La geoestrategia china y los mares de Colombia
La República Popular China maniobra su agenda capitalista, echando mano de una proyección global de índole competitiva...
26 de Abril de 2019
La República Popular China maniobra su agenda capitalista, echando mano de una proyección global de índole competitiva; implementa tecnologías de control social, como se esperaría de un gobierno comunista; avanza de manera implacable con su estrategia espacial y cibernética, y se ha embarcado en una apresurada carrera armamentista (que también incorpora una trascendental reforma militar).
La denominada Nueva Ruta de la Seda (Belt and Road Initiave, BRI), que se propone vincular a más de un centenar de naciones, se presenta como el proyecto estrella del presidente Xi Jinping, a criterio de transformar a China en una indiscutida superpotencia. Países pobres, con gobiernos e instituciones débiles -como es el caso de Colombia- se exhiben como estaciones predilectas para seducir con el citado proyecto.
A tal efecto, una de las intenciones consiste en entrelazar una red global de puertos marítimos que facilite el comercio, el intercambio cultural y cómo no, la logística militar estratégica. Mozambique, Qatar, Somalia, Bangladesh, Sri Lanka, Irán, Angola y la primera base aeronaval china en Djibouti (foto adjunta de la instalación), son claros ejemplos sobre fondeaderos que harán parte del multimillonario empeño de comprar, alquilar, mejorar o levantar puertos, terminales, instalaciones marítimas o costaneras que, en el futuro, permitan a sus barcos mercantes transportar materia primas y productos y a los de guerra, portaviones, submarinos y aviones de combate, desplegarse a lo largo del globo.
'(…) La extensión natural de la franja y la ruta hacia Latinoamérica' es Panamá, sentenció el canciller chino durante 2018; es '(…) un puente y brazo logístico y comercial para la región', confirmaría luego la canciller panameña. En el istmo, firmas chinas edifican y financian ancladeros en Colón y Amador. Pero también construyen réplicas -invirtiendo millones de dólares- en México (Manzanillo y Lázaro Cárdenas), El Salvador (Fonseca), Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Brasil (Paranaguá), Perú (Chancay), Uruguay (Montevideo), Ecuador, Cuba, Haití, Bahamas, Guyana, Surinam, Trinidad Tobago, República Dominicana y, naturalmente, Venezuela.
Ya en 2016, Pekín y Bogotá firmaron un memorando de entendimiento con el objeto de que la nación asiática desarrolle una serie de proyectos en las cercanías del puerto de Buenaventura. La República Popular China prometió una inversión de US$ 16 millones en la zona desde la cual parte el grueso de la cocaína de origen colombiano. Así, pues, en Urabá -región de valor geoeconómico-, el proyectado Puerto Antioquia será operado por Terminal Link, 49% de cuyas acciones pertenecen a la china Merchants Holding International.
Las agencias occidentales de seguridad señalan a la Comisión de Seguridad Nacional de China y al Ejército Popular de Liberación (PLA) como los cerebros detrás de los distintos emprendimientos 'privados' chinos involucrados en esta verdadera faena geoestratégica, que observa el nítido propósito de desafiar el dominio estadounidense en los mares.
Seguir en
@
Sobre