Por qué el 'misterio' de la balanza comercial no es un misterio
Hace poco, nos enteramos que el déficit comercial de los Estados Unidos de América...
Hace poco, nos enteramos que el déficit comercial de los Estados Unidos de América se incrementó más de lo esperado, durante el mes de agosto. ¿Por qué la confusión y el misterio respecto del balance externo negativo estadounidense? Después de todo, EE.UU. ha tenido un balance externo negativo cada año, desde 1975. La razón para explicarlo es sencilla: el balance externo negativo es 'Hecho en los Estados Unidos' -un resultado de su deficiencia de ahorros.
A efectos de evaluar el balance externo correctamente, el enfoque debería centrarse en la economía doméstica. El balance externo es hecho en casa; emerge a consecuencia de la relación entre los ahorros y la inversión a nivel doméstico. De hecho, este consiste de la brecha entre los ahorros de un país (léase: el ingreso, menos el consumo) y la inversión doméstica, que conduce y determina su balance externo. Este hecho puede ser contemplado rápidamente, al estudiarse la identidad ahorros-inversiones:
CA = Sprivados - Iprivadas + Spúblicos - Ipúblicas,
... en donde CA es el balance en la cuenta corriente, Sprivados son los ahorros de privados, Iprivadas representa el gasto doméstico en inversiones, Spúblicos son los ahorros del Estado, e Ipúblicas es el gasto público y doméstico en inversiones. De esta manera, Sprivados - Iprivadas es la brecha entre ahorros e inversiones del sector privado y Spúblicos - Ipúblicas es la brecha entre ahorros e inversiones del sector estatal. Para una derivación completa de esta identidad en esta forma, permítaseme dirigir a mis lectores a un artículo que Edward Li y quien escribe publicamos en el otoño de 2019, en el Journal of Applied Corporate Finance: 'The Strange and Futile World of Trade Wars'.
La brecha entre los ahorros y las inversiones domésticas determina el balance en la cuenta corriente. Tanto el sector privado como el estatal, contribuyen al balance en la cuenta corriente mediante sus respectivas brechas entre ahorros e inversiones. La contraparte del balance en la cuenta corriente es la suma de la brecha entre los ahorros e inversiones privados, y la brecha entre los ahorros e inversiones estatales (léase: el balance del sector público). El déficit externo estadounidense, por lo tanto, refleja lo que está pasando en la economía doméstica americana. Esto sigue siendo válido para cualquier país, incluso para aquéllos que exhiben superávits externos significativos. Estados Unidos exhibe una deficiencia en la variable ahorros, y un balance negativo en su cuenta corriente, que refleja su brecha negativa entre ahorros e inversiones. Japón, China, Alemania, y Suiza, todos ellos muestran superávits de ahorros, y todos tienen superávits en su cuenta corriente que reflejan sus brechas positivas entre ahorros e inversiones.
La información que procede de los Estados Unidos respalda esta importante identidad entre ahorros e inversiones. El déficit en la cuenta corriente que EE.UU. ha acumulado desde 1973 equivale a la cantidad mediante la cual los ahorros totales han caído por debajo de las inversiones. Sin embargo, ese no es el fin de la historia. La información desagregada de EE.UU. hoy disponible nos permite calcular tanto las contribuciones privadas como estatales al déficit en la cuenta corriente de EE.UU. El sector privado estadounidense genera un superávit de ahorros —esto es, que los ahorros privados exceden las inversiones domésticas privadas— así que, de hecho, reduce el déficit en la cuenta corriente.
El gobierno se encuentra en un marcado contraste con el sector privado, constituyendo el Estado una deficiencia acumulada de ahorros —esto es, que las inversiones domésticas del estado exceden los ahorros estatales, resultando en déficits fiscales— que es casi el doble del tamaño del superávit en el sector privado. Claramente, entonces, el déficit en la cuenta corriente de EE.UU. está determinado por los déficits fiscales del Estado (federal, más los gobiernos de los estados y locales). Sin el significativo superávit acumulado por el sector privado, el déficit en la cuenta corriente acumulado por EE.UU. desde 1973 sería casi el doble del que se ha registrado.
Las políticas fiscales del gobierno de EE.UU., las cuales prometen déficits fiscales siempre crecientes, simplemente significan que el déficit comercial continuará aumentando tan lejos hasta donde llegue la vista, particularmente en la era del COVID-19. Los proteccionistas en la Casa Blanca, quienes sea que sean ellos, pueden maltratar a los países que identifican como socios comerciales injustos, y pueden imponer todas las restricciones que sus corazones deseen a los socios comerciales, pero eso no cambiará el balance en la cuenta corriente. El déficit en la cuenta corriente de EE.UU. está determinado simplemente por la deficiencia de ahorros en EE.UU., dentro de la cual el déficit fiscal estatal es el proverbial elefante en la habitación.
Profesor de Economía Aplicada y co-director del Institute for Applied Economics, Global Health, and the Study of Business Enterprise en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. El profesor Hanke es también Académico Titular en el Cato Institute en Washington, D.C.; profesor distinguido en la Universidad Pelita Harapan en Jakarta, Indonesia: Asesor Titular en la Universidad Renmin del Instituto de Investigación Monetaria Internacional en Beijing, China; Consejero Especial para el Centro de Estabilidad Financiera en New York; miembro del Consejo de Asesoría Internacional del Banco Nacional de Kuwait (presidido por Sir John Mayor); miembro del Consejo de Asesoría Financiera de los Emiratos Arabes Unidos y editor contribuyente de la revista Globe, Asia.