Indefensión argentina: OTAN, la partidocracia domesticada y el montonerismo residual, detrás de un proyecto común
La instantánea muestra al Secretario de unas de las facciones en que se había partido la conducción del movimiento obrero...
23 de Noviembre de 2020
La instantánea muestra al Secretario de unas de las facciones en que se había partido la conducción del movimiento obrero, cruzar la Avenida Independencia -al mediodía del 30 de marzo de 1982-, como quien está transitando un desierto. La huelga general era una éxito sin discusión: lejos habían quedado los días en que la Junta Militar había asumido el Poder, con el asentimiento de la mayoría de la sociedad civil. La guerrilla urbana había sido derrotada en una confrontación donde las partes no ahorraron cuanta atrocidad pudieron cometer, fogoneadas por la multiplicada sed de venganza que cada atentado disparaba en la ansiedad criminal de las partes.
Las contraofensivas de las formaciones especiales de 1979 y 1980, habían concluído con el fracaso definitivo de la táctica de acceso por la violencia al control estatal. Hacia fines de los ochenta, los argentinos se disponían a olvidar sin dilaciones la década sangrienta que los había atormentado como una pesadilla.
La medida de fuerza había consignado un duro golpe al Gobierno que presidía un General de Ingenieros, asediado por una crisis económica de tal profundidad que la burguesía argentina, reiterando la misma conducta histórica cada vez que huele la quiebra terminal del sistema que la sostiene, terminaba apoyando la huelga general en todo el país. Apenas setenta y dos horas después, la Junta se dispone a producir un hecho que replanteará, a nivel global, la estrategia de los países centrales y sus organizaciones de superficie. En efecto, el 2 de abril, al tomar posesión de las Islas Malvinas -en un acto de irresponsabilidad demencial-, el Departamento de Estado de los EE.UU. adquiere consciencia de que domesticados militares de una de sus semi-colonias, pueden vomitar las instrucciones asimiladas en West Point y patear el tablero del poder global cuando, acosados por una tensión doméstica severa, deben elegir entre la derrota política o el delirio fascicizante.
Para mediados de junio, todo ha terminado. Más de 10 mil hombres se rinden a Gran Bretaña y a sus aliados OTAN, dejando más de 700 hombres en el campo de batalla como preludio de los trescientos que se suicidarán en los años posteriores, víctimas del martirio post-traumático.
El mismo día que la Junta anuncia la rendición, da a conocer un cronograma que preve elecciones generales, pautadas para diciembre del año siguiente. A su vez, Washington advierte que ha llegado la hora de emprolijar el siempre caótico patrio trasero. En pocos años, toda América del Sur elige gobierno en comicios libres y sin proscripciones formales, aunque algunas no aparentes sean finalmente impuestas por el sistema de propaganda patrocinado por la red de intereses gravitantes. Estados Unidos aprende que las democracias controladas constituyen el modelo que habrá de reemplazar a las dictaduras, particularmente peligrosas para la estabilidad del sistema regional cuando se entregan a la embriaguez del poder y, en nuestro caso, del que se deriva de los vapores etílicos.
El siguiente fragmento ilustra el giro estratégico del país rector de la OTAN: 'Cuando la política exterior estadounidense adoptó la defensa de los Derechos Humanos como herramienta para la pelea en la guerra fría, quedó sin sustentación ideológica el modelo autoritario represivo. Comenzó a promoverse la idea de la redemocratización. La mayoría de los regímenes autoritarios no propusieron un modelo fundante alternativo (...) En consecuencia, se promovió la idea de la democracia política que, en muchos casos, proponía la realización de elecciones más o menos limpias para elegir un parlamento y presidente que realizara un juego clásico de equilibrio de poderes' (Publicado por RESDAL, Red de Seguridad y Defensa de America Latina - Louis W. Goodman, American University; Washington, D.C.; 2004).
