Sanciones de Trump contra Cuba: sólida decisión que busca reprender a los facilitadores del régimen de Nicolás Maduro

El próximo-pasado lunes, la Administración Trump tomó la histórica decisión de implementar sanciones contra Cuba. Específicamente, la Administración está habilitando a aquellos ciudadanos estadounidenses cuyas propiedades fueron confiscadas por el régimen castrista, para que interpongan medidas judiciales a su favor.

Desde el 19 de marzo hasta el 17 de abril, esos ciudadanos de los Estados Unidos podrán demandar en los tribunales a 205 firmas cubanas que son tuteladas o administradas por elementos de las fuerzas armadas cubanas, por agencias de inteligencia y organismos de seguridad.

Ahora mismo, el mecanismo de penalización interpuesto por la Casa Blanca contra el régimen cubano sirve a dos propósitos: en primer lugar, trata de manera directa con la nunca solucionada cuestión de la ausencia de compensaciones, al tiempo que reprende al régimen de La Habana a partir del rol desestabilizador que ha implementado durante mucho tiempo en Venezuela. Las sanciones contra Cuba fueron originalmente tipificadas en el año 1996, bajo el Acta de Solidaridad Democrática y por la Libertad de Cuba pero, desde su puesta en funcionamiento, las sucesivas Administraciones americanas han suspendido la aplicación de las sanciones allí contempladas, explicitadas en el Título III.

La plena aplicación de esa legislación permitiría que aquellos ciudadanos de los Estados Unidos de América cuyas propiedades fueron confiscadas sin mediar compensación por parte del régimen de los Castro, interpongan acciones legales contra cualquier firma que opere en territorio de Cuba. Las acciones contempladas el pasado lunes consignan una aplicación parcial de la ley, conforme las acciones legales solo pueden ser interpuestas contra compañías tuteladas por el régimen cubano listadas en la Lista de Restricciones sobre Cuba, elaborada por el Departamento de Estado americano (en inglés, Cuba Restricted List).

De acuerdo a Departmento de Estado de los EE.UU., todas y cada una de esas firmas que se halle 'bajo el control, o que actúe de parte de, las fuerzas armadas ubanas, los servicios de inteligencia o seguridad, o de personal con transacciones financieras directas, beneficiaría de manera desproporcionada a tales servicios y personal, en desmedro del pueblo cubano o de firmas privadas en Cuba'. Valuadas en una cifra cercana a los US$ 8 mil millones, la confiscación ilegal de propiedad estadounidense llevada adelante por Cuba se ha considerado como la 'mayor confiscación de propiedad estadounidense, sin mediar compensación, por parte de un gobierno extranjero, en la historia'. 

El valor total de activos estadounidenses robados por el régimen de La Habana, sin embargo, es aún mayor, conforme las cifras explicitadas no involucran a los ciudadanos estadounidenses que eran ciudadanos cubanos al momento de ser confiscados sus bienes. La oportunidad del anuncio compartido este lunes debería servir a efectos de enviar un mensaje contundente a los regímenes de Cuba y Venezuela, y a la comunidad internacional que trabaja para resolver la crisis venezolana. La Habana ha desempeñado un rol crítico en el colapso de la nación sudamericana. A cambio de petróleo y otros recursos, Cuba le ha proporcionado al régimen de Nicolás Maduro Moros en Caracas un Estado policial sin paralelo en el mundo.

A lo largo de Venezuela, Cuba ha protegido a Maduro con una red de oficiales de inteligencia, consejeros políticos, y funcionarios de seguridad. Los cubanos han compartido sus 'prácticas expertas', las cuales han servido para extender la longevidad de su propio régimen. Erróneamente, algunos creen que el lento flujo de desertores desde las fuerzas armadas venezolanas es indicativo del sólido respaldo con que cuenta Maduro. La explicación más probable para esto, sin embargo, debe rastrearse en el sistema de contrainteligencia cubano que se ha enquistado en el seno de Venezuela.

Las deserciones y traiciones sobrevienen con un alto costo, no solo para funcionarios militares, sino para sus familias -que quedan en el camino. Por estas horas, Venezuela es el país que cuenta con la cifra más elevada de prisioneros políticos, más que cualquier nación del Hemisferio Occidental -y contabiliza aún más que la propia Cuba. A pesar del peligro vinculado al acto de deserción, casi seiscientos soldados y once diplomáticos han decidido tomar esta medida. Ahora, reconocen públicamente la legitimidad del presidente interino Juan Guaidó.

Si de lo que se trata es de lograr que Nicolás Maduro Moros dé un paso al costado, la meta es dificultarle a Cuba la operatoria de seguir manteniendo a la dictadura de Miraflores. La reciente medida tomada por los Estados Unidos prueba que la política exterior estadounidense sigue el rumbo acertado, al relacionar ambos episodios. Ahora, es momento de que los socios y aliados de Washington incrementen la presión, desde su vereda.

Artículo original, en inglés, aquí