INTERNACIONALES: JAMES DI PANE

Memorándum presidencial: Estados Unidos y la importancia de una Flota para la Seguridad Polar

La pasada semana, el presidente estadounidense Donald Trump dio a conocer...

18 de Junio de 2020

 

La pasada semana, el presidente estadounidense Donald Trump dio a conocer una colección de memorándums presidenciales, los cuales revelan valiosas políticas para la seguridad ártica y antártica.

Estados Unidos, Antártida, Circulo Artico, Mar Artico, RompehielosEstados Unidos es una nación de proyección polar desde sucedida la compra de Alaska, lo cual implica que EE.UU. mantiene soberanía, recursos y territorio en el Círculo Polar Artico. Asimismo, Washington respalda los tratados de investigación en la Antártida.

En los últimos tiempos, estas regiones han registrado una creciente actividad de parte de Rusia y China, incrementando el potencial espectro de competencia, o de conflicto. La mejor manera que Estados Unidos tiene para lidiar con tal situación es garantizar que cuenta con los recursos que necesita, para patrullar activamente en esas regiones.

En tal contexto, los memorándums presidenciales le encargan a los más altos miembros de la rama ejecutiva, incluyendo a los Secretarios en el Departamento de Defensa y en Seguridad Interior, que evalúen a conciencia el programa nacional de rompehielos, a criterio de garantizar que Estados Unidos tiene recursos suficientes para resguardar sus intereses en las Regiones Polares.

Tres aspectos destacan en esa última directiva oficial.

En primer lugar, el plan le obsequia un nivel de atención -que se esperaba desde hace tiempo- al referido programa de navíos, en tanto apunta a contar con una flota del tamaño adecuado.

Los rompehielos de la Guardia Costera de los Estados Unidos, o, como se los denomina en idioma inglés, Polar Security Cutters, desarrollan nueve de las once misiones estatutarias de la Guardia Costera, incluyendo la aplicación de la ley, operaciones de búsqueda y rescate, y misiones de defensa.

Esos navíos son el instrumento de vanguardia para los Estados Unidos en materia de cooperación polar internacional, competencia, o disuasión frente a un eventual conflicto. EE.UU. no puede moldear los eventos en áreas a las que no pueda acceder físicamente.

La flota de Polar Security Cutters cuenta con los únicos buques capaces de operar en las aguas congeladas del Artico y de la Antártida. Infortunadamente, esa flota se ha deteriorado con el paso de los años. Sin ella, Estados Unidos se ve imposibilitado de cooperar en esas regiones, con el empleo de navíos.

En la actualidad, la flota se compone de dos rompehielos, luego de que un tercero fuera decomisionado muchos años atrás -para ser utilizado como reserva de refacciones.

El Polar Star, rompehielos pesado, fue botado y comisionado en 1976, y ya ha sobrepasado largamente su fecha pautada de retiro. Por estas épocas, es el único rompehielos nacional operativo del país, de características pesadas. Este buque acumula una serie de problemas mecánicos, y debe ingresar a reparaciones una vez al año, tras completar su misión de reaprovisionamiento de la Estación de Investigaciones Científicas McMurdo, en la Antártida.

El Healy, rompehielos remanente, es más nuevo que el Polar Star; pero ha sido diseñado como navío para investigación, y le es difícil avanzar en hielo de grueso espesor. Siendo un rompehielos mediano, carece de la potencia que sí cuenta un rompehielos pesado, como el Polar Star.

Si alguno de estos buques quedara fuera de servicios -lo cual fácilmente podría ocurrirle al Polar Star-, pues entonces no habría navío en la flota con capacidad de rescatarlo.

El memo presidencial resignifica la importancia de ampliar la flota estadounidense de rompehielos, para llevarla a un total de seis unidades -en oposición al simple reemplazo del Polar Star con un nuevo navío. En rigor, la flota actual no es lo suficientemente numerosa como para hacer frente a los compromisos necesarios en el Artico y en la Antártida.

Conforme en su oportunidad lo explicaran expertos del think tank estadounidense Heritage Foundation en Washington, D.C., la Guardia Costera necesita contar con una flota de seis rompehielos, de los cuales al menos tres deberán ser rompehielos pesados -y no solo una, o dos unidades.

A efectos de contar con un solo navío que opere la totalidad del tiempo, como regla general, se precisan dos navíos adicionales en la flota -conforme el primero precisará repostar, ejercitar acciones de mantenimiento, o transitar de un puerto a otro en sus áreas de operación.

También se necesitarán rompehielos adicionales, para rescatar a alguno de los buques desplegados, en el caso de que sufrieran algún tipo de ruptura mecánica, o encallaran. Esta es la razón que explica la necesidad de contar con seis unidades.

En segundo lugar, está la cuestión de cuándo los nuevos buques podrán volverse operacionales. 

El memo presidencial fija la meta de 'una flota de seguridad polar lista, competente y disponible, operacionalmente testeada y con capacidad completa para ser desplegada hacia el Año Fiscal 2029'.

Cuando sea desplegada, esta flota garantizará una presencia permanente tanto en el sector ártico como el antártico, a efectos de resguardar los intereses estadounidenses, y para apoyar a las naciones aliadas. Dada la actividad desarrollada por Rusia y China en las Regiones Polares, Estados Unidos no puede darse el lujo de esperar por siempre, para contar con una nueva flota.

La determinación de una frontera en el calendario, a efectos de consolidar ese objetivo, ciertamente ayuda.

En tercer lugar, el memorándum contempla la posibilidad de que la flota opere desde bases propias e internacionales. El texto ordena la 'identificación y evaluación de al menos dos locaciones para bases óptimas que pueda utilizar Estados Unidos, y de al menos dos locaciones para bases internacionales'.

Ambas son cuestiones de consideración crítica, y por mucho tiempo han sido obviadas.

La Fundación Heritage también ha aconsejado tomar medidas en torno de la construcción de un puerto en el Artico, y sugirió se lleve a cabo un análisis sobre su utilidad -como lógico primer paso. Un puerto de semejante naturaleza estratégica podría ayudar a los Estados Unidos a proyectar su poderío e influencia en una región ciertamente importante.

Al priorizarse este crítico programa y ampliarse la flota de rompehielos, la Administración Trump puede erigir los cimientos que garanticen que los intereses estadounidenses en las Regiones Polares puedan ser resguardados, en el futuro.


Artículo original, en inglés

 
Sobre James Di Pane

Di Pane se desempeña como asistente investigativo en el Instituto Davis para la Seguridad Nacional y la Política Exterior, en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, en Washington, D.C. Sus informes son publicados regularmente en el sitio web The Daily Signal.