Jeffrey Epstein, Q.E.P.D.
En los Estados Unidos, la saga Jeffrey Epstein sigue su curso, aún cuando el propio pedófilo...
En los Estados Unidos, la saga Jeffrey Epstein sigue su curso, aún cuando el propio pedófilo convicto Epstein ha sido hallado colgando en su celda en Manhattan. Uno ha de preguntarse cómo es que se las arregló para suicidarse, si éste ha sido el caso, conforme se informó en su oportunidad que se hallaba con vigilancia especial contra suicidios en esa prisión, y que se presume que había sido despojado de indumentaria -la cual hubiese podido emplear para tal fin. De tal suerte que el mencionado ha muerto pero, ¿lo hizo sin ayuda, o fue asistido para quitarse la vida? Existen numerosos y prominentes individuos (y poderosas agencias gubernamentales) que se hubiesen mostrado muy satisfechas en verlo muerto, por cuanto, de esta manera, se llevaría con él sus secretos a la tumba.
Ciertamente, hubo advertencias frente a que algo al respecto sucedería. Dos semanas atrás, se informó que Epstein había sido hallado inconsciente en su celda, con marcas alrededor de su cuello. Se sugirió que había intentado quitarse la vida o, alternativamente, que había sido golpeado por otro reo. También hubo considerable especulación al respecto de que alguna parte muy molesta en el seno del Deep State americano buscaba asesinarlo, para silenciarlo.
Los siguientes informes de prensa revelaron que Epstein había sido trasladado a un hospital, pero nadie realizó seguimiento alguno sobre su condición ni sobre su estado, amén de un breve apunte que rezaba que había sido devuelto a su celda, bajo vigilancia contra suicidios. En cualquier caso, la historia casi ha terminado de morirse con él, lo que coincide precisamente con el objetivo perseguido por altos jugadores y políticos que se involucraron con Epstein. Sin embargo, las investigaciones en torno del 'Affaire Epstein', según se informó también, continúan en el andarivel federal, así como también en los Estados de Nueva York y Florida.
La elaboración más reciente en torno de la saga Epstein previo a su deceso provino de su ex habitué Leslie Wexner -en la foto-, el criterioso hombre de negocios de origen judío que construyera un imperio de la moda con base en Ohio, conocido como L Brands. L Brands, por cierto, incluye a Victoria's Secret, marca que presenta a jóvenes mujeres deambulando por allí en ropa interior. Wexner -de 81 años de edad- afirmó, en una misiva de 564 palabras, que el estafador Epstein le birló 'vastas e inapropiadas sumas de dinero'. En su carta, Wexner admitió haber perdido un aproximado de US$ 46 millones de sus ahorros familiares, pero algunos canales de comunicación están sugiriendo ahora que el fraude alcanzaba una cifra ostensiblemente superior, lindante con los US$ 500 millones. Y el supuesto robo también se hizo extensivo a propiedades, para terminar incluyendo la serie de transacciones que dejaron a Epstein en posesión de una mansión en el Upper East Side de la ciudad de Nueva York -sitio donde residía y donde llevó a cabo las filmaciones de celebridades manteniendo relaciones sexuales con jóvenes niñas-, propiedad valuada en US$ 56 millones, así como también de una aeronave comercial que se convertiría en el comentado Lolita Express, y de un yate.
Tras lo cual ha de afirmarse que las cifras mencionadas no son monedas, ni aún para un multimillonario como Wexner, ni aún si el magnate de la ropa hubiese sido un apasionado de los masajes que obtenía en la casa de Epstein. Sería necesario ser un pobrísimo hombre de negocios para perder la cuenta de semejante suma de dinero y de tantas propiedades, a no ser que su nombre fuese Donald Trump.
Wexler afirmó que comenzó a cortar su vínculo con Epstein hacia 2007, luego de que autoridades federales acusaran a Jeffrey a comienzos de 2006 bajo múltiples cargos de acoso sexual y de actividades sexuales ilegales con una menor. En 2008, Epstein se declaró culpable bajo cargos de solicitud de prostitución a una menor, y le fue exigido registrarse como depredador sexual. Sin embargo, recibió una sorprendente pena menor de dieciocho meses de cárcel en una celda privada, sin límite de visitas (incluyendo la de mujeres jóvenes), y salidas diarias, de tal suerte que era recogido por su chófer para ir a trabajar a su oficina de Palm Beach -un compendio de benevolencias incomprensibles, que ahora son sujeto de investigación criminal por parte del estado de Florida. Luego de resolverse la sentencia, el sheriff del condado confesó mostrarse sorprendido 'de que Epstein se viese obligado a permanecer algo de tiempo en la cárcel'.
