Argentina: el beso de la muerte de Mauricio Macri, el peso
En las elecciones primarias de la República Argentina del pasado 11 de agosto, Alberto Fernández y Crisina Kirchner...
En las elecciones primarias de la República Argentina del pasado 11 de agosto, Alberto Fernández y Crisina Kirchner derribaron al desafortunado presidente, Mauricio Macri. Su victoria prácticamente garantiza que el equipo Fernández-Kirchner ocupará la Casa Rosada luego de los comicios presidenciales de octubre.
Para muchos, incluyendo a los encuestadores, los resultados de las primarias fueron una sorpresa. No para mí. He estado advirtiendo, desde hace más de un año ya, que el gradualismo, que es el mantra de Macri, es una fórmula para lograr el desastre político. Como si eso no fuera suficiente, el peso argentino es otra bomba tiempo que ha enviado a muchos políticos argentinos a una jubilación temprana. Y, para agregar un insulto a la injuria, Macri acudió a los 'bomberos' del Fondo Monetario Internacional (FMI) para rescatar al peso. Estos tres factores sellaron el destino de Macri.
Resulta que esta película se ha repetido una y otra vez en la Argentina. El país ha visto a muchos gradualistas terminar mal. Lo que hace único a Mauricio Macri es que él promocionó al gradualismo como si se tratase de una virtud. Obviamente, Macri y sus asesores jamás estudiaron la historia del gradualismo económico. Cuando los presidentes se enfrentan con una montaña de problemas económicos, son los que toman medidas atrevidas aquellos que verdaderamente triúnfan.
Frente al veneno que puede ser inyectado mediante una crisis del peso, los ejemplos son casi tan numerosos, que resultan casi imposibles de enumerar. A los efectos de recordar tan solo unos pocos de los importantes colapsos del peso argentino: 1876, 1890, 1914, 1930, 1952, 1958, 1967, 1975, 1985, 1989, 2001, y 2018.
Es notable la mayor frecuencia de las crisis del peso, tras el establecimiento del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en 1935. De esto resultó un mal manejo monetario. El gráfico de abajo relata la historia del BCRA. Previo a su existencia, el peso argentino se defendía en relación al dólar de los Estados Unidos de América, siendo sus PIB per cápita casi iguales en 1935. Pero, luego de que el BCRA ingresó en escena, una gran divergencia empezó a darse. Ahora, el PIB per cápita de EE.UU. es aproximadamente tres veces el de la Argentina.
El percance monetario más reciente del BCRA sucedió el año pasado, cuando pobre peso perdió 58% de su valor en relación al dólar estadounidense desde principios de 2018 hasta fines de mayo de 2019. ¿Qué estuvo detrás de ese colapso? Durante el gobierno de Macri, no obstante, el BCRA había estado financiando de manera oculta el gasto deficitario de la administración. El gobierno hizo esto mediante la esterilización de los aumentos en el componente de la base monetaria que comprende activos extranjeros netos. Eso se hizo a través de la venta de bonos emitidos por el BCRA (LEBACS). La esterilización (y el financiamiento del déficit del gobierno) se dio en una escala masiva. En el periodo de enero de 2017-mayo 2018, el BCRA esterilizó 50% del aumento total en el componente de la base monetaria que comprende activos extranjeros. Como consecuencia de esto, el BCRA era la fuente más importante de financiamiento para el importante déficit fiscal primario de Argentina. Estas travesuras monetarias/fiscales argentinas fueron una invitación a todavía otro desastre monetario.
Luego del colapso del peso, Macri fue a pedir fondos al FMI. Esta fue la daga en el corazón de la carrera política del presidente argentino. Para empezar, los argentinos desconfían, sino es que odian, al FMI —y con justa razón: específicamente, el FMI tiene un record de fracasos en Argentina. En efecto: las prescripciones del FMI han resultado ser la medicina equivocada. A criterio de estabilizar el tipo de cambio de una moneda mal concebida (léase: el peso argentino), el FMI ordena tasas de interés por los cielos. Con estas tasas, la economía colapsa, como también lo hace la moneda local que el FMI está tratando de estabilizar.
Como el economista Robert Barro de la Universidad de Harvard explicara en el pasado, el FMI le recuerda la novela Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, 'en la que la misión del departamento de bomberos es empezar fuegos'. El fundamento de barro para llegar a esa conclusión son sus propias (y muy extensas) investigaciones. Su evidencia condenatoria encuentra que:
- Una participación más alta del financiamiento del FMI reduce el crecimiento económico
- Los préstamos del FMI reducen las inversiones
- Una mayor involucración de los programas del FMI reduce el nivel del Estado de Derecho en una democracia
Y, por si todo aquéllo no fuera lo suficientemente negativo, las naciones que toman parte de los programas del FMI suelen ser reincidentes. Los programas del FMI no proveen curas; crean adictos.
Si de lo que se trata es de tener una imagen más clara del problema de adicción (léase: la reincidencia), considérese el cuadro presentado abajo. Este enlista el número de programas del FMI en los cuales 146 países han participado. Haití lidera el grupo, con 27 programas desde que se unió al FMI en 1953. La Argentina se destaca, de igual manera: ingresó el FMI en 1956 y, ahora, está involucrada en su programa número 22. Lo cual consigna que toma parte de un nuevo programa, cada 2,8 años.
Armados con los resultados de las elecciones primarias, los argentinos hoy cambian pesos por dólares, tan rápido como pueden. El peso perdió un impresionante 20,5% de su valor en relación a su dólar preferido, desde el viernes 9 de agosto y el lunes 12 de agosto. En virtud de cualquier medida, que utilice datos de alta frecuencia, la tasa de inflación de la Argentina se ha disparado a 103% al año (ver gráfico abajo).
Para acabar con la pesadilla monetaria sin fin de la Argentina, el BCRA, junto con el peso, deberían ser colocados en un museo. El peso debería ser reemplazado con el dólar estadounidense.
El gobierno de la República Argentina debería hacer oficial lo que todos los argentinos hacen en momentos problemáticos: dolarizar.
Es hora de que las élites argentinas despierten y hagan frente a la realidad.
Profesor de Economía Aplicada y co-director del Institute for Applied Economics, Global Health, and the Study of Business Enterprise en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. El profesor Hanke es también Académico Titular en el Cato Institute en Washington, D.C.; profesor distinguido en la Universidad Pelita Harapan en Jakarta, Indonesia: Asesor Titular en la Universidad Renmin del Instituto de Investigación Monetaria Internacional en Beijing, China; Consejero Especial para el Centro de Estabilidad Financiera en New York; miembro del Consejo de Asesoría Internacional del Banco Nacional de Kuwait (presidido por Sir John Mayor); miembro del Consejo de Asesoría Financiera de los Emiratos Arabes Unidos y editor contribuyente de la revista Globe, Asia.