Economía 'fraterna' ante el COVID-19
El concepto de ‘Economía Fraterna’ ha tomado últimamente una relevancia mayúscula en Colombia...
08 de May de 2020
El concepto de ‘Economía Fraterna’ ha tomado últimamente una relevancia mayúscula en Colombia; y mucho se habla de aquél, aunque es poco lo que se conoce sobre el mismo.
A efectos de ahondar este tema con rigor, será menester mencionar que es pertinente hablar de ‘economía fraterna’ cuando se está en presencia de un Estado en vía de desarrollo, o mejor aún, cuando se está en presencia de una nación que exhibe serios problemas sociales dada la carencia de oportunidades, la desigualdad y la pobreza. Y es allí donde puede rastrearse el verdadero sentido de dicho concepto: el objetivo central radica en consolidar un sistema económico que permita una mayor igualdad de oportunidades y una real integración social dentro de todos los actores económicos de la sociedad, esto es, entre Gobierno, empresarios, sindidatos o gremios, cooperativas y empleados, con miras a mejorar la calidad de vida de todas las personas, fundamentalmente la de los menos favorecidos, sin incurrir en el siempre condenable odio de clases.
Verbigracia, en Brasil e Italia se ha hablado de un concepto semejante al de economía fraterna. Empero, en dichos países, el concepto ha sido reformulado en ‘economía de comunión o solidaria’, según la cual se pretende integrar a los empresarios en la cultura de dar, poniendo en común sus utilidades para conseguir tres objetivos específicos: sostener -a través de proyectos- el desarrollo de personas y comunidades que se encuentran en la indigencia; extender la cultura de dar como precondición para alcanzar un desarrollo integral, así como una economía solidaria; y, tal vez el más importante para la coyuntura actual de Colombia, que radica en desarrollar a la empresa privada, creando más puestos de trabajo que incrementen la productividad, fijando previamente unas mejores condiciones salariales y prestacionales que generen riqueza para los trabajadores y para los empresarios, conforme lo verdaderamente importante es que todos ganen y sientan satisfacción en ello.
Luego de mencionar lo antecedente, concretamente, a título personal, definimos la Economía Fraterna como aquella que pretende implementar un equilibrio social en un sistema económico determinado, cuyo único objetivo es el de alcanzar una efectiva equidad por vía de la generación de oportunidades y de la integración social con todos los sectores del país, para lograr así el anhelado bienestar social. De tal suerte que la meta es construir un escenario en donde el conjunto de los participantes sea exitoso- trátese de trabajadores, de sindicatos o de empresarios- sin que se evidencie odio o prejuicio de clases entre ellos. De otro modo, el objetivo macro de construir un genuino crecimiento económico no sería posible.
Ha de subrayarse que, al momento de hablar sobre crecimiento económico, resulta fundamental consolidar el sistema que plantea la economía fraterna; ese mismo del que todos puedan formar parte, de acuerdo al conocimiento específico de cada quién. Asimismo, a criterio de lograr los objetivos del desarrollo sostenible -digamos, hacia 2030-, considerar seriamente los postulados de la economía fraterna y solidaria será un requisito central, atendiéndose a la inclusión de sectores marginados o menos favorecidos.
Adenda
La crisis por consecuencia del COVID-19 habrá de llevar al conjunto a una profunda reflexión, pero, principalmente, a la solidaridad. En tal virtud, hoy más que nunca, la economía fraterna cobra una importancia crítica, y en donde la participación de sectores marginados deberá complementarse con un firme respaldo a las pequeñas y medianas empresas (PyMEs). Al cierre, el objetivo estratégico servirá para recomponer las finanzas nacionales de Colombia, y su aparato productivo. La recuperación ante tamaña calamidad llevará años; el retroceso evidenciado en estos últimos meses ha sido de magnitud. El trinomio compuesto por gobierno, empresa privada y sociedad habrá de poner el foco en un mismo propósito: superar los devastadores efectos legados por la pandemia.
