Corea del Norte retoma su ácida campaña contra Corea del Sur
Pyongyang arremete con su esquema de presiones versus Corea del Sur...
Pyongyang arremete con su esquema de presiones versus Corea del Sur, a través de una fraseología cada vez más áspera -la cual ha involucrado expresiones de corte agresivo, como ser la interrupción de comunicaciones, y amenazar con tomar medidas contra su 'enemigo' al sur.
Kim Yo Jong, hermana del líder norcoreano Kim Jong Un, es la responsable de estas acciones. Recientemente, se la designó como responsable de conducir las relaciones de Corea del Norte con Corea del Sur, detalle que fogoneó especulaciones al respecto de que ella podría ser su eventual sucesora en el poder.
El mes pasado, Pyongyang exigió que Seúl impidiera que grupos activistas remitieran panfletos utilizando globos de helio hacia suelo norcoreano. Rápidamente, el presidente surcoreano Moon Jae-in capituló, declarando que esos panfletos eran 'perniciosos para la seguridad nacional'.
Acto seguido, la policía impidió que grupos surcoreanos y norcoreanos que desertaron desplegaran los globos -que llevaban no solo panfletos, sino también arroz y biblias. Seúl reconoció que los activistas estaban ejercitando su derecho de libertad de expresión, pero propició una legislación con miras a 'reprimir' los vuelos con panfletos.
A pesar de la aquiescencia surcoreana, Corea del Norte luego interrumpió todas sus comunicaciones con Seúl, incluyendo los vínculos entre la Casa Azul en Corea del Sur y el Comité norcoreano, así como también el contacto a través de teléfonos rojos que, en el ámbito castrense, sirven para desactivar eventuales escenario de conflicto en los Mares del Este y el Oeste, y que también vinculaban con la Oficina de Enlace Intercoreano -en la ciudad norcoreana de Kaesong.
Pyongyang ha hecho múltiples promesas, con miras a cercenar todo lazo adicional con su vecino.
El régimen amenazó con hacer trizas el Convenio Militar Abarcativo de 2018, el cual Moon supo elogiar como paso decisivo en la optimización de relaciones con Pyongyang.
Pyongyang, asimismo, comunicó que desmantelaría el parque industrial conjunto de la ciudad de Kaesong. El régimen de Kim también declaró que sus proyectos junto a Corea del Sur serían reconfigurados, para cobrar el formato de 'proyectos contra el enemigo'.
La obertura surcoreana
Estas amenazas de carácter hostil sobrevienen luego de que la Administración Moon se esmerara para mejorar las relaciones con Corea del Norte, realizando concesiones de seguridad -a fin de reducir las tensiones. Como ejemplo, la Administración Moon acordó, de buen modo, restringir ciertos capítulos que hacen a entrenamiento militar, como parte del Convenio Militar Abarcativo intercoreano.
El pasado mes, Seúl estaba considerando la remoción de sanciones que había impuesto contra Corea del Norte en 2010, luego de que el régimen norcoreano hundiera un navío perteneciente al sur, evento en el que perdieron la vida 46 marineros. Pyongyang jamás se disculpó por esa acción letal -tampoco la reconoció como propia.
La Administración Moon conversó sobre la alternativa de permitir que buques norcoreanos transitaran aguas soberanas de Corea del Sur.
En reiteradas oportunidades, la gestión Moon ofreció incentivos económicos a Pyongyang, a pesar del hecho de que el régimen insiste en rechazar toda Resolución de Naciones Unidas que exige poner fin a pruebas misilísticas y nucleares, y que Pyongyang abandone sus programas tendientes a la fabricación de armas de destrucción masiva.
El gobierno de los Estados Unidos exteriorizó su preocupación frente a estos temas, en particular frente a la poco inteligente generosidad desplegada por la Administración Moon. Washington informó directamente a bancos surcoreanos, negocios y agencias de ese país, sobre los parámetros tipificados en el esquema de sanciones de Naciones Unidas, y presentes en la legislación estadounidense.
La hermana de Kim, Kim Yo Jong, es quien lidera el proceso de interrupción de los vínculos entre Corea del Norte y Corea del Sur.
Resulta irónico que la Administración surcoreana de Moon muestre predisposición para llegar a semejantes extremos, incluso restringiendo la libertad de expresión en su país, a efectos de proveer al diálogo. Mientras tanto, Kim Yo Jong defiende la interrupción de todas las comunicaciones con Seúl.
El retroceso de Pyongyang, que cobra forma en sus diatribas y amenazas diplomáticas, sirve a varios propósitos. Podría incluso servir como preámbulo para el lanzamiento de misiles, o bien para dar a conocer una nueva arma, conforme el régimen supo prometerlo.
Una hermana con cada vez mayor autoridad
A nivel doméstico, la crisis artificial puede distraer frente a los problemas económicos generados por las políticas fallidas del régimen, frente a las sanciones internacionales, y frente a medidas autoimpuestas de mayor aislamiento -con miras a combatir la pandemia de COVID-19.
El rol cada vez más prominente de Kim Yo Jong en los últimos meses sugiere que el régimen patrocina sus credenciales como sucesora de Kim Jong Un. Las reiteradas ausencias de éste de la luz pública han resucitado las especulaciones en torno de su salud.
La inclusión del discurso de la hermana de Kim en el periódico estatal Rodong Sinmun, cuyo espacio está normalmente reservado para el líder del país, junto a los rallies públicos para sumar apoyos para su figura, reflejan la creciente autoridad de Yo Jong.
Con cada vez mayor frecuencia, el régimen norcoreano se ha mostrado desdeñoso e insultante contra Moon. En enero pasado, Corea del Norte descartó los 'frívolos y presuntuosos' intentos de Seúl para oficiar de mediador entre Washington y Pyongyang.
En el mes de agosto, un funcionario norcoreano ridiculizó la oferta de Moon en pos de la paz y la reconciliación, vertida en el discurso del Día de la Liberación. La crítica refirió: 'esos comentarios pueden lograr que la cabeza hervida de una vaca desfallezca en carcajadas'.
Corea del Norte bien podría estar justificando futuras acciones del propio régimen. Kim Yo Jong denunció a la campaña de panfletos como un acto hostil que viola los acuerdos de paz que prohibieron cualquier actividad hostil de una nación contra la otra, el cual los líderes de ambos países firmaron en un encuentro durante el verano de 2018.
Como es lógico, Corea del Norte incurrió en violaciones extremas, como ser el lanzamiento de 26 misiles en 2019 -la cifra más elevada de violacioens contra Resoluciones de Naciones Unidas, en la historia. En 2020, Pyongyang ya ha lanzado nueve misiles, solo en marzo, consolidando un nuevo récord mensual.
El régimen podría estar intentando capitalizar, a raíz de las crecientes tensiones entre Washington y Seúl, emparentadas con las negociaciones paralizadas que tenían por fin determinar los montos que Corea del Sur aportará para el mantenimiento de las fuerzas militares estadounidenses estacionadas en la península.
Informes recientes al respecto de que Estados Unidos reducirá significativamente sus tropas desplegadas en Europa, y vinculados a las promesas del presidente estadounidense Donald Trump sobre la posibilidad de hacer lo mismo en Corea del Sur, ofrecen a Pyongyang una oportunidad para propiciar un crecimiento de la brecha entre estos países aliados.
La Península de Corea, que supo mantenerse relativamente estable en meses recientes, probablemente registre un incremento de las tensiones en las próximas semanas -y los meses por venir.
Artículo original, en inglés