El problema con la falsa información económica compartida por China
China evidencia una extendida trayectoria en materia de opacidad, a la hora de informar...
China evidencia una extendida trayectoria en materia de opacidad, a la hora de informar sobre sus propias estadísticas económicas.
Aún cuando el régimen comunsita reclama que los informes en torno de sus cifras son creíbles, un novedoso trabajo desarollado por la Reserva Federal de Nueva York prueba que la volatilidad en el crecimiento del PBI de China es increíblemente -e inverosímilmente- bajo al ser cotejado con el de terceros países.
El informe detalla el modo en que la información compartida por Pekín es demasiado amesetada a lo largo del tiempo, al comparársela con las estadísticas reales. El trabajo desmiente las cifras chinas, comparándolas luego con otras fuentes de información, como ser imágenes satelitales de iluminación urbana y suburbana noctura, las cuales revelan notorias fluctuaciones en la actividad económica, en clara contradicción con las estadísticas oficiales del país.
Infortunadamente, la referida opacidad en las cifras del PBI chino son apenas la proverbial punta del iceberg. Así lo sentencia un reciente informe del think tank estadounidense The Heritage Foundation:
El modo en que China determina su presupuesto general, el tamaño certero de su presupuesto militar, la relación entre varias facciones políticas, e incluso la manera en que decisiones específicas se toman son, todos ellos, elementos que la República Popular China deliberadamente busca ocultar.
No obstante, y contando con la segunda economía más grande del planeta, como miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y como superpotencia, la República Popular está obligada a proporcionar información verídica sobre su economía, sus posiciones políticas, y sus numerosos emprendimientos nacionales e internacionales, al menos con el objeto de interactuar con otros Estados y economías.
Las estadísticas compartidas por China no ameritan el menor atisbo de confianza, sin embargo; y las imprecisiones que surgen de esos datos pueden conducir a notables implicancias para los mercados globales en lo que respecta a materias primas o commodities, inversiones internacionales, y para las propias compañías que hacen negocios en China.
A medida que China se integra cada vez más con los mercados globales, el riesgo de shocks sorpresivos o de daños no anticipados contra mercados financieros y economías interconectadas alrededor del mundo, a partir de las falsas estadísticas chinas, es potencialmente extenso.
En respuesta, a comienzos del año en curso, la Fundación Heritage en Washington, D.C. impulsó la Iniciativa para la Transparencia en China (China Transparency Initiative), a efectos de facilitar la máxima exposición sobre las actividades de manipulación implementadas por el gobierno chino, así como también la retención de información puntual. Mientras tanto, un evento llevado a cabo recientemente en Heritage también compartió luz sobre el rol crítico del Partido Comunista Chino en el citado comportamiento.
China se ubica en la posición #103 sobre 180 naciones analizadas en el Indice de Libertad Económica -edición 2020-, en tanto la opaca naturaleza del proceso de toma de decisiones chino sobre las empresas que tutela y sobre las inversiones que ejecuta, es una parte significativa del problema.
La Iniciativa para la Transparencia en China, junto a otros informes similares al desarrollado por la Reserva Federal de Nueva York, en el mejor de los casos servirán a criterio de arrojar luz sobre la obscura caverna que es el mundo de las estadístias oficiales chinas.
Artículo original, en inglés
Es investigador de temas económicos en la Fundación Heritage, Washington, D.C., con foco en librecomercio y libertad económica. Como analista senior de libertad económica en el Centro para el Comercio Internacional y la Economía (CITE), Kim es responsable principal de coordinación para la preparación del Indice de Libertad Económica. Sus trabajos son publicados en el sitio web The Daily Signal.