INTERNACIONALES: CONSORCIO GEOESTRATEGICO LATINOAMERICANO (CGLAT)

Izquierda radical, narcotráfico y giro político en América Latina

'Nuevas y Viejas Guerras' (1), de la académica británica Mary Kaldor, se presenta como un texto revelador...

28 de Febrero de 2019

'Nuevas y Viejas Guerras' (1), de la académica británica Mary Kaldor, se presenta como un texto revelador sobre la naturaleza de los nuevos teatros de operaciones bélicas. El trabajo describe los elementos constitutivos de estos escenarios, marcadamente más insidiosos y perjudiciales que los clásicos. Y, aún cuando los procesos de construcción de poder a partir de la actividad ilícita han sido apropiadamente documentados a lo largo de la historia, en estos nuevos conflictos se entremezclan la participación de ejércitos regulares, estructuras del crimen organizado, economías de guerra, banderías políticas, corrupción, ideologías, grupos armados irregulares, redes sociales, capitales subrepticios y violación masiva y sistemática de derechos humanos. Lo anterior deviene en una oportunidad inmejorable a efectos de ejemplificar la realidad de la América Latina, el subcontinente más peligroso de acuerdo con Naciones Unidas, que exhibe una tasa de homicidios promedio de 25 episodios por cada 100 mil habitantes, cuando la media global es de 7, y contando con cinco de las diez ciudades con la mayor cantidad de asesinatos en el globo. Adicionalmente, la región produce el 97% de toda la cocaína que se consume en el mundo; y las ganancias del narcotráfico alimentan movimientos armados de la extrema izquierda, como los casos del elemento remanente de Sendero Luminoso en Perú, el EPP (Ejército Paraguayo del Pueblo) y FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), que han administrado cuotas de poder geopolítico en la región y mantienen vínculos con el Primer Comando de la Capital y el Comando Vermelho en Brasil, los cárteles del Golfo y Jalisco Nueva Generación, en México.

Izquierda latinoamericana, populismoSiendo que el Crimen Organizado Transnacional (COT) íntimamente emparentado con el narcotráfico como telón de fondo, la proliferación de la minería ilegal, más de 60 millones de armas ilícitas circulando en la región, el tráfico de personas, falsificación, extorsión, secuestro y otras violaciones, la captura del poder por parte del crimen y sus fabulosas cantidades de dinero, estas no son consecuencias que sorprendan a analistas entendidos. En este contexto, se inserta el desastroso balance de dos décadas de gobierno a cargo de la izquierda política, rea de corrupción, malversación, saqueo y despilfarro de las arcas del Estado, y el consecuente deterioro del bienestar público. Emblemáticos son los casos de Inácio 'Lula' da Silva, Cristina Fernández de Kirchner, Michelle Bachelet, Rafael Correa y ahora Nicolás Maduro Moros, para no mencionar las dictaduras de los CastroDaniel Ortega y el gobierno autoritario de Evo Morales. La regencia del comentado socialismo del siglo XXI o chavismo, bajo la orientación estratégica del Foro de Sao Paulo, motivó a tales gobiernos a ejercitar una tutela discrecional de las finanzas estatales en aras de la revolución y, en el proceso, enriquecer las arcas partidistas, personales y familiares. Esta recurrente descomposición gubernamental debió complementarse, en alguna instancia -y, de hecho, así lo hizo- con las extendidas y alambicadas redes del contrabando de estupefacientesrey absoluto de la corrupción y disparador primario de la inseguridad continental.

Por estas horas, resulta certero calificar al régimen venezolano como una narcodictadura. A través del territorio de ese país, circulan grandes porciones de la producción de cocaína originada en la República de Colombia, operatoria que, actualmente, 'puede cifrarse en torno de las 1.500 toneladas métricas', sentencia el Coronel de Ejército (Reserva Activa)  de ColombiaJohn Marulanda. 'La camarilla que gobierna desde Miraflores y sus círculos íntimos han sido acusados por la justicia de los Estados Unidos de América, bajo el delito de contrabando de estupefacientes', agrega el Oficial.

