EE.UU.: cinco aspectos de la política exterior que concentrarán la atención durante 2019

Aliados y enemigos de los Estados Unidos de América pondrán sobre la mesa sus apuestas de política exterior en 2019, respaldándose en una corazonada: si acaso el mandatario americano Donald Trump logrará una victoria que le permita contar con un segundo período presidencial en 2020.

A pesar de alguna serie de tweets perturbadores y de una retórica en ocasiones digna de críticas, lo cierto es que, en la práctica, la Administración Trump se ha plantado ante sus aliados, y también ha hecho lo propio con sus enemigos más poderosos. 

Pero las elecciones del 2020 en los Estados Unidos portarán una pregunta de magnitud: ¿qué tal si termina siendo elegido un 'candidato anti-Trump'? El resultado podría coincidir con esa persona hacer exactamente lo opuesto a lo que en ciertos circuitos se denominan 'políticas trumpianas'.

En el resto del mundo, muchos sencillamente se tomarán su tiempo y esperarán para ver qué sucede. Irán, por ejemplo, podría mantenerse expectante, verificando si acaso se cumplirá la predicción de John Kerry -quien dijo que el próximo inquilino del Salón Oval probablemente haga a un lado el retiro del acuerdo nuclear propuesto por Trump, para regresar a una temporada de convenios atómicos con los mulás, al igual que en la Era Obama. 

De igual manera, el presidente ruso Vladimir Putin podría albergar la expectativa de que un próximo presidente estadounidense haga extensivos los convenios de control de armamento, como ser el Tratado para la Reducción de Nuevas Armas Estratégicas (New Strategic Arms Reduction Treaty). 

Y, ¿mantendrá el líder norcoreano Kim Jong-Un sus armas nucleares? Difícil saberlo.

Existen, sin embargo, importantes cuestiones que hacen a la política exterior americana que, sin lugar a dudas, consignarán decisiones de igual magnitud y líneas de acción durante 2019. Sobre estos temas, Usted leerá mucho en los medios el año que acaba de dar inicio:

5. Choque entre Israel y Hezbolá  

Habrá que darlo por hecho. Esto no solo se trata de Estados Unidos y su decisión de retirar activos de Siria. Uno podría interpretar al reajuste de posiciones estadounidenses y turcas en Siria como un modo de allanar el camino para la acción israelí contra el grupo terrorista Hezbolá. Durante mucho tiempo, los israelíes han personificado un sistema de tolerancia cero de cara a Irán y al esfuerzo de Teherán de dotar al arsenal de Hezbolá con misiles de precisión de largo alcance, y permitiendo Teherán en el proceso el despliegue de largo plazo de terroristas con base en el Líbano, en territorio sirio. El rol de los Estados Unidos coincidirá con impedir que el ya de por sí desastroso conflicto mute en un escenario bélico más amplio.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, llamó recientemente a elecciones para el próximo 9 de abril. Su coalición emergerá victoriosa, otorgando a Netanyahu un mandato para definir un mayor alcance de acciones. Si todo va bien, Hezbolá recibirá un durísimo golpe que depositará a sus patrocinadores iraníes en una posición todavía más complicada. 


4. Estados Unidos permanecerá en Afganistán

Fuentes de la Administración insisten en que el presidente Donald Trump aún no ha tomado una decisión al respecto a la presencia futura de elementos militares en territorio afgano. Existe un poderoso argumento que consigna la necesidad de no poner fin al compromiso estadounidense ahora mismo. Los analistas entendidos no deberían esperar que el presidente reitere los errores cometidos por el ex mandatario Barack Obama al retirarse de Irak. Es improbable que Trump y los aliados de EE.UU. se inclinen por alejarse de Kabul en 2019, conforme una retirada completa solo contribuirá a desestabilizar a la región. El Talibán, que celebró los informes pertinentes a un eventual retiro de tropas, se verá decepcionado -y, con toda probabilidad, terminará quedando en la mira de aeronaves no tripuladas (drones).


3. El sueño del Dragón

Acaso China tenga tanto que perder -sino más- que los propios Estados Unidos, de desarrollarse una guerra comercial. El carácter expansivo de la iniciativa china de la Ruta de la Seda (Belt and Road) se ha topado tanto con críticas como con elogios, habida cuenta de que numerosos diplomáticos europeos censuraron esa maniobra. Más aún, Pekín ha registrado retrocesos en las Maldivas, Sri Lank y Etiopía -naciones que, un año atrás, parecían encaminar una seguidilla de acercamientos diplomáticos con la República Popular.

Las probabilidades consignan que China se tomará un receso a criterio de reflexionar cómo habrá de lidiar con una postura más firme de los Estados Unidos, evaluando también cómo lidiará Pekín con las consecuencias compartidas por su agresiva política exterior. Obsérvese cómo el presidente chino Xi Jinping ha decidido poner en pausa a la guerra comercial. 


2. Viva América Latina 

La mejor noticia es que Donald Trump consolidará, para los Estados Unidos, el control de la frontera sur, en tanto cristalizará una cooperación silenciosa aunque superior junto a México y Brasil -las dos naciones más importantes de la América Latina. Aún cuando tales esquemas de cooperación tendrán lugar en medio de una sociedad subterránea y por momentos no declarada, los acuerdos en torno de temas de preocupación recíproca ayudarán a la hora de mitigar los efectos de problemas medulosos como el desbarajuste venezolano o las caravanas de migrantes que se dirigen hacia la frontera sur de los Estados Unidos de América. 


1. Adiós al Tratado para Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio

Estados Unidos se retirará del Tratado para Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, pergeñado originalmente entre los EE.UU. y la Unión Soviética (continuada por Rusia) en 1987. Esta decisión allanará el camino para un proceso de retiro de seis meses de duración. Pero no habrá que esperar un apuro en ese retiro, que sea empleado para construir nuevas armas nucleares estadounidenses. Y tampoco habrá que esperar que Moscú y Pekín se sienten a negociar un tratado que reemplace al anterior, ya mencionado.

En el corto plazo, Estados Unidos comenzará a ponderar el almacenamiento de armas convencionales de mayor precisión táctica, a los efectos de disuadir ante la amenaza de armas nucleares 'tácticas' de origen ruso emplazadas en Europa. Mientras tanto, las chances de que Estados Unidos convenga una prórroga sobre el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas o de que permita abiertamente su expiración, son de 50-50.

Artículo original, en inglés, aquí