largo de las últimas décadas, Mongolia se ha mostrado como un socio diplomático confiable de EE.UU. La transición de ese país hacia una democracia confiable ha sido notorio, particularmente si se compara su caso al de ex repúblicas soviéticas.
El sistema multipartidista y de orden parlamentario de Mongolia ha dejado como resultado una sociedad abierta, en donde el disenso político es la norma, el debate parlamentario es moneda corriente, y los compromisos entre los distintos partidos tienen lugar con periodicidad. Lo cual contrasta marcadamente con los países del Asia Central post-URSS, en donde algunos gobiernos presidencialistas han mutado en autocracias.
El Presupuesto Legislativo para Justificativos sobre Operaciones en el Extranjero del Departamento de Estado afirma (para el año fiscal 2019) que los 'objetivos primarios de la asistencia ofrecida por los Estados Unidos de América a Mongolia deben coincidir con la meta de que Washington deberá continuar siendo el socio preferido para Ulaanbaatar, por encima de los vecinos geográficos Rusia y China, y que habrá de ofrecerse mayor espacio para que Mongolia estructure una política exterior y una política de seguridad independientes'. Más importante aún, Mongolia ha sido considardo como un 'socio emergente' y como nación con la cual EE.UU. puede cooperar, a efectos de consolidar una 'visión compartida de reglas para el cuadrante Indo-Pacífico'.
De hecho, Mongolia ya ha demostrado un sólido compromiso a los efectos de trabajar junto a los Estados Unidos en una agenda de temáticas estratégicas. Mongolia es uno de nueve países 'socios' de OTAN, junto con el Japón y Corea del Sur, en el Este de Asia. Asimismo, Mongolia participa en operaciones de mantenimiento de paz de Naciones Unidas, y cuenta con más de 1.000 soldados destinados en Africa para tal fin.
Recuérdese, de igual manera, que Mongolia envió tropas a Irak entre 2003 y 2008, contando hoy día con más de doscientos hombres en Afganistán, los cuales sirven junto a fuerzas estadounidenses. En síntesis, Mongolia ha mantenido una relación constructiva y de franca cercanía con Washington. Sin embargo, aún puede hacerse mucho más, si de lo que se trata es de optimizar la relación bilateral.
En particular, la relación económica entre los Estados Unidos y Mongolia precisa evolucionar, de una basada mayormente en asistencia financiera para una miríada de cuestiones técnicas, a una sociedad que repose mucho más en esfuerzos vinculados al comercio y a la inversión desde el sector privado. Los esfuerzos actualmente motorizados por la Administración Trump, que portan el objetivo de elevar el perfil estadounidense y de elevar su participación en la región geográfica de referencia, son acertadas. No obstante, sin que se verifique la presencia de un componente comercial distintivo, las buenas intenciones de EE.UU. podrían rematar en gestos vacuos.
Todo ello, a raíz de que el esfuerzo estadounidense necesita ser sustancioso; esa substancia habrá de contar con una visión práctica que la respalde, y ella solo puede ser el comercio. El legislador estadounidense Ted Yoko (Republicano por Florida), en compañía de otros nueve miembros de la Cámara de Representantes, han presentado un proyecto de índole bipartidista sobre EE.UU. y su relación con Mongolia. La que se ha dado en llamar Acta 'Tercer Vecino' sobre Comercio con Mongolia (Mongolia Third Neighbor Trade Act) busca profundizar el vínculo comercial entre Mongolia y los Estados Unidos. Este proyecto perfectamente podría desempeñar un rol crítico a la hora de consolidar el recurrente desarrollo económico mongol, incentivándose en el proceso a todo espectro de reformas económicas centrales.
A lo largo de las tres últimas décadas, Estados Unidos y Mongolia han tomado la decisión estratégica de forjar y defender una relación vinculada al 'compromiso compartido de la libertad, la democracia y los derechos humanos'.
Esta elección deberá ser dotada de acciones concretas que puedan perfeccionar todavía más la sociedad entre ambos países. La profundización del comercio siempre es el paso lógico esperable.
Artículo original, en inglés, aquí
Es investigador de temas económicos en la Fundación Heritage, Washington, D.C., con foco en librecomercio y libertad económica. Como analista senior de libertad económica en el Centro para el Comercio Internacional y la Economía (CITE), Kim es responsable principal de coordinación para la preparación del Indice de Libertad Económica. Sus trabajos son publicados en el sitio web The Daily Signal.