La OTAN decide de inmediato que, si bien no se le exigirá a la Argentina el pago de los gastos de guerra (especialmente cuantiosos si se considera solamente el hundimiento de siete modernas unidades), se le aplicarán restricciones en términos de reequipamiento militar de modo tal que todo programa de rearme será discutido previamente en Londres. Los tratados llamados de Madrid, que el Presidente Carlos Saúl Menem firma en 1998, culminan una suerte de rendición incondicional disfrazada, en razón de que el escándalo no resultaría más provechoso que la discreción, en vistas del objetivo de escarmiento real paradigmático que se buscaba exhibir ante la comunidad de naciones sudamericanas. El politólogo Escudé cree que, desde entonces, la Argentina ha dejado de ser Estado soberano, para reducirse al de mero protectorado, cuya superviviencia depende de la tensión entre sus dos poderosos vecinos con intereses geopolíticos permanentes como Chile y Brasil, más el monitoreo estadounidense, el cual abomina de agregar a sus frentes de conflicto planetarios otro en el subcontinente, sobre el cuerpo inerme de una Argentina desmembrada.
El primer gobierno de la democracia restaurada promueve un Juicio a la Juntas Militares, con la intención de emitir una señal complaciente a los centros mundiales de poder occidental y de generar un proceso de desvalorización de las Fuerzas Armadas como institución, a fin de completar la cadena de exteriorizaciones de la voluntad de no repetir el escándalo de un Estado periférico que desafía el orden global y el equilibrio emergente de su respeto.
El recurso al que se apelara para complacer a la OTAN y, al mismo tiempo, debilitar las chances de una futura interrupción del orden constitucional vía golpe de Estado, será el estrangulamiento presupuestario progresivo programado.
El porcentaje del PBI asignado a Defensa ha oscilado, en los últimos veinte años, entre el 0,8% y el 0.9%, unos de los más bajos del mundo entre el 88% de los países que cuentan con FFAA. Los países de la región asignaron entre el 1.6% y el 1.7% del PBI a sus gastos de defensa. Un poco conocido Plan de Capacidades Militares que preveía equipar a las fuerzas armadas mediante una inversión de U$S 8.000 millones en diez años, sólo fue cumplido en un 3.5 % (Jorge M. Martel; Infobae, 22/7/2019). Durante el ciclo de doce años ininterrumpidos de kirchnerismo, se llegó a designar a una ex combatiente de Montoneros, Nilda Garré (alias Teresa) al frente de la cartera de Defensa. Se recuerda aún una declaración pública en la que afirmaba: 'Yo no sé ni lo que es un FAL'.
Obras públicas faraónicas de dudosa urgencia, como ser el soterramiento del FF.CC. Sarmiento, apenas iniciada, ya han consumido un importe del presupuesto igual o mayor a un plan de reequipamiento mínimo de la fuerzas armadas argentinas. Si se computan las cifras derivadas de actos de corrupción administrativa de los Estados Nacional y provinciales, las cifras son de tal magnitud, que superan la capacidad de asombro media de cualquier analista y agregan un argumento más a la idea de que el desmantelamiento de nuestra capacidad de respuesta a la agresión externa o la de detectar y aprehender a los depredadores del octavo territorio nacional más extenso del globo, sumada la inclusión del litoral marítimo de juridicción exclusiva -estimado como la mayor reserva ictícola del planeta- responden, reiteramos, a a la aceptación de un rol secundario,intrascendente en el equilibrio de las capacidades militares de nuestro subcontinente.
Fastidio, a continuación, al sufrido lector, con un gráfico que sintetiza la situación argentina en el tema que desarrollamos. Es preciso tener en cuenta la población de cada país y su PBI, menciones que realizamos al final de este cuadro.
Las contraofensivas de las formaciones especiales de 1979 y 1980, habían concluído con el fracaso definitivo de la táctica de acceso por la violencia al control estatal. Hacia fines de los ochenta, los argentinos se disponían a olvidar sin dilaciones la década sangrienta que los había atormentado como una pesadilla.
La medida de fuerza había consignado un duro golpe al Gobierno que presidía un General de Ingenieros, asediado por una crisis económica de tal profundidad que la burguesía argentina, reiterando la misma conducta histórica cada vez que huele la quiebra terminal del sistema que la sostiene, terminaba apoyando la huelga general en todo el país. Apenas setenta y dos horas después, la Junta se dispone a producir un hecho que replanteará, a nivel global, la estrategia de los países centrales y sus organizaciones de superficie. En efecto, el 2 de abril, al tomar posesión de las Islas Malvinas -en un acto de irresponsabilidad demencial-, el Departamento de Estado de los EE.UU. adquiere consciencia de que domesticados militares de una de sus semi-colonias, pueden vomitar las instrucciones asimiladas en West Point y patear el tablero del poder global cuando, acosados por una tensión doméstica severa, deben elegir entre la derrota política o el delirio fascicizante.
