Indonesia, una potencia económica asiática en rápido crecimiento

La libertad económica ha venido ampliándose notablemente en Indonesia, uno de los socios más importantes de los Estados Unidos en el cuadrante Indo-Pacífico.

El ráting de este país en el Indice de Libertad Económica, desarrollado por el think tank estadounidense The Heritage Foundation en Washington, D.C., se ha incrementado en al menos diez puntos en los últimos seis años, de 58.1 unidades a 67.2, sobre 100. Abrazándose a los puestos más altos entre las economías catalogadas como 'moderadamente libres', la economía indonesia también se ha expandido de manera muy marcada.

En años recientes, la dinámica nación-archipiélago ha implementado una amplia serie de reformas, a efectos de morigerar ciertas debilidades estructurales en su economía, y a criterio de optimizar el nivel de competitividad. Periódicamente mencionada como una de las próximas economías más vibrantes de Asia, será lícito consignar que ya ha obtenido ese status.

Su economía ya casi empata el tamaño de la de Brasil, y es la mitad más grande que la de Corea del Sur.

La economía indonesia ha demostrado, asimismo, una notable resiliencia. Tras lidiar con el problema de la incertidumbre económica relativamente bien, Indonesia ha cosechado tasas de crecimiento de, en promedio, el 5% anual, a lo largo de los últimos cinco años. El país continúa siendo un atractivo destino para la inversión, al tiempo que cuenta con abundantes recursos naturales y una población joven bien entrenada.

Las medidas implementadas en tiempos recientes han puesto el foco en optimizar la eficiencia regulatoria estatal, en aumentar la competitividad regional, y en crear un sector privado más vibrante -a partir de un proceso de descentralización. Las finanzas públicas han sido relativamente bien administradas, y la deuda ha sido mantenida bajo control -representando siempre menos del 35% del Producto Bruto Interno.

Amén de los nuevos desafíos económicos que emergen de la pandemia de coronavirus, Indonesia se encuentra favorablemente posicionada para emplear su bien lograda libertad econónica con el fin de mitigar los efectos inmediatos de la citada pandemia. Ya su comentado potencial de crecimiento podría ampliarse todavía más, sin embargo, toda vez que se proponga ampliar los índices de libertad económica como meta.

Por principio, Indonesia debería esmerarse para pertenecer a la categoría de economías 'mayormente libres', clasificadas en el Indice. Un buen primer paso sería implementar reformas que solucionen las deficiencias remanentes que arroja el país en lo que respecta a su reducida eficiencia judicial y a la integridad gubernamental.

Conforme se apuntara en el Indice, los problemas recurrentes de ineficiencia en los regímenes legal y de inversión en el país comprometen la confianza en Indonesia, y obstaculizan la consolidación de un crecimiento superior en el rubro emprendedores. La falta de transparencia y el frágil sistema judicial aportan incertidumbre y riesgos, particularmente para los nuevos emprendimientos de orden económico.

A efectos de garantizar un crecimiento económico sostenido, otras medidas idóneas en consideración apuntan a optimizar la flexibilidad del mercado laboral y a proceder con un aperturismo que permita que arriben más inversiones extranjera a más sectores.

Para que Indonesia alcance nuevas alturas en lo que a desarrollo económico respecta, será más esencial que nunca proveer a una reforma pro-mercado más profunda.

El presidente Joko Widodo, hoy en su segundo período de gobierno, y su Administración, cuentan hoy con una oportunidad imperdible a la hora de seguir construyendo sólidos cimientos para el desarrollo futuro de la nación. El modo de hacerlo es propiciar un más firme compromiso con reformas estructurales económicas e institucionales.

La reapertura económica tras la pandemia de coronavirus, acompañada de un ya comentado compromiso frente a los pilares de la libertad económica -transparencia, rendición de cuentas, aperturismo y eficiencia- ayudarán a que la economía más importante de la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático fortifique su estabilidad económica y política, garantizando el status de Indonesia como potencia económica ascendente en el sector Indo-Pacífico.

Para Indonesia, el momento de actuar es ahora.

Artículo original, en inglés