POLITICA: MATIAS E. RUIZ

Argentina, 2019: el Año de la Simulación

En el extraño prolegómeno que hace al reciente deceso de Juan José Karacic...

09 de Enero de 2019
Para los analistas políticos de oportunidad, el año electoral 2019 exigirá depositar particular atención en subcapítulos de interés subterráneo -por cuanto sus prolegómenos difícilmente ocuparán espacios centrales en las páginas de la prensa tradicional.

Entre ellos, destacan el eventual hallazgo de dinero negro originado en la Era K (desaparecidos de súbito y, a la sazón, transportados y luego atesorados por ignotos valijeros); la decisión -tomada por la cúpula del Banco Central Europeo (BCE)- de quitar próximamente de circulación a los billetes de 500, provisto que este legal tender conocido en la jerga de los brokers internacionales como 'bin Ladens' deviene en instrumento de cambio predilecto para el crimen organizado transnacional, en virtud de la reducción del peso de divisa transportada; y algún curioso tiroteo registrado a las puertas de sospechosas financieras que operan entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el cuadrante o zona norte del GBA, o en el perímetro de estancias situadas al sur del territorio nacional. Se asiste a variables en apariencia inconexas que, en el terreno operativo, se encuentran íntimamente emparentadas.
 
Bonadio, Stornellli, Gloria Papers, Corrupción judicial, Corrupción políticaDurante un buen tiempo al menos, el rigor y el esmero propagandístico ejercitado por la Administración 'Cambiemos' hizo creer a gran parte de la opinión pública que las políticas de Seguridad contribuyeron a amalgamar uno de los pilares fundamentales del éxito gubernamental. Sin embargo, los tristemente célebres incidentes previos al Superclásico River-Boca en Nuñez (que de milagro no terminaron cobrándose la vida de algún profesional del balompié) terminarían por aniquilar todo optimismo discursivo, devolviendo a muchos crédulos ciudadanos a la realidad. Resultó entonces que, en medio de los ya incontables fuegos de artificio y de la promesa futura de mejoras, un puñado de pendencieros de baja factura contó con la más abyecta impunidad a la hora de ejercitar su derecho al intento de homicidio, bajo la atenta y complaciente mirada de centenares de policías y elementos de extracción federal -en las cuadras de un barrio que, en esos minutos de previa de partido, concentraba la atención mundial. No solo falló el operativo de prevención; con posterioridad a los hechos, la administración de justicia puso de suyo para subrayar, una vez más, que quien se esfuerce en quitar la vida de un tercero no amerita ser demorado en una comisaría por más de unas cuántas horas. Así las cosas, de éste relato no solo emergen ponderaciones estrictamente políticas, sino también institucionales: sin mediar preámbulo, aquéllos episodios de violencia desnudaron sin piedad el desmadre del sistema republicano en su versión argentina; el quiebre es ya indisimulable.

Con todo, la tradicional amnesia nacional no debería ganar la partida; cierto es que, en aquella oportunidad -y apenas en cuestión de segundos-, el proselitismo asociado a una pretendida 'mano dura' y la seguridad ciudadana que alegremente supo personificar la Ministro Patricia Bullrich, se estrelló de frente contra la propia incompetencia, que también redondeó una perfecta sinergia con la ineptitud del Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y, en definitiva, con la ignorancia y el franco desinterés que el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, confiesa y despliega frente al particular. En infortunada sintonía con otras áreas de gobierno, el conglomerado 'Cambiemos' ha hecho extensivo su fracaso al área de la seguridad colectiva.

