Qué misiones espaciales se han puesto en óbita en 2020; y cuáles quedan pendientes
La industria espacial, al igual que la gran mayoría de sectores industriales, se ha visto afectada...
15 de Diciembre de 2020
La industria espacial, al igual que la gran mayoría de sectores industriales, se ha visto afectada en mayor o menor medida por la pandemia de COVID-19. Aun así, y a pesar del paro parcial o temporal de las operaciones y de los retrasos sufridos en algunos programas, ha seguido desarrollándose una actividad esencial para el sector: el lanzamiento y puesta en órbita de los satélites.
En lo que llevamos del año 2020, son ya 93 los lanzamientos realizados, para un total de 1120 satélites puestos en órbita, desde pequeñísimos 'cubesats' a grandes misiones de observación de la Tierra, telecomunicaciones, navegación y sondas interplanetarias. De todos ellos, dos terceras partes corresponden al despliegue en curso de la mega-constelación Starlink de SpaceX, cuyo objetivo final es brindar conectividad de banda ancha a Internet con cobertura mundial.
El 16 de enero se realizó la primera misión del año del lanzador europeo Ariane 5, con el lanzamiento de dos satélites, uno de ellos el Eutelsat KONNECT, primer satélite basado en la plataforma totalmente eléctrica Spacebus NEO de Thales Alenia Space. Tras un segundo lanzamiento de Ariane 5 realizado el 18 de febrero, las actividades en la Guayana Francesa tuvieron que suspenderse a partir del 16 de marzo por un periodo de casi dos meses, para prevenir la expansión de la pandemia y proteger a los trabajadores. Una vez reanudada la actividad en el puerto espacial europeo, el tercer lanzamiento del año de Ariane 5 llegó el 15 de agosto, con la puesta en órbita de dos satélites geoestacionarios y un vehículo de extensión de vida.
En 2020 se han reanudado también las misiones de lanzamiento de Vega, el más pequeño de la familia de lanzadores europeos. El 2 de septiembre un cohete Vega puso en órbita un total de 53 satélites de 21 clientes diferentes, 7 de ellos micro-satélites y 46 nano-satélites. Entre ellos se encontraban tres satélites españoles, el UPMSat-2 de la Universidad Politécnica de Madrid y los 3Cat-5A y 3Cat-5B, de la Universidad Politécnica de Cataluña.
En 2020 ha habido varios lanzamientos de relevancia para la exploración de nuestro sistema solar. El 2 de febrero un cohete Atlas 5 puso en órbita la sonda Solar Orbiter, que mandará las imágenes más cercanas jamás tomadas del Sol. En el mes de julio, aprovechando la cercanía de Marte con la Tierra, se lanzaron hasta tres misiones al planeta rojo: la sonda Al Amal (Hope) de Emiratos Árabes Unidos; la misión Tianwen-1 de la China, que incluye un orbitador, un módulo de aterrizaje y un pequeño rover; y la misión Mars 2020 de NASA, con el rover Perseverance y un pequeño helicóptero llamado Ingenuity.
El año 2020 también será recordado por el lanzamiento de la primera misión tripulada de una nave espacial privada, la Crew Dragon, que además marca la recuperación, por parte de los Estados Unidos de América, de su capacidad de enviar astronautas al espacio de forma autónoma, perdida desde la retirada de sus transbordadores espaciales en 2011.
Entre los lanzamientos previstos para lo que queda de este año se encontraba el del satélite óptico de observación de la Tierra español, el SEOSAT / INGENIO. Sin embargo, en el transcurso de la misión Vega VV17, en la madrugada del 17 de noviembre, a los 8 minutos del despegue se identificó una desviación de la trayectoria, lo que conllevó a la pérdida de la misión. Se trataba de la culminación del Programa Nacional de Observación de la Tierra por Satélite (PNOTS), que ya cuenta con el satélite radar PAZ operativo, y representaba la puesta en órbita de uno de los mayores proyectos acometidos por la industria espacial española.
El próximo lanzamiento será el del Sentinel 6 Michal Freiilich, bautizado así en honor quien fuera director de Ciencias de la Tierra de NASA, y previsto para el 21 de noviembre a bordo de un Falcon 9 desde la base estadounidense de Vandenberg. La misión es un gran ejemplo de colaboración internacional ya que forma parte de la familia de misiones Copernicus de la Unión Europea, su implementación es el resultado de un esfuerzo de colaboración único entre la ESA, la NASA, la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT) y la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera de los Estados Unidos (NOAA), con contribución del Centro Nacional de Estudios Espaciales francés (CNES).