POLITICA ARGENTINA: MATIAS E. RUIZ

Argentina: el tándem Fernández-Fernández; criterios de prescindibilidad y obsolescencia

En la mañana de este sábado 18 de mayo, Cristina Elisabet Fernández de Kirchner compartió una breve presentación...

18 de May de 2019

En la mañana de este sábado 18 de mayo, Cristina Elisabet Fernández de Kirchner compartió una breve presentación en video junto a Alberto Fernández -ex Jefe de Gabinete de las gestiones kirchneristas y, a la sazón, actual jerarca de campaña de la ex jefe de Estado- para hacer pública la configuración de su ticket presidencial. Aunque el titular comportó una inesperada novedad, en la forma de inteligente peripecia que forzará a muchos a un cerebral replanteo: ella no competirá a la primera magistratura, sino que irá como vice de su leal ex ministro.

Cristina Fernández y Alberto FernándezA prima facie, una lectura de rigor permite concluir que el espectro kirchnerista no tenía mayores celebridades a las cuales acudir, a la hora de intentar morigerar las preocupaciones que genera la cruda retórica que portan sus principales ponentes. En tal sentido, hace cuestión de horas, el propio Alberto Fernández la emprendía públicamente contra magistrados que, por él identificados y desde su polémica perspectiva, vienen haciendo todo lo posible para entorpecer la campaña de su jefa. Cabría, entonces, preguntarse si, al momento de explicitar esa velada amenaza, desconocía que él terminaría siendo la figura visible de la fórmula presidencial de cara a octubre de 2019.

En cualesquiera de los casos, el hecho de que Cristina Fernández haya optado por bajar un escalón en su propia propuesta electoral se exhibe como una maniobra de efectos meramente simbólicos. La aproximación que reza 'Alberto al gobierno; Cristina al poder', aunque ingenua y poco sesuda, habrá de tomarse por certera. Someramente, CFK ha decidido prescindir de su postulación formal a la presidencia, acaso para juguetear con la proyección de algún atisbo de humildad, y para allanar el camino hacia un diálogo con sectores peronistas 'puros' que no terminan de otorgarle su invaluable voto de confianza.

Y sucede que de eso 'va el rollo', a saber, de opacar en lo inmediato el súbito crecimiento del cordobés Juan Schiaretti, quien venía de coronarse en los titulares de los medios de comunicación luego de una apabullante elección en su provincia. La jugada de Cristina Kirchner -explotando consciente o inconscientemente la promoción de la 'brecha' en franca sintonía con el discurso de la coalición gubernamental Cambiemos- buscó neutralizar cualquier aspiración de Schiaretti en pos de nuclear al justicialismo republicano en un concierto federal que, por su parte, pudiere presentar una alternativa electoral atendible.

El tándem Fernández-Fernández ha tomado por sorpresa no solo a Miguel Angel Pichetto y a Eduardo Duhalde, sino también a Roberto Lavagna -cuya presencia en cualquier futura plataforma acaba de volverse tan obsoleta como inviable. Pichetto dejará de ser legislador en diciembre próximo, y Duhalde ha perdido todo posicionamiento en cualquier diseño. En esa órbita, el ex Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, también ha caído víctima de un impensado criterio de obsolescencia planificada. Subcapítulo que arroja otra novedad marginal para el proscenio: los comicios generales de 2019 consolidarán la extinción de una miríada de dirigentes políticos pasados en años y que poco por hacer tienen a un electorado que, compuesto en más de un 70% por ciudadanos sub-45, a duras penas los conoce.

Si, como se dice, el schiarettismo ha arreglado los tantos con el Presidente Mauricio Macri en Córdoba (muy a pesar del inigualable papelón protagonizado por el consorcio Marcos Peña-Elisa Carrió-Rodríguez Larreta en la rica provincia mediterránea), semejante postulado deberá necesariamente acompañarse de otra reflexión: el grueso de los sufragantes en ese distrito se confiesa furiosamente antikirchnerista. Razón por la cual el Gobernador difícilmente pueda elaborar una propuesta anticambiemita o peronista de 'alta pureza'. De tal suerte que se asiste a horas cruciales para el justicialismo de la vertiente original: si suscribe a la propuesta populista de extrema izquierda de Cristina Kirchner, podría terminar suicidándose frente a la ciudadanía. Y será lícito decirlo: ha sido la propia CFK quien le ha hecho ese flaco favor, tras continuar el proceso simbiótico y transversal pergeñado por el desaparecido Néstor Carlos Kirchner.

En el epílogo, y evaporada definitivamente la desaprensiva y poco sutil intentona del 'Plan V' -iniciativa que, fogoneada en las sombras por Horacio Rodríguez Larreta, proponía a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal como continuadora natural de Mauricio Macri-, el conglomerado 'Cambiemos' deberá consensuar su propio ticket de cara a las Presidenciales. ¿Quién acompañará en la fórmula al Presidente Macri? ¿Debería ponderarse un eventual acompañamiento junto a Patricia Bullrich, o de Carolina Stanley? O, como cranean sotto voce un puñado de analistas y confidentes de Balcarce 50 de trato periódico con el primer mandatario, ha llegado la hora de mostrar solidez dialoguista (aún en desmedro de una extraviada Unión Cívica Radical) y publicitar un ticket Macri-Juan Urtubey?


La coyuntura asoma hoy bastante más clara, en lo que a definiciones respecta. Tras bambalinas, sin embargo, conviven dos realidades de construcción política esencialmente diferentes. El kirchnerismo trabaja con esmero para consolidar el sufragio de su núcleo duro de votantes, mientras busca sumar en andariveles a los que tradicionalmente no ha sabido llegar con inteligencia, o que le son declaradamente reacios. Por su parte, el Presidente Macri y su circuito intimista habrán de seguir lidiando con sus errores macroeconómicos no forzados, mientras que seguramente insistirán en el sendero de las últimas semanas: ampliar el alcance político-partidario de su propio espacio, aunque sin alienar a aquellos que le obsequiaron el voto en 2015.

Es que, más allá de la abstracción que consigna, la comentada 'brecha' existe. El antiperonismo, también.

 

 

Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.