INTERNACIONALES: MICHAELA DODGE

Nuevo logro para el programa 'Iniciativa para la Defensa Estratégica' (SDI) de Ronald Reagan

El Pentágono conmemoró el trigésimo sexto aniversario de la Iniciativa para la Defensa Estratégica (SDI)...

30 de Marzo de 2019

El Pentágono conmemoró el trigésimo sexto aniversario de la Iniciativa para la Defensa Estratégica (SDI) del ex presidente Ronald Reagan; la conmemoración consolidó un nuevo logro tecnológico: las fuerzas armadas estadounidenses llevaron a cabo una exitosa prueba del sistema denominado Ground-Based Midcourse Defense (Sistema de Defensa Terrestre contra Vectores en Curso Intermedio, GBMD), contra la amenaza más compleja, simulada hasta el día de la fecha.

Ronald ReaganEl 23 de marzo de 1983, en aquel histórico discurso compartido al país, el entonces presidente Reagan se preguntó:

¿Y qué sucedería si las personas libres pudieran vivir seguras, si supieran que su seguridad no dependiera de la réplica militar estadounidense ante un ataque soviético, si estuviéramos en capacidad de interceptar y destruir misiles balísticos estratégicos antes de que alcancen nuestro territorio o el de nuestros aliados?

La prueba llevada adelante el lunes certifican la sabiduría involucrada en la visión de Reagan, a partir del nacimiento del programa SDI. El sistema GBMD es, por estas horas, el único sistema que protege al territorio continental de los Estados Unidos de América contra eventuales ataques de misiles balísticos de largo alcance, como los que Corea del Norte periódicamente amenaza emplear contra el país.

En rigor, este logro tecnológico no hubiese sido posible sin contar con personas de gran visión y de valentía, a la hora de soñar en grande.

El ensayo involucró la simulación de un objetivo a ser destruído por un misil balístico intercontinental, en oposición a dos interceptores del sistema GBMD. El primer interceptor destruyó exitosamente al objetivo, mientras que el segundo interceptó al segundo vector más letal (provisto que el objetivo primario ya había sido eliminado), tal como el Pentágono esperaba que sucediera en la práctica. El ejercicio involucró, por vez primera, una salva de interceptores GMBD, y el empleo de información de radar espacial, naval y terrestre. 

Son buenas noticias, a raíz de que el programa ya había tenido dificultades en cuanto a desempeño, durante años anteriores. Mientras que el éxito obtenido en esta oportunidad es ciertamente destacable, no es lo aconsejable el prestar demasiada atención a un solo evento de intercepción -si de lo que se trata es de extraer conclusiones certeras al momento de evaluar el desarrollo del programa.

Después de todo, la manera más adecuada de certificar el éxito de una prueba es si acaso los participantes han aprendido todo lo posible sobre aquélla. Este es el procedimiento desde el cual Estados Unidos aprovecha al máximo el dinero invertido en ensayos. En ocasiones, incluso se aprende más de los fracasos, que de los éxitos.

Es preferible diseñar pruebas para la defensa antimisiles de forma tal que se ejercite presión sobre lo más puntual del sistema, so pena de que ello pueda concluir en un fracaso -que en este caso en particular, sería una no-intercepción. Es mejor que un sistema falle en su objetivo durante un ensayo, que asistir a ese fallo en un escenario de la vida real (instancia en la que no habrá tiempo para la improvisación técnica). Esta filosofía no es novedosa en la aproximación utilizada por los técnicos estadounidenses pero, a lo largo del tiempo, parece olvidarse la lección que reza que el éxito proviene tras experimentar con los equipos en plena exigencia.

Tómese el ejemplo del misil de clase Polaris (el primer tipo de misil balístico lanzable desde submarinos) acusó seis fallos en diferentes ejercicios, llevados a cabo entre septiembre de 1958 y abril de 1959. Doce de los diecisiete misiles fracasaron a la hora de acertarle a sus objetivos en el primer año de pruebas del vector. A pesar de ello, la cúpula responsable insistió y el misil terminaría siendo desplegado exitosamente, como uno de los pilares de la defensa nuclear de los Estados Unidos hacia mediados de los años noventa.

En la actualidad, suelen transcurrir décadas hasta que los programas logran completarse, debiendo tolerar durísimas críticas desde el primer ensayo. Lo cual consigna un remoto llanto de cara al modo en que las fuerzas armadas americanas consolidaron éxitos en el pasado. Conforme supo describir el escenario el General de la Fuerza Aérea John Hyten, comandante del Comando Estratégico de los Estados Unidos: 'Pues, no sé cómo es que sucedió, pero este país ha perdido la capacidad de hacer las cosas con rapidez'.

En una época de marcada competencia entre potencias, para los Estados Unidos de América, las consecuencias de no mantenerse a la altura de sus adversarios puede ser fatal. La prueba referida del sistema GBMD certifica que EE.UU. puede perfectamente consolidar un sistema de defensa misilístico exitoso, si se lo propone.



Artículo original, en inglés, aquí

 

Sobre Michaela Dodge

Se especializa en el análisis de defensa misilística, modernización de armas nucleares y control de armamento, así como también en análisis sobre políticas estratégicas y de defensa en el Centro Allison para Estudios de Política Exterior de la Fundación Heritage en Washington, D.C. Su trabajo ha sido citado en medios tales como The Washington Times, Fox News y The Daily Caller. También publica sus artículos en la web estadounidense The Daily Signal.