En efecto, el costado de Epstein en su subcapítulo de Florida parece haber desaparecido de la memoria colectiva. Epstein fue sentenciado por su involucramiento con la prostitución, pero el tema pendiente tiene que ver con las consecuencias que debió enfrentar. Instancia en donde se produce el ingreso en escena de otros jugadores, incluyendo al Profesor Emérito de Harvard, Alan Dershowitz, al fiscal del condado de Palm Beach, Barry Krischer, y a Alexander Acosta, fiscal de los Estados Unidos en las oficinas judiciales de Miami.
Mi creencia, la cual entiende que Jeffrey Epstein era un agente de inteligencia, se respalda principalmente en los comentarios de Acosta al ser éste evacuado del equipo de transición de Donald Trump. Se le preguntó entonces: '¿Se convertirá el tema Epstein en un problema? [en oportunidad de la audiencia de confirmación] (...). Acosta testificó que solo había tenido una reunión sobre el caso Epstein. Firmó un convenio de no-acusación con los abogados patrocinantes de Epstein porque se le 'había ordenado' no avanzar, dado que Epstein era un asunto demasiado grande para él. 'Se me dijo que Epstein pertenecía a la inteligencia, y que lo dejara en paz'.
Las preguntas en torno de Epstein -como decíamos- se mantienen vigentes aún después de muerto, pero uno teme que las autoridades podrían verse poco predispuestas a investigar a un difunto. Pareciera ser que nadie en las distintas agencias investigativas ni en los medios de comunicación se han mostrado interesados en lo que Acosta quiso decir, siendo que solo bastaría con preguntarle. ¿Quién le ordenó no avanzar? ¿Y cómo se lo explicaron? Y luego está la cuestión del pasaporte austríaco de Epstein. ¿Era falso o real, con una identidad real y con una fotografía reemplazada, o bien portando combinaciones diferentes de nombre y foto? ¿Cómo lo obtuvo? Los pasaportes austríacos, por cierto, son muy valorados en círculos de inteligencia, porque se trata de una nación neutral y sus poseedores pueden viajar prácticamente hacia cualquier sitio sin necesidad de visado.
Pero hay mucho más. En mi rol de ex oficial de inteligencia, queda poco espacio para la duda en mi mente frente a lo que Epstein hacía, y lo que ejecutaba era una operación de inteligencia. No existe otra explicación viable para sus filmaciones de prominentes políticos y celebridades teniendo sexo con jóvenes niñas. Y, en cuanto a para quién pudo estar trabajando Epstein, escribí previamente que la respuesta más probable es: el Mossad. La CIA pudo tener poco interés en compilar dossiers sobre prominentes ciudadanos estadounidenses, pero protagonistas de peso como Bill Clinton, quien viajó en veintiséis oportunidades en la aeronave de Epstein bautizada como Lolita Express, el ex gobernador Bill Richardson, o el ex senador George Mitchell son, precisamente, la clase de 'agentes de influencia' a quienes el Mossad gustaría de presionar e incluso extorsionar para que cooperasen.
Otra evidencia de interés en relación a conexiones con el Mossad proviene de la relación de Epstein con Ghislaine Maxwell, quien -según se informara- sirvió como su principal proveedora de jóvenes niñas. Ghislaine es hija de Robert Maxwell, quien murió (o, posiblemente, fue asesinado) en misteriosas circunstancias en 1991. Maxwell era un empresario anglojudío, muy cosmopolita en su estilo de vida y perfil -como Epstein-, un multimillonario en extremo controvertido con lo que se evaluó como relaciones recurrentes con el Mossad. Luego de su muerte, tuvo un funeral de Estado en Israel, evento del que tomaron parte los principales directores de la inteligencia israelí, mientras el entonces primer ministro Yitzhak Shamir compartía en sus loas: 'Hizo más por Israel de lo que puede decirse públicamente'.
