INTERNACIONALES: CARLOS ALBERTO MONTANER

Venezuela: 'El poder jamás se entrega por las buenas, muchacho'

José Guerra y Tomás Guanipa han sido inhabilitados como parlamentarios.

20 de Junio de 2019

 

José Guerra y Tomás Guanipa han sido inhabilitados como parlamentarios. Guerra es un eminente economista. Fue una decisión del Tribunal Supremo de (In) Justicia, que preside Maikel Moreno en Venezuela. Moreno, antes de hacerse abogado, era policía de la DISIP, y se desempeñó como guardaespaldas del presidente Carlos Andrés Pérez.
 
SEBIN, VenezuelaLa DISIP se transformó durante el chavismo en la siniestra SEBIN. En democracia, Moreno fue acusado de dos homicidios, pero sus vínculos con la policía lo sacaron de la cárcel, y decidió estudiar Derecho. En apariencia, llegó al poder a partir de su amistad con Cilia Flores, esposa de Nicolás Maduro.
 
El plan de Maduro es bastante obvio, y fue perfilado por sus asesores cubanos hacia el mes de diciembre de 2015, instancia en la que la oposición obtuvo dos tercios de los diputados -porcentaje que le permitía cambiar a los magistrados venales al servicio del oficialismo.

Nicolás Maduro Moros, a partir del 2016 -ya asustado-, decidió gobernar por medio del obediente poder judicial y, en consecuencia, eliminó a tres diputados indígenas de la Amazonía mediante un pretexto baladí. Esos tres legisladores constituían la mayoría calificada que la oposición precisaba para adecentar el poder judicial. No pudieron, o bien no quisieron, sostenerlos. El TSJ declaró en desacato a la Asamblea Nacional (AN), hasta que cedió; entonces, los diputados admitieron la primera poda.
 
En el verano de 2017, Maduro, siempre bajo instrucciones de los cubanos, creó otro cuerpo deliberativo llamado Asamblea Nacional Constituyente. El objeto era promulgar una nueva Constitución sin recovecos liberales. A principios del 2018, los chavistas se retiraron de la Asamblea Nacional (AN), so pretexto de una violación del reglamento. Siguió, entonces, el desafuero de los diputados demócratas, proceso que ya había dado inicio uando eliminaron a los tres diputados de marras. Hoy, son una veintena. Cuando haya menos parlamentarios demócratas que chavistas, Maduro probablemente hará regresar a sus huestes a la AN con el objeto de maniatarla, callarla o disolverla definitivamente.
 
A partir de ese punto, gobernará con una nueva Constitución calcada del modelo cubano, que a su vez sigue de cerca la que Josef Stalin hizo promulgar en 1935. Allí se dirá, como en la Carta Magna de la Isla, que cualquier regla o legislación estará subordinada al modelo 'socialista' y a las autoridades del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
 
Cuba confía en que, con el tiempo, cambiará el panorama internacional adverso que hoy predomina, y Venezuela, como le sucedió a la Isla, deje de ser una anomalía, y todos se acostumbren a la presencia de un narcoestado corrupto del que haya escapado el 20 o 25% de la población. Ya lo ha hecho un 15%.
 
La oposición, hoy mayoritariamente dirigida por Juan Guaidó Márquez, aunque cuenta con el 85% de apoyo popular, cuenta con escaso margen de maniobra. De nada le vale exigir una intervención militar o humanitaria si previamente no está pactada. Su mejor carta es pedirle ayuda a los Estados Unidos de América –conforme ha sido sugerido por el experto nicaragüense Humberto Belli–, a efectos de iniciar la lucha armada con el concurso de los más de mil militares exiliados en Colombia. Al fin y al cabo, Venezuela cuenta con tres importantes fronteras terrestres: Colombia, Brasil y Guyana, y una frontera marítima asomada al Caribe en la que se cuentan islas holandesas y británicas.
 
Ante la negativa de Maduro a someterse a unas elecciones realmente libres y transparentes, el presidente Guaidó, invocando el Artículo 350 de la Constitución vigente, puede reclamar el derecho a la beligerancia, y terminar con la fantasía de unas elecciones libres y transparentes. Y si Washington fue capaz de crearle a Guaidó el respaldo diplomático de casi sesenta países, muy bien puede darle el espaldarazo para que los propios venezolanos conquisten, por vía de las armas, el destino democrático y libre que les niegan La Habana y Maduro.
 
En todo caso, resulta suicida que los latinoamericanos se crucen de brazos ante la inmensa tragedia de los venezolanos. Ya han escapado del país más de cuatro millones de personas, y es muy posible que se desate una hambruna que mate a otros tantos.

Nicolás Maduro y sus cómplices no entregarán la autoridad, sólo porque la sociedad lo demande. Fidel Castro Ruz se lo mencionó a Hugo Chávez en reiteradas oportunidades: 'El poder político jamás se entrega por las buenas, muchacho'. Hay que conquistarlo a cañonazos.


 
Sobre Carlos Alberto Montaner

Es escritor y periodista. Sus trabajos son publicados en los periódicos más reconocidos de América Latina. Su blog, en: elblogdemontaner.com.