Para mediados de junio, todo ha terminado. Más de 10 mil hombres se rinden a Gran Bretaña y a sus aliados OTAN, dejando más de 700 hombres en el campo de batalla como preludio de los trescientos que se suicidarán en los años posteriores, víctimas del martirio post-traumático.
El mismo día que la Junta anuncia la rendición, da a conocer un cronograma que preve elecciones generales, pautadas para diciembre del año siguiente. A su vez, Washington advierte que ha llegado la hora de emprolijar el siempre caótico patrio trasero. En pocos años, toda América del Sur elige gobierno en comicios libres y sin proscripciones formales, aunque algunas no aparentes sean finalmente impuestas por el sistema de propaganda patrocinado por la red de intereses gravitantes. Estados Unidos aprende que las democracias controladas constituyen el modelo que habrá de reemplazar a las dictaduras, particularmente peligrosas para la estabilidad del sistema regional cuando se entregan a la embriaguez del poder y, en nuestro caso, del que se deriva de los vapores etílicos.
El siguiente fragmento ilustra el giro estratégico del país rector de la OTAN: 'Cuando la política exterior estadounidense adoptó la defensa de los Derechos Humanos como herramienta para la pelea en la guerra fría, quedó sin sustentación ideológica el modelo autoritario represivo. Comenzó a promoverse la idea de la redemocratización. La mayoría de los regímenes autoritarios no propusieron un modelo fundante alternativo (...) En consecuencia, se promovió la idea de la democracia política que, en muchos casos, proponía la realización de elecciones más o menos limpias para elegir un parlamento y presidente que realizara un juego clásico de equilibrio de poderes' (Publicado por RESDAL, Red de Seguridad y Defensa de America Latina - Louis W. Goodman, American University; Washington, D.C.; 2004).
La OTAN decide de inmediato que, si bien no se le exigirá a la Argentina el pago de los gastos de guerra (especialmente cuantiosos si se considera solamente el hundimiento de siete modernas unidades), se le aplicarán restricciones en términos de reequipamiento militar de modo tal que todo programa de rearme será discutido previamente en Londres. Los tratados llamados de Madrid, que el Presidente Carlos Saúl Menem firma en 1998, culminan una suerte de rendición incondicional disfrazada, en razón de que el escándalo no resultaría más provechoso que la discreción, en vistas del objetivo de escarmiento real paradigmático que se buscaba exhibir ante la comunidad de naciones sudamericanas. El politólogo Escudé cree que, desde entonces, la Argentina ha dejado de ser Estado soberano, para reducirse al de mero protectorado, cuya superviviencia depende de la tensión entre sus dos poderosos vecinos con intereses geopolíticos permanentes como Chile y Brasil, más el monitoreo estadounidense, el cual abomina de agregar a sus frentes de conflicto planetarios otro en el subcontinente, sobre el cuerpo inerme de una Argentina desmembrada.
El primer gobierno de la democracia restaurada promueve un Juicio a la Juntas Militares, con la intención de emitir una señal complaciente a los centros mundiales de poder occidental y de generar un proceso de desvalorización de las Fuerzas Armadas como institución, a fin de completar la cadena de exteriorizaciones de la voluntad de no repetir el escándalo de un Estado periférico que desafía el orden global y el equilibrio emergente de su respeto.
El recurso al que se apelara para complacer a la OTAN y, al mismo tiempo, debilitar las chances de una futura interrupción del orden constitucional vía golpe de Estado, será el estrangulamiento presupuestario progresivo programado.
