INTERNACIONALES: ANTHONY B. KIM & ANA ROSA QUINTANA

Venezuela, hoy: allí donde socialismo y autoritarismo se complementan

Durante años, muchos referentes en la izquierda estadounidense celebraron al dictador venezolano...

02 de Febrero de 2019

Durante años, muchos referentes en la izquierda estadounidense celebraron al dictador venezolano Nicolás Maduro y a su predecesor, Hugo Chávez Frías, calificándolos como héroes del 'socialismo del siglo XXI'. Irónicamente, y sin embargo, la incontestable espiral de retroceso que ha registrado la libertad económica de Venezuela y las consecuencias, medidas en los padecimientos que el pueblo venezolano acusa, han contribuído a rebautizar aquéllas afirmaciones de heroísmo: en la práctica, el socialismo y la corrupción han destruído a Venezuela.

Venezuela, Represión, Dictadura, Nicolás Maduro Moros, Narcotráfico, AsesinatosEn un editorial fechado el 22 de enero, el matutino estadounidense Wall Street Journal intituló 'Venezuela: Estados Unidos te acompaña', el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, observó:

Conforme he oído muchas veces de parte de ciudadanos venezolanos durante los últimos dos años, el Señor Maduro ha exacerbado la corrupción y las políticas socialistas en su país, acelerando su debacle, tras haber sido una de las naciones más ricas en el Hemisferio Occidental, hasta convertirla en una de las más pobres y con más despotismo', escribió Pence. 'Maduro prometió prosperidad, pero sus acciones han logrado que la economía de Venezuela retroceda en casi un 50 por ciento'.

 

El vicepresidente estadounidense agregaría luego: 'Haciendo honor a nuestros vitales intereses nacionales, y al interés del pueblo venezolano, Estados Unidos no se pondrá al margen mientras Venezuela cruje'. 

En efecto, el retroceso de Venezuela a lo largo de los pasados veinticinco años, exacerbado por las prácticas funestas combinadas de socialismo y autoritarismo, ha sido bien documentada en el Indice de Libertad Económica (desarrollado por el think tank estadounidense Heritage Foundation, en Washington, D.C.), estudio de mediciones que verifica la performance de 186 economías, tomando cuatro pilares básicos de libertad económica en sus análisis.

Conforme se explicita en el cuadro insertado líneas arriba, en 1995, Venezuela registraba una calificación de 59.8 unidades en la escala de 0 a 100 del citado índice -más de dos puntos sobre el promedio mundial. Pero ese ráting no prosperó. Bajo Chávez y Maduro, la libertad económica se ha evaporado, y Venezuela es hoy una de las naciones más económicamente reprimidas en el mundo, llegando su calificación actual a las 25 unidades. Esta caída superior al 35% se encuentra entre los retrocesos más destacados, consignados por país alguno en la historia del índice. El lamentable puntaje de Venezuela en materia de libertad económica se ve reflejado en estadísticas que se traducen en una caída económica que puede consignarse en tiempo real.

Así, pues, la economía de esta nación se ha contraído dramáticamente, empeorado el escenario a partir de recurrentes déficits públicos, malversación de la industria petrolera nacional (tutelada por el Estado), y por un régimen que ha hecho retroceder cualquier aspecto de desarrollo en virtualmente todas las otras formas de creación de riqueza. Lo que el comité editorial del Financial Times británico describió como el 'régimen cleptocrático y de matones de Maduro' ha sido técnica y políticamente incapaz y poco dispuesto a poner en marcha cambios necesarios y abarcativos en política pública e institucional. El resultado de socialismo, escalado merced a un gobierno autoritario, ha ido más allá de lo tolerable, haciendo del daño a Venezuela un factor inenarrablemente extensivo.

El pueblo venezolano ha padecido ya demasiado tiempo a partir de la hiperinflación, de una extenuante escasez de alimentos y de una hambruna rampante, la ausencia de insumos médicos, y un índice creciente de mortalidad infantil. La turbulencia social que se registra en este país es, inequívocamente, una acción desesperada que se verifica en el rechazo del socialismo y del autoritarismo que le ha hecho compañía. El deshacer veinte años de perjuicios es una tarea desafiante, pero debe dar inicio hoy. Las naciones libres le han brindado apoyo a los ciudadanos venezolanos que están arriesgando sus vidas con la meta de contar con libertad y democracia.

Más de cincuenta naciones ya, incluyendo a los Estados Unidos de América, han alzado su voz de cara a ese desafío, y han reconocido a Juan Guaidó, titular de la Asamblea Nacional, como presidente interino. Esto significa que Guaidó cuenta con completa autoridad para negociar las transacciones financieras del país, contar con el acceso a las reservas internacionales de Venezuela, y designar funcionarios diplomáticos. Tras la decisión estadounidense de sancionar a la firma estatal que administra el petróleo venezolano, la totalidad de los ingresos devengados por esta industria quedarán bajo control del presidente interino.

Antes que seguir oficiando de medio para enriquecer a Nicolás Maduro y sus secuaces, los fondos petroleros serán destinados a la reconstrucción de Venezuela. Ya ha pasado el tiempo necesario para que Maduro dé un paso al costado, conforme ya no es el presidente del país, sino un usurpador del poder. Es hora de ampliar la presión contra él, poniéndose la mira en las redes financieras ilícitas de Venezuela, en los corruptos funcionarios del régimen, y dotando de poder al gobierno interino.

Veinte años de corrupto gobierno socialista han empujado a esta nación sudamericana hacia la bancarrota. Venezuela merece contra con libertad económica y política.



Artículo original, en inglés, aquí

 

Sobre Ana Rosa Quintana

Es Investigadora Asociada sobre Asuntos Hemisféricos y Latinoamérica en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Más puntualmente, se desempeña en el Centro Douglas y Sarah Alison para Políticas de Seguridad Nacional y Exterior -división del Instituto Shelby Cullom Davis para Estudios Internacionales