El plan de Rusia para avanzar en el Artico
La agresión de parte de Irán y la puja comercial con China monopolizan los titulares...
La agresión de parte de Irán y la puja comercial con China monopolizan los titulares que hacen a la política exterior de los Estados Unidos, pero un plan recientemente dado a conocer desde Rusia, a efectos de incrementar su presencia en el Artico, debería reconfigurar la atención americana.
El Plan para el Desarrollo de la Ruta Marítima Norte -conocido como Plan NSP- consigna un esfuerzo de quince años de duración por parte de Rusia, a efectos de fortalecer su involucramiento en el Artico, poniendo el foco en el desarrollo de la Ruta Marítima Norte.
El Plan NSP, aprobado por el ex primer ministro ruso Dmitry Medvedev el pasado 21 de diciembre, 'involucra un aproximado de 84 puntos y cubre un amplio margen de prioridades, desde el desarrollo de la infraestructura necesaria y la construcción de nuevos navíos, hasta el mapeo de recursos naturales y el lanzamiento de nuevos satélites y de equipo meteorológico'.
La proyección, diseñada para convertir a Rusia en una nación móvil, dotada de mayores recursos, y más poderosa en el cuadrante Artico, llama a iniciar el plan durante este año, para completarlo hacia 2035.
Sus lineamientos explicitan que los planes se complementan con el decreto del presidente de la Federación Rusa, fechado el 7 de mayo de 2018, cuya letra declara que Rusia precisa incrementar su flujo de carga de mercaderías a través de la Ruta Marítima Norte, en al menos ochenta millones de toneladas.
En 2018, 18 millones de toneladas fueron transportadas a lo largo del litoral marítimo -lo cual consignó un incremento del 80% desde 2017. En 2019, 26 million tons fueron trasladadas por la misma zona. Una vez que el Plan NSP llegue a su fase de implementación, las rutas aéreas, marítimas y terrestres estarán disponibles para el transporte tanto de bienes como de personas.
Este plan no debería sorprender a nadie, conforme, en años recientes, Rusia ha incrementado de manera recurrente su presencia militar y económica en el Artico, en busca de oportunidades económicas, al tiempo que también ha intentado hacer del Artico un territorio propio en lo militar. En 2007, los rusos incluso enarbolaron su bandera en el fondo del Oceano Artico, precisamente bajo el Polo Norte.
Adicionalmente, Rusia ha renovado, o bien construído desde cero, al menos siete bases militares en la zona. Ha comunicado que utilizará perros siberianos para trasladar a personal militar y equipo material en áreas en donde los vehículos militares no pueden circular por el dificultoso terreno, mientras que Moscú también reconoció que ha planeado instalar un 'domo para defensa aérea', respaldado por misiles S-400, a lo largo de la región.
Aún cuando gran parte del progreso ruso en los últimos pocos años ha sido dedicado a la seguridad, el Plan NSP se atiene firmemente a la consolidación de un mayor involucramiento económico en el futuro. El plan arenga a una Ruta Marítima Norte, la cual Moscú aspira a convertir en la columna vertebral de un un resurgimiento para su alicaída economía.
De acuerdo a los detalles de la planificación, dentro de la primera mitad de la nueva década, el gobierno ruso decidirá si acaso continuar con la construcción de numerosas líneas ferroviarias a lo largo de su país. Hacia el final de 2020, la decisión se tomará en relación a la línea ferroviaria Belkomur, que conectaría a los Montes Urales con la ciudad portuaria de Arkhangelsk, en el Artico.
Asimismo, decidirá lo propio en torno de las líneas que van desde Sosnogorsk a Indiga, desde Sabetta a Novyj Urengoj, las cuales también pondrían de suyo para potenciar el comercio ártico, así como también sobre la que se desplegará a lo largo del Río Ob, hasta Novy Urengoy y Nadym. El gobierno también planea completar el Nodo de Transporte de Murmansk, con una línea ferroviaria de 46 kilómetros de extensión, y numerosas instalaciones portuarias a lo largo de la Bahía de Kola, hacia diciembre de 2021.
A posteriori, se optimizará el funcionamiento de cuatro aeropuertos civiles, en los años por venir: Amderma, en el oeste; y Pevek, Chersky, y Keperveyem, en el este. Luego de ello, se finalizarán las operaciones de dragado en el Golfo de Ob, programadas para ser completadas en diciembre de 2021 -obras que permitirán el tránsito de navíos de calado superior a través del curso.
Finalmente, acaso el aspecto más significativo del referido plan es el lanzamiento de al menos 40 nuevos navíos para el Artico, incluyendo ocho novedosos rompehielos propulsados por energía nuclear, y 16 naves de rescate y apoyo, hacia 2035. Algunos de estos navíos serán rompehielos de la clase Lider, habilitándolos para quebrar sin dificultades las gruesas capas de hielo del Artico, abriendo las suficientes vías marítimas para uso comercial (para grandes navíos) en el proceso.
El Plan NSP también incluye lineamientos en torno de la optimización de no pocos rompehielos nucleares, y de vehículos para propósitos especiales -también propulsados por energía atómica.
Estados Unidos y sus aliados en el Artico harían bien en seguir de cerca no solo la militarización que Rusia hace del Artico, sino también monitorear las inversiones económicas pensadas para los cuadrantes más altos en el norte. El plan sintetiza un ambicioso esfuerzo ruso a criterio de ampliar la presencia rusa en el Artico, aún cuando todavía resta ver cómo se implementará el mismo.
No obstante, no quedan dudas al respecto de que el Artico sigue siendo el norte de la brújula del pensamiento estratégico en Moscú; temática que debería preocupar a Washington y a sus aliados.
Artículo original, en inglés, en éste link
* La autora, Rachael Menosky (Twitter: @MenoskyRachael) es asistente en investigaciones en el Centro Margaret Thatcher, del think tank estadounidense Heritage Foundation, en Washington, D.C.
* Foto: rompehielos nuclear ruso 50 Let Pobedy | Crédito: Agencia TASS