De tal suerte que entendidos en la materia comienzan hoy a alejarse de la perspectiva condescendiente y mezquina que los funcionarios de la Gestión Macri diseminan desde su atril. Patricia Bullrich ha dejado ya de encarnar a la heroína sonriente que confisca toneladas métricas de droga para luego exhibirlas ante un público poco inquisitivo. Antes bien, la Ministro es ahora una desdibujada mezzosoprano en el seno de un cacofónico coro oficialista cuyo director parece haberse dado a la fuga. El televidente ya no atiende al bulk de estupefacientes confiscados, sino al curioso detalle de que los operativos jamás comparten un saldo de personajes de frondoso prontuario esposados frente a las cámaras. Sucede que nunca se ve a ninguno, como tampoco se comprueba la desarticulación efectiva de perniciosas bandas. La solución oficial al violento diferendo del River-Boca se sintetizó no en la persecución judicial de los ejecutores ni en la optimización de mecanismos, sino en un insano ejercicio de quitarse de encima la granada de mano para que ésta termine detonando en las manos de un aliado político de 'Cambiemos': Rodríguez Larreta. Idéntica metodología que el Gobierno Nacional implementa a la hora de lidiar con la problemática de las ciudades-liberadas de Rosario, Santa Fe, Quilmes, Mar del Plata (que transita aceleradamente hacia una semiplena rosarización de su territorio) e Iguazú (para la cual proyecciones futuras auguran el recrudecimiento de ese mismo proceso).

Tras lo cual se tornará lícito consignar que la seguridad ciertamente no es uno de los sólidos pilares del 'éxito moral' del cambiemismo; ha de propiciarse una cosmovisión diferente, a saber, una que invita a considerar a la extinguida tregua como una suerte de pax romana previamente firmada entre cabecillas del crimen organizado con referentes de fuerzas federales, en medio de algún sórdido backchannel que es convenientemente aceitado desde lo más alto de la Administración. Esta perspectiva ganará adeptos al tomarse debida nota del titular que versa sobre la peculiar defunción del Comandante Mayor Juan José Karacic (Comandante Mayor de la IIIa. Región de Gendarmería Nacional; en la foto, en el centro, acompañado del Teniente Coronel de Inteligencia Santiago Faisal, a la izquierda, y que hoy se desempeña como jefe de puente en Santo Tomé) en la localidad correntina de Yapeyú, aproximadamente a las 03:25 horas del martes 8 de enero. Con la casualidad como eterna convidada de piedra, la Provincia de Corrientes ha venido captando la atención de medios nacionales en los últimos pocos años, a consecuencia de su protagonismo en fortuitas confiscaciones de droga y altas cantidades de efectivo por parte de Gendarmería, aunque fuera de publicidad. Incidentalmente, el mencionado Comandante Mayor ha tomado la decisión de poner fin a su propia existencia, a semanas de conocerse detalles sobre un meduloso entramado protagonizado por elementos de fuerzas de seguridad, empantanados en una puja intestina por el control de zonas fronterizas

Para algunos, se asiste a un compendio de secuelas que se desprenden de la incipiente incertidumbre política: si Patricia Bullrich pasa al llano tras una eventual derrota electoral de 'Cambiemos' en octubre de 2019, o si -lo que es lo mismo- corona su carrera en la Vicepresidencia de la Nación, ello daría lugar a un reacomodamiento en los términos del diálogo entre jugadores de peso regionales (crimen organizado, fuerzas federales). Referencia válida para ilustrar un teatro de operaciones en el que, preventivamente, los actores centrales construyen avances tácticos para arribar mejor posicionados a las negociaciones frente a los interlocutores con la que eventualmente les toque conferenciar en el futuro. Casi un calco de la geopolítica internacional que rige en las postrimerías de cada conflicto: ante la aterradora perspectiva de la confección de un acuerdo de paz y de la firma de un cese al fuego, los beligerantes se vuelcan a la captura de mayores kilómetros cuadrados, para reconvenir luego desde el fait accompli o el hecho consumado.

