Inmigración ilegal: la sombra de la amnistía se cuela en los debates presidenciales
La inmigración y la seguridad fronteriza se colaron de manera notable en el último debate presidencial...
La inmigración y la seguridad fronteriza se colaron de manera notable en el último debate presidencial en los Estados Unidos, incluyendo la alternativa de plantearse una amnistía para inmigrantes ilegales. Esta sería una pésima idea; y consignaría una maniobra desastrosa para el país.
Sabemos que será así, por cuanto se ha intentado en el pasado, y no funcionó. Luego de que se garantizara amnistía para 2.7 millones de inmigrantes ilegales en los Estados Unidos en 1986, Estados Unidos experimentó aún mayores niveles de inmigración ilegal. La razón es sencilla: la amnistía atrae a mayores cifras de inmigrantes por fuera de la ley.
Y hemos de ser claros: el cruce ilegal de fronteras es controlado principalmente por cárteles criminales. Recurren a estas actividades para consolidar marcadas ganancias. Y no se trata solo de cárteles mexicanos de la droga, hoy muy activos en la frontera sur: cada vez más, aquéllos cooperan junto a redes de contrabando ilegal oriundas de China, y de otros países.
El hecho de que se considere una amnistía desde los debates presidenciales deviene, fundamentalmente, en una gigantesca actividad publicitaria para los cárteles criminales que utilizarán esa carnada para reclutar a miles de clientes, allí donde estas organizaciones recolectarán decenas de millones de dólares tras inundar las fronteras.
El problema no es estrictamente financiero. El tráfico de personas es notablemente peligroso. Los inmigrantes ilegales se someten al riesgo de violaciones, robos, extorsiones, muerte por enfermedades, y otros males. El tráfico humano es una de las principales violaciones contra los derechos humanos en el planeta.
La presente Administración estadounidense ha trabajado duramente para combatir a los funestos perpetradores del tráfico de personas. La amnistía solo contribuirá a dificultar ese loable trabajo.
Una amnistía no solo inundará a los Estados Unidos con más inmigrantes ilegales. La disrupción de las fronteras capacitará a los cárteles criminales para que les sea más sencillo el verter drogas ilegales en territorio estadounidense, fogoneando aún más la ya incontrolable epidemia de opiáceos.
El hecho es que, por primera vez en mucho tiempo, Estados Unidos ha venido consolidando progresos concretos en materia de seguridad fronteriza, combatiendo a la inmigración ilegal, peleando contra el tráfico de personas, y trabajando mancomunadamente junto a México y a otras naciones de la América Central, a efectos de lidiar con los numerosos desafíos planteados por la inmigración ilegal -que van desde la amenaza contra la seguridad pública al incremento del delito.
Nuevamente, son los hechos: sin importar el resultado de los próximos comicios, el actual no es el momento para retroceder en la implementación de políticas públicas que incrementen la miseria para seres humanos, que pongan en mayores riesgos a ciudadanos y a sus comunidades, que faciliten la práctica del delito, e incrementen las amenazas contra la seguridad pública y la seguridad nacional.
Ciertamente, no es éste el momento de sumar más cargas a los ciudadanos estadounidenses.
Artículo original, en inglés
Poseedor de master y doctorado en la Universidad de Georgetown, Carafano es un reconocido experto en temáticas de seguridad nacional y desafíos en política exterior. Es vicepresidente de Estudios en Políticas de Defensa y de Política Exterior en la Fundación Heritage, y Director del Instituto Kathryn y Shelby Cullom Davis de Estudios Internacionales. Es también historiador e investigador; su publicación más reciente es "Wiki at War: Conflict in a Socially Networked World" ('Wiki en Guerra: el Conflicto en un Mundo Socialmente Interconectado', 2012), obra que examina el impacto revolucionario del Internet en la seguridad nacional. Es Teniente Coronel del Ejército de los Estados Unidos. Recientemente, se ha desempeñado -asesorando en temas sobre los cuales es experto- en el equipo de transición del presidente estadounidense Donald Trump.