Chile: visión militar sobre un conflicto de naturaleza política
Ante cierta ausencia de 'Inteligencia', nos ha parecido oportuno desempolvar ciertos apuntes...
15 de Noviembre de 2019
Ante cierta ausencia de 'Inteligencia', nos ha parecido oportuno desempolvar ciertos apuntes sobre esta materia en particular -anotaciones que fueran parte de mi presentación, al asistir en carácter de profesor invitado a la Academia de Guerra de Ecuador.
Las tres etapas de una operación de decepción o engaño son: ocultar la realidad; ofrecer una versión que favorezca los objetivos deseados; y conseguir que el adversario reaccione conforme a los propios intereses. En un análisis y asumiendo -a los efectos del análisis- la posición de quienes han generado el caos en el país, es posible establecer lo siguiente:
- 'Ocultar la realidad': lograr la caída del Gobierno de Chile.
- 'Ofrecer una versión que favorezca los objetivos deseados': hacer creer al pueblo que una Asamblea Constituyente solucionará todas las demandas sociales.
'Conseguir que el adversario reaccione conforme a los propios intereses': provocar el estallido social, con el objeto de que el Gobierno utilice a las Fuerzas Armadas y, de esa manera, justificar una acusación constitucional contra el presidente.
Conforme ya lo sentenciara Nicolás Maduro Moros, líder político de la tiranía venezolana, el plan se ha concretado en todas sus fases, con procedimientos más modernos, como la amenaza híbrida y el empleo de los medios de comunicación -aunque siempre obedeciendo al antiguo y vigente arte de la guerra.
Por estas horas, aún existen soluciones para atender a este desafío que enfrenta la República de Chile; pero esas respuestas cuentan con un margen de maniobra cada vez más reducido, y las demoras en que se incurra sólo ayudarán a aumentar los costos políticos que el Señor Presidente habrá de asumir -pues no se trata de ganar a lo Pirro.
En rigor, una vez que se proceda a la eventual solución del conflicto, el jefe de Estado habrá de mantenerse en condiciones de seguir gobernando, completando su mandato conforme lo establecido por la legislación, sin admitirse soluciones 'a la bolivariana'. Estos son aspectos sobre los cuales el propio Señor Presidente habrá de poner el mayor de los énfasis. A tal efecto, él aún cuenta con unas Fuerzas Armadas intactas. Sin embargo, el empleo de las mismas requiere que se cuente con el debido respaldo político, es decir que la justificación no esté dada por la amenaza jurídica a la que está acostumbrado a recurrir.
En rigor, una vez que se proceda a la eventual solución del conflicto, el jefe de Estado habrá de mantenerse en condiciones de seguir gobernando, completando su mandato conforme lo establecido por la legislación, sin admitirse soluciones 'a la bolivariana'. Estos son aspectos sobre los cuales el propio Señor Presidente habrá de poner el mayor de los énfasis. A tal efecto, él aún cuenta con unas Fuerzas Armadas intactas. Sin embargo, el empleo de las mismas requiere que se cuente con el debido respaldo político, es decir que la justificación no esté dada por la amenaza jurídica a la que está acostumbrado a recurrir.
En tal sentido, algunas sugerencias para el Señor Presidente: descabece la cúpula de la Agencia Nacional de Inteligencia y disponga que ese órgano sea tripulado por verdaderos expertos. Preste la debida atención no solo a las amenazas que hoy le quitan el sueño cada noche, sino también a aquellas de las que nada sabemos -como, por ejemplo, la performance violenta y destituyente de elementos vinculados al pueblo mapuche quienes, hasta hoy, han mantenido un peligroso y sospechoso silencio. Amén de lo ya mencionado, proceda Usted a aislar y neutralizar -echando mano de todos los medios habilitados por la legislación- a la totalidad de los agitadores políticos. En el proceso, recurra Usted a equipos profesionales combinados de militares, carabineros y policías de investigaciones. Unos para cercar y los otros para actuar, detener, confinar, y deportar. Tras que no se ha actuado a tiempo, los momentos presentes exigen respaldarse en estas drásticas medidas.
Una vez concretado lo anterior, y no existiendo ya la amenaza de un reducido grupo de bandidos y extremistas, retome Usted, Señor Presidente, la cuestión de la nueva Constitución, y cuídese del esperado respaldo del Congreso: pueden allí surgir intenciones sinceramente buenas; podrán algunos ceder ante su su intransigencia -pero recuerde que siguen siendo los mismos actores.
¿Qué exige hoy la ciudadanía chilena, masiva y mayoritariamente? Que el gobierno le ponga un decidido freno a la delincuencia; el pueblo está pidiendo que se proceda a poner fin a los asaltos y a los robos con violencia. El Señor Presidente habrá de tomar nota: millones de compatriotas se lo agradecerán; sólo lo odiarán menos de un millón de personas -mismas que han celebrado, o bien perpetrado, los ya bien conocidos actos violentos.
Estos son los costos en que habrá de incurrirse, a criterio de restituir el necesario orden en la República.
Pero no se asuste, Señor Presiente: la situación de algunos países del barrio, es tanto o más grave que la nuestra. Si no me cree, preste Usted atención a México, Ecuador, Colombia, Bolivia, y a Venezuela. En una de esas naciones, las Fuerzas Armadas están a punto de pronunciarse. Otras, infortunadamente, experimentarán un negro fin de semana -acaso el que ya comienza, o el que viene. Sólo resta ver qué ocurrirá con la República Oriental del Uruguay, aunque todo dependerá del resultado de la segunda vuelta de los comicios generales del 24 de noviembre próximo.
Estos son los costos en que habrá de incurrirse, a criterio de restituir el necesario orden en la República.
Pero no se asuste, Señor Presiente: la situación de algunos países del barrio, es tanto o más grave que la nuestra. Si no me cree, preste Usted atención a México, Ecuador, Colombia, Bolivia, y a Venezuela. En una de esas naciones, las Fuerzas Armadas están a punto de pronunciarse. Otras, infortunadamente, experimentarán un negro fin de semana -acaso el que ya comienza, o el que viene. Sólo resta ver qué ocurrirá con la República Oriental del Uruguay, aunque todo dependerá del resultado de la segunda vuelta de los comicios generales del 24 de noviembre próximo.
Por el bien de la República de Chile, Señor Presidente: tome nota de estas líneas, y nunca confié Usted en una 'paz simulada'.
Sólo la satisfacción de las demandas sociales logrará la Verdadera Paz tan anhelada, construyéndose, en el proceso, un Futuro que sólo Usted puede cambiar.
El pasado, ya fue.
Sólo la satisfacción de las demandas sociales logrará la Verdadera Paz tan anhelada, construyéndose, en el proceso, un Futuro que sólo Usted puede cambiar.
El pasado, ya fue.
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@PatriotaSlater
Sobre Christian Slater Escanilla
Slater Escanilla es Coronel (R) del Ejército de Chile. Oficia de colaborador regular en medios de Chile y medios de comunicación internacionales.