Argentina: por qué la devaluación es la única opción de financiamiento para el Tesoro
Durante el mes de abril, los ingresos tributarios del Sector Público Nacional sumaron...
Durante el mes de abril, los ingresos tributarios del Sector Público Nacional sumaron, restando los recursos de coparticipación federal, $271.175 millones, en tanto que la emisión monetaria ejecutada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) a efectos de financiar al Tesoro fue de $310.000 millones. Para mayo, un cálculo conservador permite estimar una caída del 5% en términos absolutos de los ingresos impositivos, a $258.000 millones, redondeando hacia arriba, en comparación con una emisión de pesos que ya suma $290.000 millones, que se estaría convirtiendo en la principal fuente de financiamiento del Tesoro, por segundo mes consecutivo.
Al 19 de mayo, el BCRA le había otorgado adelantos transitorios al Tesoro por $1.164.730 millones. ¿Está excedida la autoridad monetaria, en esa asistencia a la Administración Pública Nacional? De acuerdo a la Carta Orgánica del BCRA, en su Artículo 20, se establece: 'Podrá hacer adelantos transitorios al Gobierno nacional hasta una cantidad equivalente al 12% de la base monetaria' y 'podrá, además, otorgar adelantos hasta una cantidad que no supere el 10% de los recursos en efectivo que el Gobierno nacional haya obtenido en los últimos 12 meses'. Salvo que inventen, los recursos en efectivo son, básicamente, los ingresos tributarios.
Ahora, bien; al 19 de mayo, la base monetaria era $1.993.629 millones, con lo cual el 12% de esa cifra se sitúa en torno de los $239.235 millones. Mientras que si toma la recaudación tributaria entre mayo 2019 y abril 2020 correspondiente al Sector Público Nacional, es decir, sin incluir los recursos que si giran por la coparticipación federal a las provincias, el BCRA podría otorgarle otros $372.966 millones. Es decir que el BCRA tendría un techo, para otorgarle Adelantos Transitorios al Tesoro (emisión para financiar el déficit fiscal), de $612.201 millones.
Sin embargo, y de manera excepcional, la Carta Orgánica autoriza al BCRA a otorgarle al Tesoro otro 10% de los ingresos en efectivo de los últimos doce meses. Esto significa que podría otorgarle otros $372.966 millones adiconales, con lo cual se llegaría a un máximo de $985.167 millones. De todos modos, a estas alturas, ya se excedió ese tope -en casi $200.000 millones.
Y, si se observan las causas de expansión de la base monetaria en lo que va del año, la principal fue por Adelantos Transitorios con $312.000 millones, en tanto que, en razón de Transferencia de Utilidades, sumó $600.000 millones.
La pregunta que surge es: ¿qué utilidades de esa magnitud contabiliza el BCRA, a criterio de poder transferirle semejante monto al Tesoro? Emerge el cuestionamiento, en virtud de que no se trata de un banco comercial que comercia tarjetas de crédito, préstamos personales o prendarios, sino que es una institución cuyos únicos ingresos provienen de la colocación de reservas en divisas, que con los niveles que están las tasas de interés en el exterior, son monedas.
Al atenderse a las causas expansivas de la base monetaria en lo que va del año, la principal fue por Adelantos Transitorios, con $312.000 millones, mientras que, por Transferencia de Utilidades, sumó $600.000 millones.
Surge de estos datos que lo que la autoridad monetaria contabiliza como ganancias es el efecto de la depreciación del peso frente al dólar. De esta manera, cada vez que prostituye más el peso, el BCRA lo considera una utilidad, por la simple diferencia de cambio.
No obstante, adicionalmente, se ha agregado el efecto de la valuación de la tenencia de bonos intransferibles en dólares del Tesoro que contabiliza en el activo, y que en rigor son papeles sin valor en absoluto, sólo nominal.
La lógica más elemental explicita el carácter disparatado de computarse como una utilidad a la pérdida de valor del bien que produce una empresa. En este caso, el BCRA sería una empresa que produce la mercadería pesos y, conforme ese producto que genera cotiza cada vez a menor valor en comparación y términos con cualquier divisa, entonces, lo considera una ganancia.
Aún cuando se abandone perentoriamente ese delirante concepto -utilizado por diferentes administraciones en el Banco Central-, el punto a resaltar es que deberían esperar nuevas devaluaciones del peso o incrementos en el tipo de cambio oficial en el futuro inmediato, a fin de que la autoridad monetaria pueda transferirle más 'utilidades' a un Tesoro al que no le resultarán suficientes los recursos tributarios para financiar su creciente gasto público, hoy exacerbado por la pandemia de la COVID-19.
Puesto de otra manera: si, efectivamente, el BCRA llegó al tope de los adelantos transitorios que puede otorgarle al Tesoro de acuerdo a lo estipulado por su Carta Orgánica y, considerándose que la cuarentena está haciendo caer los ingresos tributarios al tiempo que expande el gasto público, el creciente agujero fiscal solo puede ser financiado con más emisión de pesos.
La única alternativa que le queda al Directorio del Banco Central es inventar utilidades para transferirle al Tesoro, a través de una mayor tasa de devaluación del peso, es decir, una suba del tipo de cambio oficial para, de esta manera, poder emitir más pesos con ese propósito, mientras contribuiría a reducir la brecha con las cotizaciones alternativas.
En definitiva, la destrucción del peso sería la única opción para financiar al Tesoro, dada la negativa del Gobierno de bajar el gasto público. Una proposición realmente delirante, aunque bien característica de esta Argentina decadente, pese a que es el único mecanismo de subsistencia que está siguiendo el conjunto del sector privado.
Profesor titular de Economía Aplicada en el Master de Economía y Administración de ESEADE, y profesor titular de Teoría Macroeconómica en el Master de Economía y Administración de CEYCE. Columnista de temas económicos en el diario La Nación (Argentina). Publica regularmente en el reconocido sitio web Economía Para Todos.