Israel y jugadores de origen judío de alto perfil también continuaron emergiendo por todas partes en el caso Epstein, pero a nadie parece interesarle explorar ese ángulo. Claramente, Epstein mantuvo contacto con los ex primeros ministros israelí Shimon Peres y Ehud Barak, mientras que Wexner también mantenía vínculos estrechos con el Estado judío y su gobierno. Barry Krischer, quien muchas veces fue fuente de comentarios hacia Acosta, ha recibido el premio de la Liga contra la Difamación (ADL). Asimismo, la evidencia sugiere que Krischer, en cooperación con el rabioso abogado pro-Israel Alan Dershowitz, desempeñaron un rol crítico en su fracaso a la hora de reprender a Epstein adecuadamente por el delito de pedofilia. En concordancia con un reciente artículo de la revista New Yorker, los investigadores policiales del caso Epstein observaron que 'el tono y el tenor de las discusiones de este caso con Krischer se vieron modificadas por completo' luego de sus reuniones con Dershowitz. En ese punto, los dos detectives más involucrados en el caso se vieron a sí mismos bajo extrema presión. Eran vigilados constantemente por investigadores privados, e incluso alguien hurgó y rebuscó en los tachos de basura de sus domicilios. Y el acuerdo resultante con Krischer '(...) se debió a los esfuerzos de Dershowitz, quien procedió a atacar y a esmerilar a las víctimas'.
Krischer afirma que su despacho 'citó a testigos ante el Gran Jurado, lo cual dejó como resultado un cargo menor contra Epstein por solicitud de prostitución', pero la realidad parece indicar que Krischer trabajó junto con la defensa para liberar a Epstein. Existe abundante evidencia respaldable en más de cuarenta entrevistas con las víctimas, a efectos de sentenciar a Epstein; pero, en lugar de arrestarlo, Krischer engañó al Gran Jurado, logrando que no se mencionara el dato de la minoridad de las víctimas, con la meta de mitigar las eventuales consecuencias. Tampoco informó a las víctimas de lo que había negociado, a modo de que aquéllas no pudieran desafiar el veredicto y la reprimenda judicial, lo cual constituye una franca violación del Acta sobre los Derechos de las Víctimas de Delitos (Crime Victims Rights Act).
La policía de Palm Beach, que trabajó en el caso, declaró al matutino The Miami Herald -como parte de una investigación publicada en noviembre- que se sintieron presionados por Krischer para reducir el caso de Epstein a una acusación menor, o bien para que abandonasen el caso definitivamente. Ellos declararon: 'Hubo un arreglo ilegal'. Más recientemente, Acosta no se refirió a Krischer por su nombre, en oportunidad de una conferencia ante la prensa en el mes de julio, pero habló del fiscal del Condado de Palm Beach. Describió la intervención de su propio despacho para asegurar que Epstein hiciera frente a algún tipo de castigo. 'En pocas palabras, la Oficina del Fiscal de Palm Beach estaba dispuesta dejar libre a Epstein. Sin prisión preventiva. Ni tiempo de cumplimiento obligatorio. Nada', dijo Acosta. 'Los fiscales en mi ex despacho detectaron que esto era por completo inaceptable; entonces, nosotros decidimos involucrarnos'.
Luego de permanecer trece meses en una prisión estilo country club de Palm Beach, Epstein fue puesto en libertad. En su mansión de la ciudad de Nueva York, hizo que un artista pintara un mural con su rostro en la cárcel, evidentemente como broma interna para aquellos que sabían de su tiempo tras las rejas. ¿Es el fin de esta historia? No exactamente, ni aún con Epstein fallecido. Pero las preguntas subsisten: ¿era un espía de Israel? Y, ¿qué hay de la conexión Krischer-Dershowitz que lo mantuvo alejado de ser reprendido por sus delitos? ¿Acaso esas instrucciones provinieron de Israel, o de sus amigos estadounidenses en el Departamento de Justicia? ¿Acaso continuarán su curso las tres investigaciones simultáneas, haciendo las preguntas correctas ahora que el objeto de su investigación ha muerto? Dada la cantidad de altísimas apuestas en este juego, muy probablemente tendrá lugar un encubrimiento frente a cómo vivió y cómo murió Epstein.
Nosotros, el público, jamás sabremos de qué iba el asunto en realidad.
Artículo original, en inglés, en American Herald Tribune, en éste link | Traducido y republicado con permiso del autor
Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.