A efectos de ahondar este tema con rigor, será menester mencionar que es pertinente hablar de ‘economía fraterna’ cuando se está en presencia de un Estado en vía de desarrollo, o mejor aún, cuando se está en presencia de una nación que exhibe serios problemas sociales dada la carencia de oportunidades, la desigualdad y la pobreza. Y es allí donde puede rastrearse el verdadero sentido de dicho concepto: el objetivo central radica en consolidar un sistema económico que permita una mayor igualdad de oportunidades y una real integración social dentro de todos los actores económicos de la sociedad, esto es, entre Gobierno, empresarios, sindidatos o gremios, cooperativas y empleados, con miras a mejorar la calidad de vida de todas las personas, fundamentalmente la de los menos favorecidos, sin incurrir en el siempre condenable odio de clases.
Verbigracia, en Brasil e Italia se ha hablado de un concepto semejante al de economía fraterna. Empero, en dichos países, el concepto ha sido reformulado en ‘economía de comunión o solidaria’, según la cual se pretende integrar a los empresarios en la cultura de dar, poniendo en común sus utilidades para conseguir tres objetivos específicos: sostener -a través de proyectos- el desarrollo de personas y comunidades que se encuentran en la indigencia; extender la cultura de dar como precondición para alcanzar un desarrollo integral, así como una economía solidaria; y, tal vez el más importante para la coyuntura actual de Colombia, que radica en desarrollar a la empresa privada, creando más puestos de trabajo que incrementen la productividad, fijando previamente unas mejores condiciones salariales y prestacionales que generen riqueza para los trabajadores y para los empresarios, conforme lo verdaderamente importante es que todos ganen y sientan satisfacción en ello.
Luego de mencionar lo antecedente, concretamente, a título personal, definimos la Economía Fraterna como aquella que pretende implementar un equilibrio social en un sistema económico determinado, cuyo único objetivo es el de alcanzar una efectiva equidad por vía de la generación de oportunidades y de la integración social con todos los sectores del país, para lograr así el anhelado bienestar social. De tal suerte que la meta es construir un escenario en donde el conjunto de los participantes sea exitoso- trátese de trabajadores, de sindicatos o de empresarios- sin que se evidencie odio o prejuicio de clases entre ellos. De otro modo, el objetivo macro de construir un genuino crecimiento económico no sería posible.
Ha de subrayarse que, al momento de hablar sobre crecimiento económico, resulta fundamental consolidar el sistema que plantea la economía fraterna; ese mismo del que todos puedan formar parte, de acuerdo al conocimiento específico de cada quién. Asimismo, a criterio de lograr los objetivos del desarrollo sostenible -digamos, hacia 2030-, considerar seriamente los postulados de la economía fraterna y solidaria será un requisito central, atendiéndose a la inclusión de sectores marginados o menos favorecidos.
Adenda
La crisis por consecuencia del COVID-19 habrá de llevar al conjunto a una profunda reflexión, pero, principalmente, a la solidaridad. En tal virtud, hoy más que nunca, la economía fraterna cobra una importancia crítica, y en donde la participación de sectores marginados deberá complementarse con un firme respaldo a las pequeñas y medianas empresas (PyMEs). Al cierre, el objetivo estratégico servirá para recomponer las finanzas nacionales de Colombia, y su aparato productivo. La recuperación ante tamaña calamidad llevará años; el retroceso evidenciado en estos últimos meses ha sido de magnitud. El trinomio compuesto por gobierno, empresa privada y sociedad habrá de poner el foco en un mismo propósito: superar los devastadores efectos legados por la pandemia.
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@JuanDaEscobarC
Sobre Juan David Escobar Cubides
Escobar Cubides reside en Medellín (Colombia), y se desempeña como Editor político en el sitio web Al Poniente, colaborando también con análisis sobre la realidad política colombiana en otros medios de comunicación de la región.