INTERNACIONALES : PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

¿Nueva guerra en un nuevo año? Trump vuelve a poner la mira en Irán

Una de las narrativas que exhibe mayor complejidad, presentada en los últimos días...

04 de Enero de 2021


Una de las narrativas que exhibe mayor complejidad, presentada en los últimos días de la Administración del presidente Donald J. Trump, es su aparente esfuerzo de desligarse de cualquier faena seria frente al coronavirus mientras que, al mismo tiempo, siguió mostrándose como un activista de una política exterior que en modo alguno beneficia a la ciudadanía estadounidense. Irónicamente, la nueva Administración de Joe Biden, indudablemente, establecerá sus propias prioridades luego del 20 de enero, presumiéndose que el resultado de las elecciones se mantenga, y que esa agenda podría revertir las acciones de gobierno iniciadas en el extranjero por Trump.

Irán, Soleimani, Oriente Medio, Giraldi, GeopolíticaDe tal suerte que quizás eso no sirva para mucho, sino para repetir el involucramiento en la política de otros, creando enemigos en donde no los hay, e iniciando 'pequeñas guerras' para demostrar la propia virilidad; todo lo cual crea un legado infortunado en el que no necesariamente se ganan amigos ni se influenciará a más personas en todo el globo. Se han evidenciado interacciones en un número de contextos, acaso más peligrosamente en la recurrente promoción de la 'amenaza' oriunda de China. Estados Unidos sigue poniendo énfasis en el crecimiento de las inversiones extranjeras de Pekín, en la creación de su Ruta de la Seda a través de Asia y Europa, y en el creciente poderío militar chino. Los medios masivos de comunicación americanos, con frecuencia nutren la maquinaria del miedo, insinuando que la economía de la República Popular China superará a la de los Estados Unidos en una década, si es que no lo ha hecho ya.

La Administración -en ocasiones subterráneamente y en otras, no tanto- vincula a China directamente con la aparición del coronavirus, y ha dado a entender que su propagación es parte de un plan global para destruir a la democracia occidental, para reemplazarla con el comunismo. El nuevo presupuesto de defensa involucra un giro en la inversión, aumentando dramáticamente la expansión de la Armada americana, para confrontar a su par china en su propio litoral marítimo. Sin dudas, las fuerzas armadas chinas están siendo reconfiguradas en su rol global, pero en realidad no puede desafiar a las fuerzas militares estadounidenses, y no podrían hacerlo ni aún cuando continúen con su expansión. No obstante, lo que comenzó como una guerra comercial está siendo rediseñado ahora como un conflicto con aroma a Armagedón en pos de la supremacía mundial, con la Casa Blanca, los Demócratas y los Republicanos -más los medios de comunicación- subidos al mismo barco.

Rusia -el perpetuo enemigo- afortunadamente se ha escapado del ataque directo desde la Casa Blanca, lo cual llevó a nuevas afirmaciones que rezan que Trump es un títere de Vladimir Putin. La más reciente declaración refiere que una oleada de pirateo informático -en perjuicio del gobierno y de otros sitios de Internet de magnitud en los EE.UU.- fue perpetrada desde Rusia, aún cuando se ha aportado escasa o nula evidencia para respaldarla. Joe Biden ha tomado la posta, afirmando que replicará al ataque 'en igual magnitud' (Hola, ciberguerra!), en tanto numerosos senadores Demócratas se han preguntado, desde la retórica, si el hacking constituye un 'acto de guerra'. Se llega incluso a sugerir que Rusia interferirá con la próxima elección de dos asientos en el senado por Georgia, comicio que posiblemente definirá el control de la más importante cámara del Congreso de los Estados Unidos durante los próximos dos años.

Pero el principal ganador de la marca 'Odiado por los EE.UU.' es el favorito de costumbre, Irán. El 20 de diciembre, una oleada de cohetes aterrizó en el seno de la muy fortificada embajada estadounidense en Bagdad, la cual a su vez se sitúa en la muy resguardada Green Zone o Zona Verde en la margen del río Eufrates -cuadrante en donde la mayor parte de las embajadas y oficinas gubernamentales se asientan. Al momento, según se ha informado, los misiles concretaron pocos daños y cercenaron la vida de un civil iraquí. Debe observarse que las armas no eran demasiado sofisticadas, y que son del tipo que se encuentra rápidamente disponible en Oriente Medio. Ataques similares contra la Green Zone, y que emplearon el mismo tipo de misiles no guiados y de confección cruda, se han vuelto una característica común en la vida diplomática y gubernamental de la capital iraquí.

Donald Trump respondió al acto tres días más tarde, con una característicamente truculenta serie de tweets: 'Nuestra embajada en Bagdad fue atacada el domingo, con numerosos cohetes. Tres no pudieron ser lanzados. Imagine Usted de dónde provienen: de Irán. Ahora, tomamos nota sobre ataques adicionales contra ciudadanos estadounidenses en Irak... Una advertencia amigable a Irán: si un ciudadano estadounidense es asesinado, tomaré a Irán por responsable. Piénsenlo bien'.

