Israel: Benjamin Netanyahu se garantizó un histórico triúnfo. Qué sigue a continuación
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se aferró a una nueva victoria en Israel...
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se aferró a una nueva victoria en Israel, tras los comicios del pasado martes. La victoria le garantizó un histórico quinto período en ese puesto, detalle que, próximamente, podría convertirlo en el primer ministro que más tiempo ha servido como tal en la historia del país.
Netanyahu hizo frente a un desafío de magnitud, personificado en el debutante político Benny Gantz, general retirado que supo servir como jefe del Estado Mayor en las Fuerzas de Defensa de Israel. Las encuestas de opinión habían consignado que Gantz se había anotado una ligera ventaja en las últimas semanas, pero el recuento final de sufragios explicitó que Netanyahu logró superarlo con el último esfuerzo. Gantz reconoció la derrota tras concluir que contaba con escasas chances para hacerse de la mayoría de asientos en la Knesset, el parlamento israelí.
Aún cuando el partido Azul y Blanco de Gantz, de centro, obtuvo 35 asientos -cifra nada desdeñable para un partido de reciente constitución-, el núcleo conservador del Likud de Netanyahu, se anotó 36. Gantz reconoció que el desempeño superior de otros espectros de la extrema derecha frente al consorcio moribundo de la izquierda, dotó a Netanyahu de posibilidades más asertivas a la hora de consensuar una coalición -la cual exige contar con, al menos, 61 bancas.
Los comicios fueron presentados por los medios de comunicación y por los expertos como una suerte de referéndum para mensurar el liderazgo de Netanyahu. Si ese hubiese sido el caso, pues entonces será lícito concluir que Netanyahu aprobó holgadamente el examen, tras anotarse un extra de seis asientos tras el total de 30 con que contaba previamente. En rigor, se asistió a la mejor performamnce del Likud desde 2003, cuando obtuvo 38 bancas bajo el liderazgo del ex premier Ariel Sharon. Los medios de comunicación que analizaron el comicio entre Netanyahu y Gantz hicieron a un lado el hecho de que el respaldo popular por los partidos de izquierda en Israel continúa erosionándose. El concierto ha afectado particularmente al Partido Laborista, que supo dominar la política israelí desde 1948 hasta 1977; en esta oportunidad, cosechó solo seis bancas, 18 menos que en las pasadas elecciones.
Lo que sigue a continuación
El presidente del Estado de Israel, Reuven Rivlin, designará al líder partidario que él determine tendrá las mejores chances para construir, en conjunto, una mayoría en la Knesset. Con certeza, Netanyahu obtendrá esa designación. Se proyecta que el Likud y sus aliados naturales en la derecha controlarán 65 bancas, mientras que, potencialmente, Gantz atraería el respaldo de, a lo mucho, 55 asientos (espacio que incluye a los partidos políticos de extracción árabe que jamás se han anotado dentro de coalición gobernante alguna).
Una vez designado, Netanyahu contará con un total de 28 días para consensuar una coalición de gobierno que contenga al menos a 61 miembros de la Knesset, pudiendo contar con una extensión de dos semanas de calendario, de ser preciso. Este aspecto exigirá el desarrollo de extendidas negociaciones con otros partidos políticos en torno de cuestiones que hacen a la gestión, como ser política pública, puestos en el seno del Gabinete, y nombramientos. En lo particular, los expertos habrán de tomar nota sobre quién será designado para ocupar el ministerio de la Defensa, tradicionalmente considerado como el más importante del país después del puesto de primer ministro.
A tal efecto, se sabe que Avigdor Lieberman, líder del partido nacionalista secular Yisrael Beiteinu, desea volver a ocupar la posición de ministro de Defensa, pero su renuncia -registrada en noviembre pasado tras conocerse discrepancias entre él y Netanyahu en relación a la política oficial sobre la Franja de Gaza- podría llevar al actual primer ministro a negarle esa aspiración. El ensamblaje de una nueva coalición gubernamental llevará, finalmente, muchos días -sino semanas- de duras negociaciones. Pero la próxima Administración deberá estar en plenas funciones hacia mediados del mes de mayo.
Hacia mediados de la próxima temporada estival, Netanyahu se convertirá en el primer ministro que más tiempo ha servido en esa función, superando incluso a David Ben-Gurion, padre fundador del Estado de Israel.
No todo son certezas
El quinto período de gobierno de Netanyahu podría, sin embargo, convertirse en el más breve, conforme debe hacer frente a tres eventuales acusaciones que versan sobre corrupción. El Fiscal General de Israel, Avichai Mandelblit, anunció en febrero pasado que buscará acusar al primer ministro bajo cargos de soborno, fraude y ruptura de la confianza, en tres investigaciones judiciales separadas. Con vehemencia, Netanyahu ha negado las acusaciones, que él califica de 'cacería de brujas'.
Pero Netanyahu tendrá derecho a una audiencia, desde la cual refutará los cargos contra su persona. Si el proceso judicial avanza, pues entonces se convertirá en el primer caso en donde un primer ministro es acusado mientras ejerce su cargo. De ser sentenciado, no obstante, no se verá forzado a renunciar -ello solo sucedería de verificarse una condena.
Con todo, Netanyahu disfruta de un enorme respaldo de parte del Likud, así como también de parte de otros núcleos del espectro conservador, nacionalista y religioso. A pesar de su resonante victoria, aún resta ver si podrá sobreponerse a las mencionadas acusaciones, si ha de hacer frente a ellas en los tribunales.
Artículo original, en inglés, aquí
Analista senior en el Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage. Ha desarrollado numerosos trabajos sobre asuntos relativos al Medio Oriente y sobre terrorismo internacional desde 1978. Es columnista en medios televisivos norteamericanos y ha testificado en comités del congreso estadounidense en relación a temáticas de seguridad internacional.