Por su parte, el Coronel (R) del Ejército de Ecuador, Mario Pazmiño, añade una muestra que ilustra el poderío de la influencia del crimen organizado en el ámbito del espectro decisional del Estado: 'La infiltración del crimen organizado en las estructuras estatales pueden dar lugar a decisiones que comprometen la estabilidad, no solo de un Estado en particular, sino de la región. La presencia de la Base de Manta, desde 1998 hasta el 18 de septiembre del 2009, era un estorbo para las actividades delictivas de los cárteles de drogas colombianos y mexicanos, que la veían como el cerebro tecnológico que permitía un mejor control e incautaciones a gran escala de cargamentos aéreos, marítimos y terrestres de cocaína'. Acto seguido, Pazmiño agrega: 'Su clausura, entonces, era necesaria y su principal beneficiario eran las FARC, como parte de la estructura del narcotráfico. Este grupo consolidó acercamientos y acuerdos con funcionarios del correísmo, en donde ambos resultaban ganadores: el grupo narcoterrorista apoyaría la campaña electoral de 2006 de Rafael Correa con recursos económicos, amén de realizar actividades proselitistas en la frontera, mientras que Correa, una vez nombrado como presidente, debía sacar la Base con el argumento de afectación a la soberanía nacional'.

Completa el Coronel Pazmiño: 'En rigor, la decisión que condujo a la clausura de la Base de Manta se encuentra próxima a cumplir una década, y sus efectos, que favorecieron las actividades del crimen organizado, no han dejado de pasar factura. Y a los hechos servirá remitirse: Ecuador es hoy uno de los más importantes centros de acopio y plataforma internacional de distribución de alcaloides. La geografía ecuatoriana contabiliza dos de los cuatro más importantes corredores internacionales de la droga (el Corredor del Pacifico y Amazónico)'. (2).

Corredores narcotráficoEsta corrupción narcoideologizada y los resultados administrativos negativos han abonado el terreno para que la derecha, en contraposición a la izquierda corrupta, retome el poder en la región, en un mapa político que, conforme lo ilustra el Coronel del Ejército Argentino Pablo Quiroga, ha cambiado su color (3). 'El giro comienza con la victoria electoral del Ingeniero Mauricio Macri en la Argentina, diciembre del 2015. En EcuadorLenín Moreno rompería relaciones con la izquierda, acercándose a la cosmovisión de los Estados Unidos de América. Hacia noviembre de 2017, tuvo lugar la victoria del aspirante conservador Sebastián Piñera en la República de Chile. Contexto que se completa con el triúnfo del Capitán Jair Messias Bolsonaro en la República Federativa del Brasil. No obstante, ello, el protagonismo del ex uniformado Bolsonaro en el referido giro político regional no consigna, necesariamente, un retorno de los militares a la actividad política en el subcontinente. En los hechos, luego de los gobiernos de facto, Brasil legó un proceso de orden político y de industrialización consolidado, y el cargo de Ministro de Defensa ha quedado en manos de un militar; mientras tanto, Chile ha legado no solamente un parlamento que simpatiza con lo actuado, sino también una legislación progresiva de presupuesto de Defensa, sustentada en un sistema de regalías sobre la exportación y comercialización del cobre en los mercados internacionales. En contrario, la República Argentina se enfrentó a la movilización de 1978 y se involucró en la Guerra de Malvinas, recorrido que selló con una salida apurada del gobierno castrense. A la hora del quebranto, puede certificarse que el caso de Jair Bolsonaro en Brasil y su gabinete militar se enmarcan en una excepción que difícilmente pueda trasladarse a los países de la región', señala el Coronel Quiroga. 'Relacionada la variable militar como elemento de presión y poder, decididamente es factible consignar que han abandonado esos espacios, inclinándose a la subordinación plena al poder político democráticamente elegido, en los países de interés', concluye el Oficial argentino.
América del Sur, mapa político
En otro andarivel -que ocupa hoy las primeras planas de los periódicos del globo-,Venezuela, origen mediato y consecuencial del giro ideológico-político actual, transita un estado de conmoción. ¿Podría caer en un gobierno militar que eventualmente restableciera un régimen democrático de derechas o, lo que es peor, podría esta nación mutar en un proscenio de confrontación geoestratégica, acaso una nueva Guerra Fría (conforme lo advirtiera el matutino estadounidense New York Times en 2014)? 'Todo aquel que confunda la participación de otros actores de peso como la Federación Rusa, la República Popular China, la República Islámica de Irán o, peor aún, continúen soñando con un golpe de Estado, he de advertirles que la enajenación y control de este tema ha quedado en manos de los Estados Unidos, a partir del exitoso liderazgo que ha certificado el vicepresidente de ese país, Mike Pence, en donde ninguna de las hipótesis previamente mencionadas está siendo considerada', subraya el Coronel (Retirado) del Ejército de ChileChristian Slater. 'A criterio de comprender los hechos que hoy tienen lugar en Venezuela, se vuelve estrictamente necesario centrar la atención en el rol del vicepresidente estadounidense, quien ha visitado América Latina en tres oportunidades. En lo que constituye una clara política de Estado desde la Casa Blanca de Donald Trump, la mano derecha del presidente de los EE.UU., inadvertidamente y sin involucrarse en las polémicas situaciones que afectan a su jefe, ha puesto esmero en obtener el respaldo de Brasil, Ecuador, Chile, Perú, Colombia, la Argentina, Panamá y Guatemala. Todas ellas, naciones que hoy se han alineado, no por obra de la casualidad ni de la coincidencia, con el gobierno estadounidense, apoyando al joven y recientemente proclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó Márquez, y dejando en una frágil situación de poder no solo a Nicolás Maduro Moros, sino también a las Fuerzas Armadas y al Poder Judicial de ese fallido y tirano régimen de izquierda', concluye el
 oficial chileno.