No existe evidencia alguna de que Irán ejecutara ni patrocinara el ataque contra la embajada, en tanto las fotografías de los cohetes que no estallaron -de calibre 107mm y disponibles mundialmente- tienen inscripciones en inglés, no en farsi. Como suele ser el caso, Trump eligió interpretar el relato, y busca probar el involucramiento iraní, definiéndolo como una provocación que ameritaría una respuesta militar que, a su vez, podría dar inicio a una guerra. El y sus voceros del Pentágono podrían inclinarse por hablar de 'establecimiento de medidas disuasorias' o de 'defensa propia'. Un vocero del Comando Central describió el ataque como '... casi ciertamente ejecutado por alguna milicia rebelde, respaldada por Irán', agregando que la oleada de 21 cohetes fue 'no dirigida claramente para evitar bajas'. 'Casi ciertamente', en el lenguaje oficial, significa 'No sabemos': mientras tanto, el resto de la declaración ('claramente, no tuvo el objetivo de') aún debe interpretarse.

Tan irracional es el odio por Irán y sus amigos, que la Administración Trump ha ido tan lejos como sancionar a Asma, esposa del presidente sirio Basher al-Assad, así como también a su muy respetable familia que reside en Inglaterra, país donde ella nació y creció. La realidad es que los Estados Unidos e Israel no se detendrán en su meta de denigrar a lo que ellos convenientemente describen como 'regímenes paria', cuando lo cierto es que los únicos rebeldes se encuentran en Washington y en Jerusalén. Trump y Netanyahu han estado esperando para iniciar una guerra con Irán durante los últimos cuatro años, y han buscado provocar a los iraníes para que una eventual respuesta sea empleada como justificativo para un contraataque masivo. Las idas y vueltas que hoy tienen lugar se explican en virtud de que estadounidenses e israelíes buscan un sitio dónde ocultarse mientras cometen un crimen de guerra, por ejemplo, iniciando una guerra de agresión allí donde no existe una amenaza real desde el otro lado. En lugar de ello, están involucrándose en lo que ellos llaman 'máxima presión', utilizando sanciones económicas y ejecutando homicidios, esperando que Irán replique contra ellos, de tal suerte que Washington y Jerusalén puedan victimizarse e involucrarse en terminologías como 'disuasión' o 'defensa'.

Todo esto es lo que estuvo detrás del asesinato del general iraní Qassem Soleimani once meses atrás, y de la ejecución de Mohsen Fakhrizadeh -científico nuclear- por parte de los israelíes, en noviembre pasado. Irónicamente, si acaso existe una considerable tensión en Oriente Medio, incluyéndose el ataque con cohetes contra la embajada estadounidense, ello se debe a las acciones perpetradas por Israel y por los EE.UU. por propia cuenta. Israel ha mantenido la olla en hervor periódicamente, atacando 'objetivos' en Siria, muchos de los cuales fueron descritos como 'vinculados a Irán'. En Navidad, Israel violó el espacio aéreo del Líbano, previo a bombardear la ciudad de Masyaf en Siria, que cuenta una notoria comunidad cristiana -quitando la vida a cinco personas y destruyendo una instalación dedicada a investigación técnica. La guerra de relativamente baja intensidad ejecutada por Jerusalén es una práctica ciento por ciento respaldada por los EE.UU., que mantiene fuerzas militares en Siria para 'resguardar los campos petroleros', al tiempo que respalda los esfuerzos tendientes a propiciar un cambio de régimen en Damasco.

La alternativa de una guerra en Oriente Medio, instigada por la Casa Blanca de Donald Trump como obsequio para Israel, debe ser tomada seriamente, dado el escaso margen de tiempo remanente. Asimismo, Trump insiste con los 'acuerdos' firmados con numerosos Estados árabes -convenios financiados por los contribuyentes estadounidenses-, para que aquéllos establezcan relaciones diplomáticas con Jerusalén. Y hay otros indicios de que algo podría ocurrir. Los israelíes han movilizado uno de sus submarinos armados con misiles crucero y armas nucleares al Golfo Pérsico, a efectos de contar con una mejor ventana de oportunidad desde la cual atacar a Irán. Hay también pistas de que una acción militar estaría cerca. Y se contabilizan rumores en Washington frente a la posibilidad de que Estados Unidos cierre su embajada en Bagdad, debido a la 'amenaza', posible primer paso en la reducción de la cifra de ciudadanos estadounidenses vulnerables en una potencial zona de guerra que, inevitablemente, involucrará a un Irak de mayoría shiíta. Y, ¿qué podrían hacer el Congreso y el pueblo de los Estados Unidos para evitar que esto tenga lugar? Nada que pueda conllevar impacto alguno.


 

Publicado originalmente en Strategic Culture Foundation (Estados Unidos)
Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.