Aumento para personal de Fuerzas Armadas: Mauricio Macri margina a Marcos Peña

A lo largo de las últimas semanas, ha comenzado a ejecutarse la regularización de haberes para militares en actividad que en su oportunidad iniciaron procesos judiciales en torno de la Resolución 1035, y que obtuvieron sentencia firme en las diferentes instancias. En rigor, este escenario abarca a un aproximado de 3.300 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas de la Nación.

Como es lógico, algunos observadores vincularán la novedad a la intención del Presidente Mauricio Macri de prestar oídos al reclamo de personal en actividad y en retiro, haya o no iniciado trámites judiciales en aras de concretar la citada regularización -con independencia del incremento salarial del 20%, ya aplicado en formato escalonado a lo largo de los meses de julio y agosto pasados; y de otros veinte puntos porcentuales pautados para enero y febrero de 2020.

Conforme ya sucediera en subcapítulos anteriores que hacen a esta peculiar saga, el único obstáculo para esa actualización de haberes en las Fuerzas Armadas cobró forma en la persona de Marcos Peña Braun -Jefe de Gabinete en la Administración, y que ya interpusiera trabas para su concreción. En tal sentido, los poco gratos antecedentes pueden rastrearse en el año 2017, instancia en la que Peña disfrutaba de un protagonismo superior en la gestión, y en la que el funcionario frustró la meta de incrementar salarios para el sector en un 35%, como originalmente propiciaba el Presidente. En reuniones no tan privadas, Peña Braun subrayaba a viva voz que los militares 'no merecían'más de ocho puntos porcentuales de aumento (ver aquí). Ese tropiezo del otrora hijo político dilecto de Mauricio Macri se sumaría luego a otros de índole macroeconómica, con Peña advirtiendo un crudo retroceso en el modo como otros miembros del gobierno percibían su actuación. Acto seguido, el Jefe de Gabinete iniciaría un interminable aunque poco auspicioso raíd mediático para recuperar posiciones de influencia, hasta arribarse al momento presente, en donde prácticamente ha sido apartado de la mirada pública.

En este delicado contexto, la noticia adquiere particular relevancia, en razón de los episodios de desestabilización que acusan naciones de la América del Sur (Ecuador y Chile); pero también remite a otro apartado que, en la palabra de entendidos en la materia, involucra aspectos estratégicos en el orden de la seguridad nacional. Invariablemente, el interdicto de referencia emerge al consignarse las inusitadas diferencias que surgen de los haberes percibidos por Fuerzas Armadas y Gendarmería Nacional. En este último caso, su elemento fue beneficiado con una favorable regularización de sueldos durante la Administración de Cristina Fernández de Kirchner -con intervención de Juan Abal Medina. Gendarmes comenzaron a percibir pequeñas fortunas, explicadas en suplementos que invitan al absurdo, y en donde interviene una obscura tipificación de textos y la comentada 'inestabilidad de residencia'.

De tal suerte que, en la práctica, el salario de personal de Gendarmería casi triplica actualmente al percibido por activos de las Fuerzas Armadas, incluso sin computarse los onerosos viáticos que los primeros ingresan a partir de sus movimientos diarios. Las citadas preocupaciones explicitan, sin mayores vueltas, que ese cúmulo de inexplicables beneficios han reconfigurado a Gendarmería Nacional, convirtiéndola en una auténtica fuerza armada, difícil de controlar en el terreno. Más aún cuando la variable del contrabando de estupefacientes se exhibe como un pernicioso lubricante en el seno de los servomecanismos que hacen al funcionamiento de ciertas fuerzas de seguridad.
 

Naturalmente que, al desmenuzarse apropiada y objetivamente la plétora de variables en pugna, ha de plantearse la cuestión electoral: por estas horas, el Presidente Mauricio Macri necesita desesperadamente anotarse una imagen favorable que pueda acercarlo al 'voto militar'. Aferrado a esa invectiva, el jefe de Estado fue, recientemente, protagonista central en un homenaje presentado a militares que perdieron la vida durante el intento de copamiento del Regimiento 29 de Monte (Formosa) en octubre de 1975, por parte de fuerzas irregulares subversivas -en pleno gobierno constitucional.