Infortunadamente, los simulacros de eficiencia no son dominio exclusivo de la Señora Bullrich, ni de su extraviado trust gubernamental. Bajo el monóculo de cualquier análisis prospectivo, el tándem compuesto por el magistrado federal Claudio Bonadio y el Fiscal Carlos Stornelli ha consensuado el montaje de una mise en scène de propia factura. En tal sentido, la otrora comentada causa Gloria Papers aún no ha devuelto resultados en el formato de presos de alto nivel. A contrario sensu, se multiplica la homologación de acuerdos para supuestos arrepentidos y procesamientos light, tras lo cual la opinión ciudadana ya ha registrado que la finalidad del show nada ha tenido que ver con una sincera búsqueda de justicia, sino que se asiste a un poco original esquema de simulaciones en donde autoridades judiciales azuzan la amenaza de una condena de prisión efectiva que jamás llega. Sin importar que Stornelli en persona le haya compartido a terceros -amparado en la confidencialidad que garantizan los pasillos del edificio donde reside en el barrio porteño de Palermo- que los empresarios que se acercan a su Fiscalía circulan por allí sin mayor preocupación, compartiendo datos de superficie que a nadie comprometen. Obviándose también en el proceso, y conforme lo dicta el conocimiento enciclopédico de insiders en Comodoro Py, que juez y fiscal cuentan hoy con información lo suficientemente abundante como para encerrar al grueso de los declarantes y protagonistas por incontables décadas. En su columna de este miércoles 9 de eneroCarlos Pagni se explaya sobre las numerosas desatenciones de Bonadio en el Affaire Gloria, centrándose -entre otros aspectos- en el inconveniente encuentro privado del magistrado con Sebastián Eskenazi -miembro de una familia beneficiada con un extendido velo de impunidad.

Complementariamente, y solo a efectos de citar pocos ejemplos, ni la administración de justicia ni autoridades del Gobierno Nacional ponen mayor empeño en rastrear el paradero del dinero en efectivo fugado por altos dignatarios políticos kirchneristas durante doce años. El taciturno funcionario Mariano Federici (a cargo de la Unidad de Información Financiera) parece dedicar todo su esfuerzo a dormir el proverbial sueño de los justos. Al día de la fecha, nadie ha detectado siquiera un solo centavo perteneciente a las fortunas que en su momento controlaron Lázaro Báez y sus hijos, Cristóbal López, Amado Boudou o Ricardo Jaime. A juzgar por los resultados devueltos por la justicia federal, el Arquitecto Julio Miguel De Vido es un ciudadano honrado de modestos recursos quien, atribulado por la ignominia, apenas cuenta con fondos para pagarse su defensa legal. El ex titular de AFIP, Ricardo Echegaray, continúa en libertad. Su innegable participación en la configuración de la monumental asociación ilícita que fuera cifrada al detalle en torno del Caso Ciccone, en compañía del ex vicepresidente, Alejandro Vandenbroele y José María Nuñez Carmona, ha sido sepultada siete metros bajo tierra.

A la luz de las evidencias y del comportamiento de investigadores e investigados, se anticipa que el epílogo judicial para, por ejemplo, el caso de los fondos extraviados por encumbradas figuras del desaparecido Frente Para la Victoria y amigos determinará que el dinero fue girado a cuentas abiertas en bancos extranjeros por vía del offshoring -lo cual equivaldrá a quitarse el problema de encima. Mientras tanto, será difícil continuar ignorando la significativa cantidad de billetes de quinientos euros en mal estado que circulan en los pasillos y privados de bien identificadas mesas de dinero y casas de cambio, o hacer a un lado los relatos que versan sobre violentas incursiones de gatilleros y freelancers en propiedad privada, lanzados a un impetuoso todo o nada en la Búsqueda del Tesoro sureño. Hechos como éste último están llamados a reiterarse durante todo el año, especialmente en épocas cercanas a los comicios generales de octubre -por cuanto la operatoria electoral de cierto circuito de oposición necesita de dinero contante y sonante para movilizar recursos. Quizás debido a esta razón, los controles vehiculares a cargo de fuerzas de policía y GN (sobre todo en el interior del país) han decidido duplicar y hasta triplicar turnos: la salvación financiera bien podría aguardar a los afortunados en los paneles de cualquier automóvil en próximo paso.


 
Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.