El porcentaje del PBI asignado a Defensa ha oscilado, en los últimos veinte años, entre el 0,8% y el 0.9%, unos de los más bajos del mundo entre el 88% de los países que cuentan con FFAA. Los países de la región asignaron entre el 1.6% y el 1.7% del PBI a sus gastos de defensa. Un poco conocido Plan de Capacidades Militares que preveía equipar a las fuerzas armadas mediante una inversión de U$S 8.000 millones en diez años, sólo fue cumplido en un 3.5 % (Jorge M. Martel; Infobae, 22/7/2019). Durante el ciclo de doce años ininterrumpidos de kirchnerismo, se llegó a designar a una ex combatiente de Montoneros, Nilda Garré (alias Teresa) al frente de la cartera de Defensa. Se recuerda aún una declaración pública en la que afirmaba: 'Yo no sé ni lo que es un FAL'.
Obras públicas faraónicas de dudosa urgencia, como ser el soterramiento del FF.CC. Sarmiento, apenas iniciada, ya han consumido un importe del presupuesto igual o mayor a un plan de reequipamiento mínimo de la fuerzas armadas argentinas. Si se computan las cifras derivadas de actos de corrupción administrativa de los Estados Nacional y provinciales, las cifras son de tal magnitud, que superan la capacidad de asombro media de cualquier analista y agregan un argumento más a la idea de que el desmantelamiento de nuestra capacidad de respuesta a la agresión externa o la de detectar y aprehender a los depredadores del octavo territorio nacional más extenso del globo, sumada la inclusión del litoral marítimo de juridicción exclusiva -estimado como la mayor reserva ictícola del planeta- responden, reiteramos, a a la aceptación de un rol secundario,intrascendente en el equilibrio de las capacidades militares de nuestro subcontinente.
Fastidio, a continuación, al sufrido lector, con un gráfico que sintetiza la situación argentina en el tema que desarrollamos. Es preciso tener en cuenta la población de cada país y su PBI, menciones que realizamos al final de este cuadro.
Gastos en Defensa; cifras en millones de dólares
Año Argentina Brasil Chile
Año Argentina Brasil Chile
1978 3104 2691 1036
1980 6477 2259 1787
1983 2848 2083 1498
1987 2486 4321 1167
1993 3363 6994 1285
1996 3729 14.277 1841
2000 3359 10.738 2075
2004 1466 9780 2687
2007 2296 20486 4022
2010 3475 34.003 4894
2016 4888 24378 4732
2019 5681 29283 5135
Población (en millones) PBI Gastos Defensa
2018 2018 2004/07/10/16/19
(miles de millones)
Argentina 44,49 520 17.806
Brasil 209,50 1870 117.930
Chile 18,73 298 21.470
Hace ya cuarenta años que la guerra de élites mesiánicas concluyó con la conocida hordalía de sangre y violencia. Tanto la guerrilla urbana y su proyecto de inspiración marxista-leninista a la criolla, como el Partido Militar que creía en la eternización de su modelo de desarrollo autoritario vía aliento del Departamento de Estado, están sepultados bajo seis pies de tierra. Las formaciones especiales se suicidaron cuando, tras forzar la ruptura con Juan Domingo Perón, imaginaron que un golpe de Estado conduciría a 'la aceleración de las contradicciones y a una expansión de la conciencia de clase de las masas'.
El Partido Militar cometió, al emprender la guerra a la OTAN, un pecado sin redención. La partidocracia servil que sucedió a la crisis terminal de la dictadura cumple -desde entonces, al desmantelar a las Fuerzas Armadas- una tarea múltiple:
-Complace a los centros mundiales de Poder, emitiendo la señal de que, sin fuerzas armadas, no habrá otra aventura malvinera, ni intento alguno de golpe de Estado
-Abandona el ensayo de construir, en esta parte del continente, un proyecto relativamente autónomo: la integridad territorial argentina y la protección de sus cuantiosos recursos naturales estratégicos dependen de la decisión estadounidense de no quebrar, sin motivos legítimos, el equilibrio regional.
-Las instituciones y los herederos del sueño perdido de una nación socialista alientan aún la esperanza de retomar el plan abortado, ahora sin temor a morir en una mesa de torturas.
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@Atlante2008
Sobre Sergio Julio Nerguizian
De profesión Abogado, Sergio Julio Nerguizian oficia de colaborador en El Ojo Digital (Argentina) y otros medios del país. En su rol de columnista en la sección Política, explora la historia de las ideologías en la Argentina y el eventual fracaso de éstas. Sus columnas pueden accederse en éste link.