Decisión correcta de la Casa Blanca: no forzará a Hong Kong a desvincular a su moneda del dólar
La pasada semana, el presidente estadounidense Donald Trump anunció que Estados Unidos...
La pasada semana, el presidente estadounidense Donald Trump anunció que Estados Unidos ya no reconocería a Hong Kong como territorio autónomo de la República Popular China.
La decisión tuvo lugar como réplica a la medida china de fines de mayo, de imponerle una legislación de seguridad nacional a Hong Kong; la decisión americana contempla que la autonomía de Hong Kong frente a Pekín ha continuado deteriorándose.
Esto significa que Estados Unidos le otorgará -de ahora en adelante- a Hong Kong el mismo status legal, inmigratorio, aduanero y otros, que le obsequiaba a China.
En el proceso de desarrollo de la orden ejecutiva presidencial que delineara contenidos y procedimientos, se informó que la Administración había rechazado la idea de forzar a Hong Kong a desvincular a su moneda del dólar estadounidense. En rigor, la Administración Trump hizo lo correcto, al no proceder en ese sentido.
El hacerlo hubiese significado una reprimenda contra el pueblo hongkonés, en lugar de hacer que Pekín pagase por su draconiana legislación de seguridad nacional. Asimismo, ello hubiese comportado un impacto global.
Patear a Hong Kong mientras está caído
En términos de cambio de monedas, la vinculación de una moneda a otra (o convertibilidad) implica que el valor de una de ellas -en este caso, el dólar de Hong Kong- se mantenga, en general, en el mismo valor al comparárselo contra la otra. Un dólar de los Estados Unidos, por ejemplo, siempre ha cotizado entre $HKG 7.75 y HKG $7.85.
Mientras que muchos tomadores de decisión han criticado en el pasado a naciones como China, por haber decidido subvaluar sus monedas, el valor del dólar de Hong Kong se ha mantenido estable contra el dólar estadounidense, incluso cuando el dólar de EE.UU. ha tenido la costumbre de apreciarse y depreciarse contra terceras monedas del mundo.
Las autoridades de Hong Kong decidieron vincular el dólar local al estadounidense décadas atrás, y continuarán comprando y comerciando dólares de Hong Kong y de los Estados Unidos como método para mantener la franja de la cotización entre los HKG $7.75 y los HKG $7.85.
Y hacen esto, por un número de razones. La principal de ellas es que, como pequeño nodo en Asia, el comercio (tanto en lo que respecta a importaciones y exportaciones) representa más del triple de la economía de Hong Kong. En los Estados Unidos, mientras tanto, el comercio involucra aproximadamente un 30% del Producto Interno Bruto.
En la práctica, un tipo de cambio volátil podría encarecer significativamente el costo de hacer negocios con un socio comercial como Hong Kong. Dada la elevada dependencia de Hong Kong frente al comercio, la vinculación de la moneda local al dólar de EE.UU. es un instrumento indispensable a efectos de garantizar estabilidad económica.
Naturalmente, las autoridades de Hong Kong fueron las responsables por el diseño de esta convertibilidad. Un modo en que EE.UU. podría obligar a Hong Kong a desvincular su dólar sería, por ejemplo, limitando el empleo del dólar estadounidense -y de los bancos hongkoneses- en ese territorio.
El proceder de ese modo perjudicaría aún más a la economía de Hong Kong, la cual ya ha acusado el impacto de la recesión, durante más de un año. El reciente shock contra el comercio global, desde registrada la pandemia de COVID-19, también se sumó a la lista de perjuicios para Hong Kong.
Si Estados Unidos se hubiese inclinado por limitar el uso de dólares estadounidenses para Hong Kong, ello sin dudas hubiese enviado una cruda señal de shock a través del sistema financiero internacional. Lo cual no solo hubiese significado una caída en el uso del dólar como moneda, sino que potencialmente hubiese acercado al sistema financiero de Hong Kong al de China.
Tras lo cual, uno podría preguntarse: Pues, bien; si Hong Kong ya no es una región autónoma frente a la República Popular China, ¿por qué deberíamos tratar a su moneda de manera diferente al yuan?
Las autoridades de Hong Kong continuarán administrando su propia moneda, sin importar lo que suceda en el cuadro superior -de orden político.
Quizás, una pregunta mejor formulada rezaría: Pues, bien; si Hong Kong ya no es una región autónoma frente a China, ¿por qué deberíamos impedir que Hong Kong siga accediendo a dólares de EE.UU.?
Nuevamente, algunos han pensado que éste hubiese sido el camino correcto a la hora de reprender a Pekín; pero el daño hubiese golpeado duramente a Hong Kong. La incapacidad de Hong Kong para, eventualmente, hacerse de dólares de Estados Unidos, podría llevar de hecho a que este territorio vincule su moneda a la de su principal socio comercial (China) y a su moneda, el renminbi.
Este escenario hubiese conducido a que las autoridades hongkonesas invirtieran más tiempo en comprar y comerciar renminbi y, a su vez, más transacciones en el mundo serían dominadas por el renminbi. En los hechos, hubiese consignado una notable victoria para Pekín, que durante años ha exteriorizado su meta de lograr una internacionalización más amplia de su moneda nacional, sin éxito.
Una eventual limitación del acceso que Hong Kong tiene a dólares de Estados Unidos (o el acceso chino a dólares, por caso) es considerado como una 'opción nuclear' y, por lo tanto, para nada realista en el andarivel de una política de Estado.
La orden ejecutiva del presidente Donald Trump respecto de Hong Kong simplemente ha reconocido una tendencia de largo plazo -esto es, que la gobernancia de Hong Kong ya no queda limitada a las autoridades de ese territorio. Es Pekín quien ahora cuenta con mayor -y creciente- poder.
Es ciertamente infortunado que el pueblo de Hong Kong esté hoy asistiendo a la dolorosa pérdida de derechos y libertades, pendiendo sobre él la amenaza diaria de la cárcel. Pero el separar a Hong Kong del dólar estadounidense hubiese sido equivalente a darle un golpe de gracia a Hong Kong, cuando se encuentra por los suelos.
Y, a Pekín, eso le hubiese encantado.
Artículo original, en inglés
Riley Walters es Asistente Investigativo en el Instituto Davis para la Seguridad Nacional y la Política Exterior en el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C.). Es colaborador regular en el medio The Daily Signal.