A partir de lo mencionado, queda entonces delineado un claro vínculo entre el Crimen Organizado Transnacional, el narcotráfico, el poder político de filiación izquierdista, y el resurgimiento de la derecha en los sistemas de gobierno de la región bajo análisis.

Manuel López Obrador, Nicolás MaduroPara el Coronel (RA) colombiano John Marulanda, la referida relación se presenta emparentada con los gobiernos, sean éstos de izquierda o de derecha, teniéndose como consideración que una de las obligaciones fundantes en cualquier sistema de gobierno se sintetiza en garantizar la seguridad de sus asociados, y que el narcotráfico ocupa el rol de generador primigenio de inseguridad e inestabilidad en la totalidad de las naciones de la región. 'Un ejemplo: uno de los retos críticos de la flamante Administración de izquierda de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México, país que el año pasado registró un récord histórico de homicidios, ha sido orientado hacia la disminución de los elevados índices de violencia. En tal sentido, preocupa que el presidente, dado el fracaso de la Gendarmería creada en gobiernos anteriores, implemente metodologías extraídas del manual castro-chavista, de confesión comunista, conformando una Guardia Nacional, reproduciendo la ruta elegida por Hugo Chávez Frías en su momento, comparte el Coronel Marulanda. 'Si el propósito es lidiar realmente con esta amenaza común del narcotráfico, que deslegitima el arco institucional de los Estados a partir de la corrupción, y que destruye el tejido social a través de la violencia, aún está por verse cómo funcionará en el terreno el esfuerzo colaborativo entre la Administración Duque, de derecha, presidente del país principal productor de cocaína, y López Obrador, de izquierda, jefe de Estado de la nación que contabiliza los cárteles de la droga más importantes', puntualiza Marulanda.


Referencias

1. Kaldor, Mary (2012). New & Old Wars: Organized Violence in a Global Era (3rd ed.). Stanford, California: Stanford University Press. ISBN 9780804785495
2. y 3. Mapas adjuntos


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Consorcio Geoestratégico Latinoamericano (CGLAT) 
El 
Consorcio Geoestratégico Latinoamericano (CGLAT) reúne a ex oficiales militares y policiales reconocidos por su experiencia en planificación estratégica, en temas de inteligencia y geopolítica. Sus opiniones en los medios de comunicación han constituído destacados aportes a la comunidad de defensa de los gobiernos regionales que, en algunos casos, han derivado en trabajos de consultoría para firmas privadas nacionales, regionales y multinacionales, relacionadas con la Seguridad Corporativa y la Defensa. Información de contacto, aquí.



Autores del presente paper (correos electrónicos de contacto incluídos)

Coronel (R) Christian Slater, Ejército de Chile (contacto)
Coronel Pablo Quiroga, Ejército Argentino (contacto)
Coronel (R) del Ejército de Ecuador, Mario R. Pazmiño S. (contacto)

Coronel (R) del Ejército de Brasil, Fernando Montenegro (contacto)
Coronel (RA) Jhon Marulanda, Ejército Nacional de Colombia (contacto)

Los análisis por ellos compartidos no reflejan necesariamente la opinión oficial de las instituciones de la Defensa de sus respectivos países.


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